La sobredosis de mediocampistas limita a la selección mexicana de Tata Martino en el Mundial

Tata Martino falló en sus propios pronósticos. Para el argentino México solo debía jugar en Qatar con tres delanteros, entre ellos Raúl Jiménez que pasó este año 77 días lesionado. El estratega, aferrado a su idea, decía que “Chucky [Lozano] y Alexis [Vega] pueden jugar en ese lugar y cuatro [atacantes] es una exageración”. Dejó sin oportunidad a un delantero como Santiago Giménez, que progresaba en el Feyenoord, y prefirió blindar su equipo con siete mediocampistas. La realidad le respondió dos semanas después con cero goles anotados en la Copa del Mundo. Los mexicanos tienen como reto poner fin a la sequía para aspirar a octavos de final.

“Siempre dije que el nueve es Raúl [Jiménez]. Está con una lesión que no le permite tener continuidad. Pero lo que me produce satisfacción es que no estamos en problemas por escasez”, dijo Martino en noviembre. La confianza plena en Jiménez ha sido su controvertida. El futbolista dejó de tener su rasgo de goleador tras la fractura craneal que sufrió en 2020. Su cuerpo reaccionó bien a la recuperación, pero le costó tomar ritmo. A inicios de este año mundialista, Jiménez pasó 77 días lesionado. En los 43 minutos que ha jugado en Qatar se le ha visto errático y sin opciones de aportar a sus compañeros. Martino le ha respetado su jerarquía por encima de los otros dos delanteros Henry Martín (77 minutos jugados contra Polonia) y Rogelio Funes Mori, sin jugar.

El Mundial de Qatar estuvo obligado por el apretado calendario y la pandemia de la covid-19 a ampliar el número de futbolistas por cada selección: de 23 a 26. Eso abrió el espectro para que los equipos pudiesen tener a un suplente del suplente o, visto de otra forma, más alternativas. Según Martino, Lozano, Vega e incluso Roberto Alvarado podían jugar como un nueve, pero al menos contra Argentina esa estrategia no funcionó.

Lo que sí abultó Martino fue el centro del campo. Llamó a Andrés Guardado, Héctor Herrera y a Carlos Rodríguez por ser sus extensiones en el campo. La velocidad y las lesiones han marginado a Guardado y Herrera. A Rodríguez le ha pagado mal el entrenador con solo dejarle jugar 19 minutos contra los polacos. La sorpresa ha sido Luis Chávez, de 26 años, que hizo su debut con el Tri apenas este año y tiene más minutos: 180. A otro al que le ha bajado el ánimo es a Edson Álvarez, del Ajax, que fue fundamental en el empate contra Polonia y que terminó en el banquillo ante la Albiceleste, en una movida que alarmó a los analistas.

Érick Gutiérrez, del PSV Eindhoven, tuvo su estreno mundialista al ingresar de cambio por Guardado en el partido contra Argentina. El centrocampista tuvo problemas para seguir la marca de sus rivales. Poco pudo deslumbrar. El que no ha jugado aún es Luis Romo, del Monterrey, que en 2020 fue medular para que el Cruz Azul ganara la Liga. Tras mudarse de equipo ha tenido obstáculos para reencontrar su nivel. Su convocatoria también sembró dudas. Es en el medio campo donde parte el orden, equilibrio y las jugadas ofensivas, pero en este Mundial no han podido darle buenas opciones a sus extremos o a su delantero.

Entre estos siete mediocampistas se pelean solo tres lugares en su once inicial. Tanto contra Polonia como con Argentina usó a tres de ellos. De los 26 convocados, no han jugado los dos porteros suplentes (Alfredo Talavera y Rodolfo Cota), tampoco dos defensores (Gerardo Arteaga y Johan Vásquez), ni el medio Luis Romo ni el creativo de Orbelín Pineda ni el delantero Funes Mori.

Contra Arabia Saudí, México necesita ganar sí o sí y anotar, por lo menos tres goles, y esperar a lo que suceda entre Polonia y Argentina. “Necesitamos goles y lo que ha sucedido son situaciones diferentes porque hemos tenido a los delanteros con problemas físicos y apenas llegaron al Mundial, pero este problema no solo es de los delanteros”, comentó Martino este martes. Un mea culpa a medias en la búsqueda de una victoria contundente contra los saudíes (miércoles 13.00 horas).

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