Superpoblación de extremos en España para abrir defensas como la de Costa Rica
Luis Enrique convocó a siete atacantes de banda para afrontar partidos cerrados como el que planean los costarricenses
En bermudas, camiseta y sudadera blancas, Luis Enrique se presentó en el anfiteatro que la organización ha dispuesto para las comparecencias previas de los seleccionadores. El hombre mostró admiración por el funcional y abarrotado escenario en el que se disponía a ofrecer su primera rueda de prensa en un Mundial como seleccionador.
A horas de su estreno y del de la selección, al seleccionador español le inquieta la sobreexcitación que suele generar en los futbolistas el primer partido de una Copa del Mundo y la eficiencia que pueda mostrar el equipo para abrir un partido que intuye de pierna dura y cerrado por parte de los costarricenses.
“Ellos siempre compiten, los ticos sienten el fútbol. Es una selección experta con jugadores que han disputado tres Mundiales”, advirtió Luis Enrique. El histórico de la selección bajo el mandato del preparador asturiano descubre una mayor dificultad para que el juego fluya en los últimos metros ante selecciones de rompe y rasga que ante las grandes potencias, que dejan más espacios a sus espaldas.
Bajo la necesidad de encontrar soluciones a partidos como el que planteará este miércoles Costa Rica, Luis Enrique elaboró la lista de delanteros para este Mundial. La inclusión de ocho atacantes, con solo uno de ellos con la etiqueta de nueve de referencia, Álvaro Morata, es significativa. Sacrificó a Borja Iglesias como relevo de Morata para añadir a Ansu Fati. “Tenemos un estilo que nos hace casi dominadores absolutos de los partidos y necesitamos esa clase de jugadores”, relataban en la federación el día que el seleccionador ofreció la lista de convocados.
Luis Enrique ha poblado la línea de atacante de extremos en busca de un repertorio variado. La nómina es clarividente al respecto: Sarabia, Dani Olmo, Ansu Fati, Nico Williams, Ferran Torres, Yeremi Pino y Marco Asensio. Todos jugadores de banda para el desborde y todos con capacidad para jugar por dentro también.
La imponente irrupción de Nico Williams, la resurrección de Marco Asensio, o la apuesta por Ansu Fati no han supuesto que le costara su ausencia en el Mundial a los más habituales como Sarabia, Yeremi Pino, Olmo o Ferran Torres. Ninguno se cayó de la lista. Luis Enrique ha preferido acumular extremos a prescindir de alguno de ellos. Se ha traído al Mundial a todos los que le han convencido durante la fase de clasificación. Y los dos que no participaron, Asensio y Ansu Fati, siempre estuvieron en su cabeza como jugadores fundamentales para construir la línea de ataque. El madridista era una de sus grandes apuestas ofensivas cuando llegó al cargo en 2018. Al azulgrana le hizo debutar con 18 años en septiembre de 2020. En cuanto los dos han mostrado signos de recuperación, ha vuelto a reclutarlos.
El seleccionador español es consciente de que en esos partidos farragosos en los que no se descubren agujeros hay un punto en el que solo vale el regate o el regate. Para ello se ha traído una colección de dribladores en los que se entremezclan los veloces, los más asociativos, los virgueros y los que atacan los espacios. “Nuestro sistema se basa en ser protagonistas con balón, pero los extremos son muy importantes no solo en el uno contra uno, también son tan importantes en la fase defensiva, porque ellos son los primeros en ir a la presión cuando perdemos la pelota. Por eso tenemos tantos y el entrenador puede elegir”, dice Sergio Busquets.
La obligación de ensanchar el campo y de ser profundo ante rivales como Costa Rica es otro de los motivos por los que Luis Enrique decidió reemplazar al valencianista José Luis Gayá. Los laterales para él deben transformarse en extremos cuando se proyectan al ataque. “Con otro jugador no hubiera hecho lo mismo, se hubiera quedado. El lateral izquierdo es la única posición a la que ningún otro jugador de los que tengo se puede adaptar. Ha tenido muy mala suerte Gayà. Si hubiera sido en otra posición seguiría aquí. Gayà sabe lo que le aprecio”, explicó con cierta vehemencia el seleccionador. “Los laterales que yo necesito deben tener un perfil en ataque como si fueran extremos. Si se lesiona Jordi Alba no hubiera tenido otro y qué me hubierais dicho. Con el corazón Gayá hubiera seguido, con la cabeza tengo que cumplir como entrenador”, concluyó Luis Enrique, entregado a los extremos como solución.
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