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La semana sin fútbol no cura las heridas de la Real Sociedad, pero las alivia

El partido del domingo frente al Celta, una cita crucial para el futuro del equipo donostiarra, ahora en puestos de descenso

Real Sociedad
Jon Rivas

El fin de semana sin fútbol de Primera no le ha sentado mal del todo a la Real Sociedad, penúltima en este momento con cinco puntos, los mismos que el colista Mallorca. Asomarse a la ventana de selecciones después de una derrota suele ser un mal trago para cualquier equipo, pero en San Sebastián ha venido bien para calmar un poco los ánimos y pensar con algo más de perspectiva. Ver, por ejemplo, a Mikel Oyarzabal, un jugador “infravalorado”, según el seleccionador, marcando goles con la selección española, levanta un tanto el ánimo de los aficionados, por mucho que también se dispare la nostalgia de observar el despliegue de un Mikel Merino total, y un Zubimendi majestuoso, ahora ambos fuera del radar realista.

Pero al menos, la indignación inmediata tras la derrota última en Anoeta ante el Rayo Vallecano, se ha ido atemperando con el paso de los días. Se pedían cabezas, se cuestionaba la labor del entrenador, Sergio Francisco, la del director deportivo Erik Bretos, y la del presidente, Jokin Aperribay, después de un comienzo de temporada frustrante con una plantilla, que según los expertos del mercado de futbolistas, es la sexta de la Liga con más valor. Pero las cosas no salen como se esperaban. “Para mí es difícil asimilar que llevemos una victoria en ocho partidos”. Confesaba el entrenador tras perder frente al Rayo. “El equipo ha hecho muchas más cosas como para llevar una victoria”.

Sergio Francisco era consciente entonces de que suelen ser los técnicos los primeros en pagar el pato, pero, “yo me centro en hacer mi trabajo lo mejor posible. Entiendo que el camino a seguir lo marcarán otros. Yo creo que necesitamos seguir insistiendo y que el equipo está mucho mejor de lo que dicen los puntos y que de momento el fútbol no nos está devolviendo en puntos lo que estamos generando”. Además, “entiendo la preocupación de la gente. Todos los que estamos dentro estamos preocupados porque no somos capaces de darle la vuelta o de cambiar la dinámica”.

Así las cosas, el partido del domingo frente al Celta, también necesitado de puntos, en Balaídos, puede marcar el porvenir del equipo y también del técnico. Otra derrota puede hacer insoportable su permanencia en el cargo. Apenas dos semanas después aparece en el horizonte el derbi frente al Athletic, tras otro partido de Liga (Sevilla), y el trámite molesto en estas circunstancias, de la Copa del Rey ante el Negreira gallego.

La Real ha cambiado mucho en las últimas temporadas, porque aquel equipo que desplegaba un fútbol exquisito, que después, bajo la misma batuta, la de Imanol Alguacil, fue evolucionando poco a poco, al igual que la fisonomía de la plantilla, a otro juego más práctico, que se le hacía incómodo al rival por la presión en campo contrario, se ha pasado al fútbol de las últimas dos temporadas en las que los fichajes no han funcionado como se esperaba, y el ingreso de dinero por traspasos tampoco se ha invertido en suplir las ausencias.

En la plantilla actual conviven jugadores como Sadiq, apenas utilizado y silbado por la grada después de sus escarceos con el Valencia –en el que tuvo un periodo feliz la temporada pasada–; Zakharyan, que desde su llegada se ha pasado más tiempo en la grada que en el césped, o Orri Oskarsson, que parecía en condiciones para reaparecer en Vigo, pero que ha recaído de su lesión y no estará.

Al entrenador le crecen los problemas, porque Take Kubo, que regresó con un esguince de tobillo después del primer parón de selecciones, no ha recuperado su nivel habitual, no parece recuperado del todo todavía, y, a pesar de eso, jugó con su selección como titular el último amistoso frente a Brasil. Eso, y el larguísimo viaje de regreso desde Japón inquietan en la Real, una preocupación más en el club.

Y en la afición. “Entiendo la preocupación de la gente”, asegura Jon Martín, también lesionado en las últimas semanas, pero que regresa al equipo. “Todos los que estamos dentro estamos preocupados porque no somos capaces de darle la vuelta o de cambiar la dinámica, aunque tenemos muchas ganas de sacar la situación adelante”.

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Sobre la firma

Jon Rivas
En EL PAÍS desde 2018, estudió Ciencias de la Información en la UPV. Trabajó antes en La Gaceta del Norte, La Tribuna de Marbella, Deia, Gaur Exprés, Diario 16 de Málaga, Claro, El Mundo, durante 26 años, en los que cubrió 17 Tours de Francia, 6 Vueltas a España y 4 Giros de Italia. Ha escrito nueve libros, todos ellos relacionados con el deporte.
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