Ancelotti: “No nos atascamos sin Bellingham”
El entrenador italiano valora el empuje del Madrid, que sin la aportación goleadora del inglés se queda por primera vez esta temporada sin marcar pese a los 22 remates contra el Rayo
El Bernabéu tiene alma de teatro la mayoría de las jornadas ligueras, y mucho más un domingo de noviembre a las nueve de la noche contra un equipo como el Rayo. Después de 10 minutos de trasteo, aquello distaba mucho de ser una caldera y, de repente, se hizo un profundo silencio dramático. A Jude Bellingham le dolía el hombro izquierdo. Mucho, según sus gestos, tendido en el suelo tras una cesión con el pecho a Fran García en apariencia rutinaria. Carlo Ancelotti tuvo que montar un gabinete de crisis con sus ayudantes y mandó a Rodrygo a calentar. Salieron los médicos y hasta la Cruz Roja irrumpió con una camilla. La inquietud duró tres minutos, hasta que el joven inglés se levantó por su propio pie y regresó a escena. “Mañana [este lunes] le harán pruebas. Estaba un poco afectado, pero podía jugar. No creo que sea algo serio”, comentó nada más acabar el duelo Ancelotti.
Al inglés no le faltó su ración de Hey Jude, pero esta vez solo de fogueo, cuando recibió al inicio el premio al mejor jugador de octubre (cuatro tantos en Liga el pasado mes). Sin su gol, ya no se volvió a escuchar el hit del otoño en Chamartín. Sin Bellingham, autor de casi la mitad de las dianas del equipo (13 de 29), no hubo fiesta blanca. Por primera vez en todo el curso, el Madrid se quedó sin marcar tras haberlo hecho en los 14 encuentros previos. De nada le valieron los 22 remates, aunque solo cinco fueron entre los tres palos. El inglés, decisivo en los descuentos contra Getafe, Unión Berlín y Barcelona, se quedó lejos de anotar y la noche acabó mustia para los de Carletto.
¿El equipo se atasca si no marca Bellingham?, le preguntaron a la primera al técnico italiano. “No. Tenemos muchos recursos. Hoy no ha entrado en las situaciones importantes de gol, pero hemos creado con Valverde, Vinicius, Joselu, Rodrygo... Nos ha faltado un poco de acierto”, trató de zanjar el entrenador del Madrid. “El partido ha sido bien jugado, con buena actitud, energía y muchas oportunidades. Estoy dolido por el resultado, pero no por el partido. A veces, se gana sin merecerlo. [En la última semana], si teníamos que ganar un día y empatar otro, mejor ganar en Barcelona”, apuntó el de Reggiolo, que no tuvo pegas para su equipo ante un Rayo que no remató a portería.
Tras el susto, Bellingham se presentó con su versión más participativa. Hay noches en las que se limita solo a rematar rivales. Solo. Ante los vallecanos, se mostró de arranque más activo en la elaboración. Pululando en todo el frente, durante la primera mitad todo pasaba por él, la señal evidente del peso que ha adquirido en apenas tres meses. Fue el que más pases dio en el último tercio (28). Cerca andaba Modric, uno que no regala espacios, pero el muñidor era Bellingham.
Arriba, de entrada, estaba Joselu en lugar del melancólico Rodrygo, en el diván desde hace semanas por su escasez goleadora (dos dianas). Al nueve blanco no dejaban de buscarle por alto (hizo seis remates), hasta que Dimitrievski le sacó un cabezazo rotundo. En la primera parte, el Madrid acumuló 12 tiros, una cifra que igualó la mayor marca hasta ahora de un conjunto en esta Liga sin anotar, como el Sevilla ante Las Palmas.
Más Joselu
A la vuelta de la pausa, Joselu aportó otro remate para la colección, en plancha. A esas alturas, la noche empezaba emitir señales preocupantes para el Madrid. Como mínimo, le faltaba tino. Bellingham, de más a menos, ya no pesaba tanto y la voz cantante la llevaba Vinicius.
A Ancelotti se le nota bastante la nacionalidad italiana cuando los partidos se le tuercen. Una querencia muy clásica es empezar a acumular hombres de ataque en situaciones de necesidad. Mediada la segunda mitad, con el duelo ya revirado para el Madrid, el de Reggiolo movió piezas: prescindió de Modric para sumar a Rodrygo y, según Ancelotti, “dar amplitud al campo” y recuperar el viejo 4-3-3. Y a los minutos, Kroos por Fran García y Camavinga en el lateral izquierdo. Sin confianza en Brahim, que no salió, tampoco tenía más elementos puros atacantes. Arda Güler aún no está.
En la previa, Ancelotti pidió a los suyos que era “el momento de dar un golpe fuerte en la mesa” para confirmar la ventaja obtenida en el clásico. Un día más tarde y tras empatar ante el Rayo sin los goles de Bellingham, negó la dependencia de Jude.
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