Ocho puntos de los últimos 21 en Liga: el Barcelona se enfría sin Lamine Yamal
Después del clásico en el Bernabéu, el cuadro azulgrana ha sumado ocho de 21 puntos y ahora perderá por las próximas tres semanas a su joven estrella
Como si viviera reflejado en el ambiente que rodea, el fútbol del Barcelona de Hansi Flick salta del calor de estadio del Borussia Dortmund (2-3) al frío de Montjuïc ante el Leganés (0-1). Nunca tan gélido en la temporada como ante el cuadro madrileño: 39.523 espectadores, la asistencia más baja de la campaña, sin grada de animación ni público encendido capaz de encender anímicamente a un equipo novato (23,7 años de media, la más joven de la Liga), sin líderes determinantes, demasiado pendientes del talento sin techo de Lamine Yamal, ahora de nuevo en la enfermería tras un nuevo problema en el tobillo derecho. El Barcelona de Hansi Flick se apaga en la Liga: cinco puntos de los últimos 18, ocho de 21 si se tiene en cuenta la victoria en el derbi ante el Espanyol, el punto de inflexión en el juego de los azulgrana.
El bajón de Lewandowski. Fue tras el partido contra el Espanyol en Montjuïc, una jornada después de tomar el Santiago Bernabéu, cuando Hansi Flick se enfureció con el vestuario. “Les he dicho al descanso que a veces perdemos la concentración y estas cosas a veces pasan. Lo acepto, hasta ahora el equipo está haciendo una temporada muy buena con un rendimiento espectacular”, expuso el técnico azulgrana tras la victoria en el clásico catalán (3-1). Antes del partido contra el Espanyol el Barcelona había sumado 30 puntos en 11 partidos, con 37 goles a favor, 14 (38%) llevaban el sello de Lewandowski. En las siguientes siete fechas, el Barça marcó 13 goles, solo dos (15%) del polaco. Un Barça simbiótico con su delantero: el equipo remata menos, ha pasado de contar cuatro por partido a dos; mientras que Lewandowski pierde el olfato en el área, su acierto en los remates era del 32%, ahora del 13%. “No puede fallar lo que falló contra el Leganés. Tuvo dos muy claras, en la primera hasta tuvo tiempo de hacer lo que quería”, sostienen desde el área deportiva. Con las musas goleadoras de Lewandowski en stand-by, al Barcelona le queda la inspiración de Lamine Yamal.
Sin Lamine no hay Barça. Lamine Yamal suma 72 partidos en el primer equipo, tiempo suficiente para levantar un Golden Boy que ya parece quedarle pequeño, cuando solo tiene 17 años. Sin extremos en la plantilla, cada vez que el Barcelona quiere abrir el campo, mira a Lamine Yamal. En la otra banda, está Balde. “¿Balde?”, preguntan en la dirección deportiva; “no decide bien en ataque, no es contundente en defensa. La gente criticaba a Cancelo y ahora daríamos cualquier cosa por tenerlo de nuevo”. Sucede, entonces, que cuando el Barça no puede abrir defensas cerradas, la única llave la tiene Lamine. Los números son escalofriantes: sin Yamal en el campo, el Barcelona jugó cuatro partidos, no ganó ninguno. Con él en el césped, los azulgrana disputaron 14 partidos, ganó 12, empató uno y perdió otro, contra el Leganés. “Le pegaron en el primer tiempo, pero quería seguir jugando por sus cojones”, cuenta un veterano del vestuario. Este lunes el Barcelona comunicó el parte médico. “Tuvo un traumatismo en el tobillo derecho. Las pruebas realizadas esta mañana han mostrado una lesión de grado 1 del ligamento intertibio-peroneo anterior”, informó el club azulgrana. El canterano estará de baja entre tres y cuatro semanas, un tiempo para que emerjan nuevos líderes en un equipo sin líderes.
El capitán Raphinha. Desde que la vieja guardia tiene su jubilación de privilegio en el Inter de Miami a la sombra de Leo Messi, al vestuario azulgrana le ha costado reconstruir el nuevo grupo duro. El capitán es Ter Stegen y su ascendencia acostumbra a ser cuestionado. Ni hablar de la de De Jong. Ninguneado por el club, el neerlandés está inmerso en el silencio futbolístico y de liderazgo. Amaga Araujo con tomar la palabra, pero recién está regresando de la lesión; Iñigo Martínez, por su parte, intenta dar un paso al frente, aunque solo lleva un año y medio en la plantilla del Barcelona. El brazalete, entonces, recae en un tipo querido como Raphinha. “No se puede salir a un partido como se salió frente al Leganés. No es un problema del entrenador. Es de los jugadores”, se queja un directivo. No tiene más el Barça, un grupo joven, sin líderes potentes, parece condenado a pecados de juventud.
Falta de gasolina. La columna vertebral del Barcelona no tiene el bagaje suficiente para tolerar ritmo trepidante del fútbol físico de la Champions sumado al intenso de la Liga. El Barça recupera el dominio en Europa, pero queda vacío en España. Cubarsí tiene 17 años, Casadó, de 21 años, el curso pasado jugaba en la Primera RFEF, mientras a la exagerada juventud de la plantilla se le suma Pedri (21), Balde (21) y, por supuesto, Lamine Yamal (17). “Los jugadores tienen que acostumbrarse a jugar cada tres o cuatro días, siempre con el máximo rendimiento”, recordó Marcus Sorg, segundo entrenador del Barcelona. Con la clase media de la plantilla buscando su sitio (De Jong, Araujo, Fermín, Pau Víctor, Ferran Torres y Eric García), Hansi Flick busca nuevos equilibrios para que los rivales no le sigan descubriendo trucos.
Sin nuevas fórmulas. El juego rápido y contundente del Barcelona, representado en Raphinha, busca reinventarse. Por ahora, la nueva receta de Hansi Flick está en el pasado: antes del partido contra el Espanyol, el Barça firmaba una media de 580 pases por duelo; después del derbi, 625. Los azulgrana han logrado un mayor control del cuero, pero a cambio han perdido capacidad para rematar (17 por 15), y recuperaciones en campo rival (8,55 por 7,7). Justo en el momento en el que el calendario parecía favorecerlos (Espanyol, Real Sociedad, Celta, Las Palmas, Mallorca, Betis y Leganés), el Barcelona se enfría en Montjuïc. Y, como si fuera poco, el próximo sábado recibirá sin Lamine Yamal, su brasero de fútbol, al equipo más caliente del momento: el Atlético de Griezmann.
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