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TENIS | WIMBLEDON
Columna
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Algunas dudas tácticas y 16 años de diferencia

Creo que el grado de presión y el peligro que le acarrearía a Djokovic un partido demasiado largo, dada la edad de uno y otro, 37 y 21, favorecen a Alcaraz

Djokovic, durante el partido de semifinales contra Musetti.
Djokovic, durante el partido de semifinales contra Musetti.TOLGA AKMEN (EFE)
Toni Nadal

En la jornada de hoy, todos los aficionados al fútbol y al tenis tenemos doble sesión de emociones deportivas: la final de la Eurocopa de nuestra magnífica selección contra Inglaterra y un nuevo capítulo en la precoz y extraordinaria carrera de Carlos Alcaraz. En una réplica exacta de la final de Wimbledon del año pasado, nuestro jugador se enfrentará otra vez a Novak Djokovic, el veterano y más laureado jugador de todos los tiempos. Y, al igual que hace un año, creo que la prudencia a la hora de pronosticar un claro vencedor está bastante extendida. Si me obligaran a hacerlo, de todas maneras, apostaría por Carlos.

El año pasado Novak llegó al Grand Slam británico siendo el número uno del mundo, el defensor del título y vencedor en Roland Garros y en el Open de Australia. Era, sin lugar a dudas, el gran dominador de la temporada y, por consiguiente, llegó a la final de Wimbledon siendo ligeramente favorito. En esta ocasión la situación previa ha sido totalmente diferente. El jugador balcánico ha llegado al prestigioso torneo londinense después de una temporada mucho más irregular, sin ningún título en los últimos seis meses y con ciertas derrotas que nos hicieron presagiar, incluso, el final de su dominio. Algo que estaría dentro de lo normal si tenemos en cuenta además sus 37 años, ya.

Sin embargo, una vez más el serbio ha demostrado que cuando llegan las grandes citas es capaz de reconstruirse. El aviso ya nos lo dio en el último Roland Garros, al acceder a cuartos de final cuando una inoportuna lesión le impidió luchar por el triunfo final. Estas dos semanas en Londres hemos visto cómo paulatina y decisivamente ha ido mejorando su nivel. Tras unos inicios algo inciertos hemos visto como en sus dos últimos encuentros fue capaz de desembarazarse de sus rivales en cómodas victorias a tres sets y acercarse, así, a una muy buena versión de sí mismo.

Carlos, por su parte, llegó a Wimbledon con su reciente triunfo en Roland Garros y sabe que, pase lo que pase hoy, recordará el 2024 como un gran año en lo que a nivel tenístico se refiere. En este aspecto tiene una ligera ventaja sobre Djokovic, quien si quiere rememorarlo de manera positiva tendrá que ganar el partido necesariamente. Este distinto grado de presión nos favorece claramente. El jugador español empezó su andadura en este torneo algo errático, fallando algo más de lo habitual en él. Solucionó un muy difícil encuentro en la tercera ronda, en el que sólo consiguió derrotar al estadounidense Frances Tiafoe después de cinco difíciles sets, pero a partir de ahí hemos visto a un jugador distinto que ha mostrado otra vez un nivel de juego suficiente para hacernos creer que, de nuevo, se llevará el trofeo a casa.

Creo que ambos tendrán las mismas dudas a la hora de plantear tácticamente su compromiso. Carlos sabe que hoy día supera al balcánico en velocidad y que sus golpes son más variados y resolutivos. Sabe que él se desenvuelve mejor con un juego rápido y de pocos intercambios. Pero al mismo tiempo, supongo que es consciente de que, dada la diferencia de edad, un partido largo y físicamente intenso también le podría favorecer. Y Nole sabe exactamente lo contrario: si bien se siente más a gusto con un juego algo más lento y de mayor control —aquí es donde creo que es algo superior al español—, también es conocedor del peligro que le acarrearía un partido demasiado largo, en el que los 16 años de diferencia harían paulatinamente su aparición.

¿Qué decisión tomarán? Tendremos que esperar unas horas para saberlo. Espero que la opción de Carlos sea la acertada y que, una vez celebrada su victoria, nos podamos recuperar un poco para ver cómo los futbolistas de la Selección levantan nuestra muy merecida cuarta Eurocopa.

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