Naia Laso, un récord de precocidad nacido del ‘skate’
La ‘rider’ de Bermeo será con 15 años la más joven en la delegación española en los Juegos de París, reflejo de un deporte de niños
Faltaban todavía tres meses para que Naia Laso naciera, el 19 de noviembre de 2008 en Bermeo (Bizkaia), cuando Rafa Nadal mordió el oro en los Juegos de Pekín de ese verano, Saúl Craviotto subió a lo alto del podio en K2 500 y Rudy Fernández dejó un póster para el recuerdo con su mate ante Dwight Howard en la final olímpica de baloncesto ante Estados Unidos. Y aun así, pese a esa brecha generacional, la skater de 15 años coincidirá con los tres mitos en los Juegos de París, donde será la deportista más joven entre los 382 atletas de la delegación española. “Es algo increíble”, explica Naia a EL PAÍS desde California, donde está todavía concentrada preparando la competición.
El récord de precocidad lo impulsa una disciplina, el skate, que debutó en Tokio y que es un deporte de niños. La siguiente en la lista de benjamines es su compañera Natalia Muñoz, apenas unos días mayor que ella (es del del 26 de septiembre), y si consiguiera subir al podio Laso se convertiría en la medallista española más joven de la historia en una modalidad individual olímpica. Ya en los últimos Juegos el oro en el ejercicio de street (como patinar en la calle, entre barandillas y cajones) lo celebró la japonesa Momiji Nishiya con solo 13 años, y la plata en park (se compite en rampas y piscinas) fue para su compatriota Kokona Hiraki, un año menor. El atleta español más joven en participar en unos Juegos Olímpicos fue la nadadora Antonia Real, que sumaba 12 años, 10 meses y seis días cuando saltó a la piscina de Montreal 76.
Toda la timidez de Naia Laso para hablar, para contar su corta vida, se convierte en desparpajo y atrevimiento encima del patín. Empezó a los siete años, imitando en un parque los juegos de su hermano, a los 12 ya era campeona de España y a los 14, quinta en su primer Mundial. Con 15 estará en París después de un buen susto. La skater ascendió a la quinta posición del ránking tras ganar en marzo una prueba del circuito mundial en Dubái, pero se rompió la clavícula izquierda al chocar con otra rider en un entrenamiento previo al preolímpico de Shanghái en mayo. En esa cita y en la siguiente parada clasificatoria, en Budapest en junio, Laso apenas salió a tirarse para puntuar lo mínimo y así atar el billete a los Juegos.
La lesión está prácticamente sanada, aunque la puesta a punto se ha retrasado respecto al resto del equipo español: Naia Laso, Julia Benedetti, Danny León y Alain Kortabitarte compiten en park, y Natalia Muñoz en street. El grupo, entrenado por Alain Goikoetxea, se concentró 12 días en California, donde hay más y mejores instalaciones, y Laso ha prolongado una semana su estancia allí para recuperar algo del terreno perdido.
“Me gusta la sensación de libertad en el skate, patinar con mis amigos e intentar un truco hasta que nos sale a todos. Para mí es como una manera de expresarme”, cuenta la joven, que de niña practicaba también el surf y el esquí, y que acaba de terminar cuarto de la ESO y empezará Bachiller. Eso será después de los Juegos de París, donde aspira a dar la sorpresa. El skate, de estreno olímpico en Tokio (allí ya estuvieron Julia Benedetti y Danny León), ha ido creciendo en España e incluso se ha creado un circuito nacional, las Iberdrola Skate Series, para fomentar su práctica. Es la cuna de futuros niños olímpicos como Naia Laso.
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