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Alcaraz, entre mocos, antibióticos y algodones

El murciano, con un fuerte resfriado de vías altas, suspende el entrenamiento previo al decisivo duelo con el ruso Rublev: “Le cuesta sobre todo al respirar”

Carlos Alcaraz, durante el partido contra Ruud en el Inalpi Arena de Turín.
Carlos Alcaraz, durante el partido contra Ruud en el Inalpi Arena de Turín.Guglielmo Mangiapane (REUTERS)
Alejandro Ciriza

Apenas han transcurrido diez minutos de ensayo cuando Carlos Alcaraz conversa con su preparador, Juan Carlos Ferrero, y se dirige al banquillo para tomar asiento con mala cara. A su vez, el técnico se acerca al tutor del sparring seleccionado para la ocasión, el estadounidense Andres Martin, y le transmite: “Sorry, we have to stop”. Tenemos que parar. Acto seguido, el tenista y su séquito —fisio, preparador físico, médico, agente y su hermano Álvaro— enfilan el vestuario y la que debía ser una hora y media de entrenamiento queda reducida a un suspiro porque el murciano, de 21 años, no termina de encontrarse bien. El día anterior, después de caer ante Casper Ruud en su estreno en la Copa de Maestros, confirmaba que arrastra un fuerte resfriado que le condiciona de cara al segundo y decisivo choque de este miércoles, frente al ruso Andrey Rublev, en el que no le vale otro resultado que ganar.

“En cuanto se pone a moverse un poquito le cuesta, sobre todo al respirar porque tiene el pecho un poquito cogido. Un mal momento para haberse puesto malo…”, comenta a un reducido grupo de enviados especiales Ferrero, que rebaja la alarma pese a la escena. “Los resfriados tienen unos días de subida y otros de bajada, y yo creo que no peligra [el partido contra Rublev]”, tranquiliza el entrenador, uno de esos jugadores que, según transmite una fuente cercana a él, acostumbraba a forzar cada vez que tenía algún contratiempo físico; Alcaraz, en cambio, es de esos otros que necesita que todo esté más o menos a punto, competir con más garantías desde ese punto de vista. En cualquier caso, continúa aprendiendo e interiorizando que la élite exige de convivir con el desgaste continuo.

“Todos hemos jugado bajo circunstancias en las que no nos encontrábamos bien, como supongo que lo hará mañana Carlos [14.00, Movistar+] y que lo ha hecho mucha otra gente. Pero creo que no va a ir a tanto como para no entrar en la pista”, precisa Ferrero, consciente de que la situación se ha complicado por los problemas de su jugador y el hecho de que las horas avancen y no termine de sentirse cómodo en el torneo. Alcaraz lleva tres días tomando antibióticos e intentando combatir la congestión con expectorantes y un ungüento balsámico que se unta en el pecho para liberar las vías respiratorias.

“Será difícil que mañana esté al cien por cien. Rublev es un jugador que te mueve mucho y hay que estar muy bien de piernas, y ahora mismo eso es lo que más le está costando, el recuperar entre punto y punto. Él también perdió [ante Alexander Zverev] y tiene la necesidad de ganar, así que saldrá a cuchillo, sabiendo que Carlos no está al cien por cien físicamente... Es una incógnita. Vamos a ver qué tal recupera hoy el cuerpo y si de cara a mañana se encuentra mejor, intentar dar todo lo que tenga dentro”, prosigue el valenciano; “ahora lo que hay que hacer es intentar recuperarse a nivel físico. Sabe que lo tiene más difícil que el año anterior, porque el año pasado ganó un set, pero hay que jugar… Imaginad que gana 6-1 y 6-1 a Rublev y 6-0 y 6-1 a Zverev. ¡Se arregla todo! Vamos a darle tiempo”.

Rublev sirve durante el partido del lunes contra Zverev.
Rublev sirve durante el partido del lunes contra Zverev.Guglielmo Mangiapane (REUTERS)

Con la imperiosa necesidad de ganar aire a contrarreloj para apurar sus opciones, Alcaraz descansa en el hotel, confiando en que más allá de que le revuelva el estómago, la medicación surta efecto y suavice su malestar. Enfrente estará al día siguiente el de Moscú, un tenista de calidad y buenos golpes, pero que no termina de romper de verdad. Asesorado por el español Fernando Vicente, su currículo registra una importante cifra de trofeos, 16, pero solo dos de ellos corresponden a los Masters 1000 y en los majors nunca ha logrado quebrar la barrera de los cuartos de final. Se percibe la progresión, pero no termina de carburar del todo bien esa mente con excesiva tendencia a la explosividad. Rublev es proclive al autocastigo y recientemente, en Bercy, dejó otra de esas secuencias impactantes golpeándose hasta en siete ocasiones la rodilla con la raqueta, no sin saña. Instalado en el octavo peldaño del ranking, en mayo apeó a Alcaraz de Madrid, estando precisamente él enfermo.

En la primera jornada, Rublev rebatió con buenos argumentos a Zverev, pero se quedó corto; arañó ocho juegos, meritorio logro teniendo en cuenta el nivel de servicio del adversario, pero no pudo con él y al igual que el murciano, está contra las cuerdas. Ídem: ganar o ganar. Entretanto, el otro grupo continúa adoptando forma y en el primer turno de este martes, Daniil Medvedev venció por 6-2 y 6-4 a Alex de Miñaur. De este modo, el ruso, derrotado el primer día, conserva la esperanza de progresar a las semifinales del sábado, que ya acaricia Jannik Sinner tras rendir a Taylor Fritz (doble 6-4); le bastaría con ganarle un set el jueves a Medvedev. Por el contrario, el australiano bordea la eliminación.

LOS POSIBLES ESCENARIOS

  • Alcaraz conservaría sus opciones de acceder a las semifinales si supera en dos sets a Rublev y Zverev bate a Ruud, independientemente de que el alemán lo hiciera en uno o dos sets.
  • El español sería eliminado el miércoles si pierde contra el ruso (tanto en uno como en dos sets) y Zverev supera en el duelo nocturno (20.30) al nórdico.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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