Marc Márquez ya no se esconde en su presentación con Ducati: “Si estás en el equipo de referencia, quieres llevarte todos los títulos”
El ocho veces campeón del mundo pone la mirada en el título después de haber renacido personal y deportivamente el año pasado de la mano de Gresini
Marc Márquez Alentà (Cervera, Lleida; 31 años) dice estar ante el reto más importante de su trayectoria deportiva. El ocho veces campeón del mundo fue presentado este lunes como nuevo miembro del equipo oficial de Ducati con pompa en la bucólica localidad alpina de Madonna di Campiglio, un paraíso del esquí y la nieve situado en los Dolomitas del Brenta, en Italia. Eclipsando a su compañero Pecco Bagnaia, tricampeón del mundo y hasta ahora referente absoluto de la marca de Bolonia, el piloto español arrancó esta nueva etapa con mucha emoción y sin esconder sus objetivos. “Siento mariposas en el estómago. Esto supone el inicio del que considero el reto más importante de mi carrera. Si estás en el equipo de referencia, quieres llevarte todos los títulos. El objetivo final no puede ser otro que ser competitivo en cada carrera, conseguir podios y victorias e intentar luchar por el Mundial”, aseguró desde el escenario.
Ducati ganó el año pasado 19 de los 20 grandes premios disputados y encadena tres títulos de pilotos consecutivos, además de cuatro de equipos y cinco de constructores. La GP-25 presentada este lunes, sin lugar a dudas, será la moto a batir en este inicio de curso, una máquina casi perfecta que lima las imperceptibles flaquezas de la montura que coronó a Jorge Martín, ahora en Aprilia, el curso pasado. “Es imposible mejorar lo del año pasado, pero podemos trabajar más y mejor para lograr los dos campeonatos del mundo, el de piloto y el de constructores”, explicaba Gigi Dall’Igna, máximo responsable de Ducati Corse y gurú técnico de la categoría. El título más preciado se lo llevó el madrileño con Pramac, un equipo cliente, algo nunca visto en la era MotoGP. “Tenemos a los dos mejores pilotos de la parrilla dentro del garaje. Pecco es quien nos devolvió a la gloria después de muchos años, y Marc es objetivamente uno de los mejores pilotos de la historia”, celebraba el ingeniero italiano.
El flamante Dream Team de Ducati, como le llaman ya varios miembros de la fábrica, acumula once títulos de campeón del mundo en el garaje. “Es un desafío, no es nada habitual ni fácil gestionar un garaje con 11 títulos”, reconocía Davide Tardozzi, expiloto y director del equipo. La dupla Márquez-Bagnaia está a tres coronas de las 14 que compartieron Valentino Rossi y Jorge Lorenzo en su segunda etapa juntos en Yamaha. Esa aventura acabó con los garajes del italiano y el español separados, una situación que confían evitar los gerifaltes de Ducati, entre sonrisas.
Davide Barana, actual mano derecha de Dall’Igna, dijo fiarlo todo a la voluntad de trabajo incesante del grupo, mientras el director deportivo de la marca, Mauro Grassili, cree que la armonía será clave para asegurar éxitos. Márquez, que acumula 62 victorias, 111 podios, 66 poles y 63 vueltas rápidas en 189 carreras en MotoGP, aseguró que está de acuerdo con el planteamiento de la estructura. “Toca trabajar en equipo, luego ya veremos donde estamos a final de año”, decía el catalán. Bagnaia, 29 victorias, 51 podios, 24 poles y 18 vueltas rápidas en 106 carreras en la categoría reina, reconocía que el escenario más factible es una lucha cara a cara por la corona. “Marc será el principal contendiente. La moto es mejor que la que tenía el año pasado y con esa ya consiguió varios podios y tres victorias. Si tengo que imaginarme cómo irá el campeonato, creo que seremos nosotros dos luchando por el título”, aventuraba el turinés. “¡Que gane el mejor!”, apostillaba, lanzando el reto que puede marcar la campaña.
Dall’Igna, el referente absoluto de la fábrica de Bolonia, se situó al lado de Márquez en el estrado y reconoció la emoción que siente al contar con un piloto de su calibre en el equipo. “Marc pasó por momentos muy malos y con nosotros, el año pasado, recuperó su mejor forma. Esta puede ser una bonita historia que contar en el futuro”, aseveró. El año pasado, con el equipo cliente Gresini, el 93 resucitó deportiva y personalmente después de 1.000 días sin registrar una victoria y tener que pasar por quirófano hasta cuatro veces para reparar su húmero maltrecho desde 2020. Se llevó tres triunfos a pesar de contar con maquinaria desactualizada y un grupo técnico inferior al de una estructura de fábrica.
Ataviado de rojo de arriba abajo, convenientemente su color favorito, Márquez se despidió del escenario encantado de la vida. “Ducati me devolvió la sonrisa el año pasado, y este año espero seguir sonriendo”, concluía. Las expectativas están por las nubes cuando queda un mes y diez días para el inicio del campeonato en Tailandia, el lugar donde ganó precisamente su último título hace ya seis temporadas, antes de que empezase su calvario de lesiones y una profunda crisis deportiva con Honda.
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