Antonelli se gana que le llamen Kimi
La remontada del italiano en Melbourne convierte al sustituto de Hamilton en Mercedes en el mejor debutante de la década en la F1


De Andrea Kimi Antonelli se sabe que el chico es un prodigio al volante y que Mercedes, especialmente Toto Wolff, el director de la escudería de la estrella, quiere hacer de él el nuevo Max Verstappen. Casi nada. Desde este domingo, en Melbourne, también se sabe que el chaval, de solo 18 años, sabe cómo sobreponerse a un bofetón como el que se llevó el sábado, en el que no pudo pasar de la primera eliminatoria de la cronometrada (Q1), cosa que le mandó a las catacumbas de la parrilla con vistas a la carrera. Una muy mala noticia y aún peor que eso si tenemos en cuenta que fue el único de los cuatro novatos que no pasó ese primer corte, a pesar de conducir el coche más competitivo de todos ellos. Sin embargo, al día siguiente, en una jornada atormentada, y nunca mejor dicho, la nueva esperanza italiana encontró una rendija por la que meter el morro, un agujerito que le llevó a culebrear por entre el pelotón y a sortear todos los muros que abrazan el circuito de Albert Park, ese que la lluvia convirtió en un campo de minas, para remontar hasta la cuarta posición final, justo por detrás de George Russell, su compañero en el equipo, que formó el cuarto en la parrilla, 12 coches por delante de él. El resto de debutantes (Bortoleto, Doohan y Hadjar) terminaron estampados en la pared.
En su frenética escalada, Antonelli pasó por las mil y una. Hizo un trompo, un adelantamiento antológico a Alex Albon, trazando por fuera en una curva rápida a la izquierda, y hasta fue penalizado momentáneamente con cinco segundos, por reincorporarse al carril de los talleres de forma irresponsable. El castigo, que no le fue comunicado por la radio para no influir en su concentración, le recolocó el quinto en la clasificación, precisamente detrás de Albon, pero Mercedes interpuso un recurso amparándose en el derecho a la revisión del caso. Con las imágenes enfrente, los comisarios estimaron entonces que la acción, en la que Antonelli supuestamente había entorpecido a Nico Hulkenberg, no era merecedora de sanción, circunstancia que derivó en la restauración de esa cuarta posición para el primer italiano que aspira a volver a ganar un gran premio, algo que no ha ocurrido desde 2006 (Giancarlo Fisichella). Este resultado es el mejor para un novato en su estreno en el certamen desde el segundo puesto que se adjudicó el danés Kevin Magnussen al volante de en un McLaren, precisamente en Australia, en 2014, y hace del boloñés el segundo corredor más precoz en puntuar (18 años, 6 meses y 19 días), solo superado por Verstappen, que lo hizo un año antes que él.
“Creo que se dieron las peores condiciones posibles para mi primera carrera. Y está claro que cometí un par de errores, sobre todo cuando trompeé, pero es que la cosa era muy complicada, porque las líneas blancas eran fatales. Por eso estoy muy contento”, resumió uno de los protagonistas de la jornada.
La machada de Antonelli es una bocanada de aire para Wolff, que se la jugó al apostar por él ante las reservas de no pocos miembros de Mercedes, que consideraban precipitada su promoción. Durante el último invierno, el muchacho se ha pegado un atracón de kilómetros al volante de monoplazas de un par de años atrás, en unos entrenamientos que impresionaron a muchos de los allí presentes. Era habitual verle dando vueltas en Silverstone, donde se pasó más de un día entero practicando la aproximación al garaje y el cambio de ruedas, una maniobra que al principio se le encallaba. El accidente que sufrió durante el primer ensayo libre del Gran Premio de Italia, en Monza, por forzar más de la cuenta, todavía añadió más dudas acerca de su madurez. Que Mercedes le confirmara al día siguiente como sustituto de Hamilton para 2025 fue un órdago de Wolff, que seguramente se ha pasado unos días con un nudo en la garganta por lo que pudiera pasar. Y lo que pasó es que su pupilo cuadró un domingo para la historia, a la vez que le quitó de encima al austríaco una losa de varias toneladas de peso.
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