El PSG más ibérico pone en órbita a Mbappé

Fue hace un año, tras quedar eliminados en octavos de la Champions en Múnich, cuando los príncipes de Qatar que dirigen el PSG acabaron por convencerse de que el camino hacia la grandeza que sueñan no pasaba por reunir figuras y agasajarlas para que fueran felices en París. Se lo aconsejó el propio Messi, después de darles la mano y marcharse a Miami. Lo comprendió el presidente, Nasser al-Khelaifi, vicario del emir, y lo aplicó el director deportivo, el portugués Luis Campos, en un plan de reconstrucción de la plantilla que inició en 2022. Como dijo un asesor de Al-Khelaifi: “Comenzaron a fichar jugadores para hacer equipo y apuntaron a los españoles y portugueses, pero sobre todo españoles, porque consideraron que eran los más adaptables, los más disciplinados, y los menos folloneros para crear una plantilla competitiva”.

De la mano de Luis Enrique, el proyecto más ibérico del Paris Saint-Germain está a un paso de alcanzar la final de Wembley. Menos de un año después de su presentación —un acto oscurecido por el reciente anuncio de Mbappé de que agotaría su contrato y se marcharía en 2024— el entrenador asturiano de 53 años se ha subido a la ola. El titular del diario L’Equipe este martes resumió el espíritu de los tiempos cuando el PSG se dispone a enfrentar al Dortmund en la ida de las semifinales de la Champions (21.00, Movistar): “La nueva estrella es Luis Enrique. El español se convierte en la encarnación principal del proyecto”.

Con un técnico que se proclamó heredero de Don Pelayo para acreditar legitimidad como seleccionador nacional en 2018, el PSG ha logrado dos cosas que nunca consiguió en 15 años de propiedad catarí. Primero, un modo de vida acorde a la máxima exigencia, tanto en el vestuario como en el campo de entrenamientos. Segundo, un estilo definido por la agresividad con y sin balón. Removido Neymar y su troupe, en la ciudad deportiva ya no se celebran fiestas con bailarinas emplumadas de escuelas de samba. El régimen se ha vuelto un poco cuartelario. Más futbolero en el sentido ibérico. Los fichajes de Fabián, Soler, Asensio, Hakimi, Lucas Hernández, Arnau Tenas, Vitinha, Mendes y Gonçalo Ramos han elevado a diez la nómina de jugadores formados o nacidos en España y Portugal. Aunque no sean titulares indiscutibles, su presencia ha consolidado un nuevo modo de entender la vida y el juego.

Luis Enrique regresó este martes a Dortmund, donde su equipo consiguió un trabajadísimo empate (1-1) que le dio la clasificación en la última jornada de la fase de grupos. Corría diciembre y el técnico acababa de descubrir que sobre la piedra de Vitinha —reconvertido en mediocentro en detrimento de Manuel Ugarte— construiría su templo. Entonces Luis Enrique advirtió que el PSG jugaría cada día mejor. Así fue.

“Mejoramos en todos los aspectos”, confirmó el técnico en la conferencia de prensa este martes, en el Westfalenstadion. “¡En todos! Lo hemos demostrado en toda la temporada”. El técnico, que acaba de levantar la Ligue 1 y ha llevado al PSG a la final de Copa, se enorgullece de dirigir la plantilla más joven de los cuatro semifinalistas. “¡Si perdemos será porque son jóvenes y si ganamos será por suerte!”, exclamó, socarrón. “Cada vez vemos deportistas más jóvenes. La juventud está súperpreparada. Es un dato muy positivo para nuestro club. Es una motivación”.

Cerrada la era de Neymar y la preeminencia brasileña, Luis Enrique lidera una regeneración ibérica al tiempo que gestiona la salida armoniosa de Mbappé. El francés suma 10 partidos y ocho goles en la Champions esta temporada. Su mejor registro.

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