La presión rodea al Atlético en Champions
Con la renovación de Simeone hasta 2027 a punto de firmarse, los rojiblancos necesitan ganar al Celtic
La minuciosa contabilidad de los esfuerzos que manejan Diego Pablo Simeone, su cuerpo técnico y los servicios médicos del Atlético dictaminó que el pasado sábado Antoine Griezmann y Koke solo disputaran una hora ante Las Palmas. Fuera cual fuera el resultado en el estadio de Gran Canaria, el trascendental partido de esta noche ante el Celtic de Glasgow (21.00, Movistar LC) priorizó la dosificación programada de los dos grandes referentes del Atlético en el campo. Con el liderato provisional en juego y el marcador en contra (1-0), el preparador sentó a sus dos próceres.
Bajo ese contexto, sentar a Griezmann y a Koke fue una decisión sin precedentes en la era Simeone. La indubitable señal del daño expansivo que generó la eliminación de la fase de grupos la temporada pasada y que aún pervive en la cabeza del plantel, del club y del entrenador. Este último ha tenido que negociar la renovación que firmará en los próximos días hasta 2027 bajo el estigma del batacazo europeo del curso pasado en un grupo formado por el Brujas, el Leverkusen y el Oporto y en el que el Atlético acabó en última posición. Un varapalo que, además de afectar a las arcas del club, golpeó de pleno en el prestigio del entrenador, de los jugadores y en la imagen de marca de la entidad.
Esta será la primera de las siete renovaciones firmadas por Simeone en las que Natalia, su hermana y apoderada, ha negociado en inferioridad frente al máximo accionista del club, Miguel Ángel Gil Marín. En las anteriores, el técnico siempre renovó al alza apoyado en sus éxitos y en el crecimiento económico que le propiciaron al club. En este nuevo contrato, asumiendo ambas partes la apretada situación económica y el deseo de continuidad, la discusión se ha centrado en la intención del club de que Simeone firme por tres años por los dos que prefería el técnico. Ese tercer año es un colchón para diferirle parte de los pagos atrasados del contrato que concluye en 2024, según fuentes conocedoras de las negociaciones.
Los efectos de la pandemia ya provocaron que el Cholo rebajara sus emolumentos, próximos a los veinte millones de euros netos por temporada, a 16,5. “Para crecer necesitas estabilidad y para tener estabilidad necesitas resultados y Diego [Simeone] ahora mismo es sinónimo de resultados. Por eso, ojalá que hagamos estos tres años más —en referencia a la ampliación de contrato de 2024 a 2027—”, afirmó ayer Gil Marín en declaraciones a Televisión Española. Ofrecer renovaciones largas o prolongaciones de contratos en vigor es la estrategia diseñada por Gil Marín para rebajar la masa salarial anual prorrateando lo sueldos en más años y así poder cumplir con las exigencias del control económico de LaLiga. Morata, Giménez y ahora Simeone lo han aceptado. El próximo será el capitán Koke. Sólo habrá subida salarial para el revalorizado como campeón del mundo, Nahuel Molina, con una de las fichas más bajas del plantel.
“Celtic”, respondió lacónico Simeone ayer cuando fue preguntado por su renovación. Ya le inquietó sobremanera el ambiente de euforia que rodeó al equipo antes del viaje a Las Palmas. El técnico cree firmemente que sus futbolistas son muy permeables a la presión que genera el elogio y tras la victoria con el Alavés estas se dispararon. Tras la derrota con Las Palmas deslizó que intuía que iba a suceder. El favoritismo nunca ha ligado bien con el cholismo, que prefiere manejarse con el perfil bajo y el partido a partido.
Como el curso pasado, el Atlético inició la fase de grupos con la etiqueta de ser el señalado para liderarlo. Cumplida la primera vuelta, el Atlético es segundo con cinco puntos, uno por detrás del Feyenoord, uno por delante del Lazio y cuatro por encima del Celtic. La necesidad de ganar esta noche para aclarar la clasificación es palmaria. Simeone es consciente y por eso ayer hizo uno de sus clásicos llamamientos a la hinchada. “Tenemos que enfrentar el partido con la intención que se merece. Seguramente, en nuestro estadio esperamos un gran apoyo de nuestra gente, que siempre invita a tener ese plus del que siempre hablamos que tiene el equipo”, advirtió el técnico argentino.
Que la deficiente campaña anterior en la Champions aún pesa en el plantel lo verbalizó ayer Mario Hermoso. “Sabemos lo que nos pasó la temporada pasada y vamos a darle la vuelta a toda esa bola que se va generando y no acompañó al equipo. Ya sabemos lo que exige la Champions League y su fase de grupos”, aseguró el central madrileño.
La presión para el Atlético no solo está en obtener la clasificación para los octavos de final, también en la conveniencia de terminar primero por cómo está el resto de grupos. Ser segundo le abocaría ahora mismo a la posibilidad de tener que medirse al Manchester City, al Bayern de Múnich, al Paris Saint-Germain o al Arsenal.
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