Un ataque “masivo” y “coordinado” contra las vías de tren de Francia sacude la jornada inaugural de los JJ OO
Tres grandes líneas férreas de alta velocidad desde París quedan paralizadas por “incendios intencionados” y afectan a 800.000 viajeros. El tráfico empieza a restablecerse parcialmente por la tarde
Un sabotaje “masivo” y “coordinado” contra las vías férreas ha sacudido Francia en la mañana del día que los ojos de todo el mundo están fijados en este país por la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos. Varios incendios en algunas de las principales líneas que salen de París han dejado a 800.000 pasajeros sin poder viajar, mientras los servicios de inteligencia y policiales se han activado para encontrar a los responsables. Se desconocen por ahora los motivos y los autores.
El temido ataque a los JJ OO no ha llegado en forma de atentado ni por internet, sino que ha tocado al corazón de la red de transportes: los trenes de alta velocidad que conectan la capital con el resto del territorio. La presidenta de la región parisina, Valérie Pécresse, denunció “una tentativa de desestabilización”.
Para las autoridades, se trata un acto con clara voluntad de sembrar el caos y dañar a Francia y los franceses en un día señalado como este 26 de julio. El sabotaje ha afectado a los trenes que van a regiones y ciudades como Bretaña, Burdeos, Lille, Estrasburgo e incluso Bruselas y Londres. La reparación de las líneas podría prolongarse hasta el inicio de la semana próxima. En la tarde del viernes la circulación se restableció parcialmente en las líneas afectadas.
El primer ministro en funciones, Gabriel Attal, declaró en la red social X: “Pronto esta mañana se han llevado a cabo, de manera preparada y coordinada, actos de sabotaje en las instalaciones de la SNCF”. La SNCF es la compañía pública de ferrocarriles. “Las consecuencias en la red ferroviaria”, dijo Attal, “son masivas y graves”. Y añadió: “Nuestros servicios de información y nuestras fuerzas del orden están movilizados para encontrar y castigar a los autores de estos actos criminales”.
La fiscalía de París ha abierto una investigación, según el diario Le Monde, por “deterioro de bienes con capacidad para dañar los intereses fundamentales de la nación”, “degradaciones y tentativas de degradaciones por medios peligrosos y en banda organizadas”, “ataques a un sistema de tratamiento automatizado de datos en banda organizada” y “asociación de malhechores”.
El presidente de la SNCF, Jean-Pierre Farandou, ha denunciado incendios intencionados en intersecciones de vías ferroviarias para maximizar el daño. “Un incendio afecta [así] a dos destinos”, ha explicado. Farandou ha dicho que las cifra de afectados se eleva a 800.000, en un día que muchos parisinos partían de vacaciones y otros franceses se dirigían a la capital para asistir a los JJ OO. Las líneas de alta velocidad afectadas son tres, las llamadas París-Oeste, París-Norte, París-Este. Otro sabotaje se ha desactivado en la línea París-Sureste.
Todo esto ocurría mientras París ultimaba los detalles para el mayor acontecimiento que acoge la ciudad en décadas: el desfile inaugural por el Sena, con presencia de un centenar de jefes de Estado y de Gobierno y unos mil millones de telespectadores en todo el planeta.
En la estación de Montparnasse, de donde salen los trenes de alta velocidad en dirección a la cornisa atlántica, Burdeos y Toulouse, miles de personas sin posibilidad de viajar esperaban instrucciones o buscaban alternativas, sentadas por el suelo, en los cafés de los aledaños o en la calle bajo la lluvia. No había enfadado entre los viajeros, sino más bien resignación mientras escuchaban por los altavoces instrucciones o miraban a las pantallas sin prácticamente destinos anunciados.
“No hay trenes, ni mañana tampoco”, anuncia hombre por teléfono a un allegado o familiar frente a las vías cerradas con una valla. “Vaya disgusto”, dice Fadelle, una mujer que vive en Madagascar y pasa unas semanas en Francia, entre otras cosas, para asistir a la boda de una amiga. Las festividades de la boda empezaban el viernes por la tarde cerca de la localidad de Niort, y duran hasta el domingo. Fadelle, tras anularse el tren a Niort, no tenía claro que pudiera llegar a la cita. Pero no perdía la sonrisa y relativizaba: “No ha muerto nadie”.
“El mal tiempo y ahora esto”, lamenta Damien, que tenía un billete para ciudad costera La Rochelle. Pero se lo ha tomado con filosofía: “No vamos a ser como el típico francés, quejándonos. Hay que tomárselo con calma”. Y, como Fadelle, afirma: “No ha muerto nadie”.
Según fuentes citadas por Le Parisien, los investigadores siguen la pista de grupúsculos de ultraizquierda y, por la capacidad de dañar puntos estratégicos de la red, contemplan la existencia de una posible complicidad interna en la SNCF.
El primer ministro Attal, en una comparecencia en el centro de crisis del Ministerio de Transportes, respondió a una pregunta sobre esta hipótesis: “Llamo a la prudencia. Lo que sabemos, lo que constatamos, es que esta operación ha sido preparada y coordinada, que se ha apuntado a untos neurálgicos, lo que muestra conocimiento de la red para saber dónde golpear. No puedo decidir más sobre los autores [ni] las motivaciones”.
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