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Sushi, frío polar y un anillo inteligente: así se recupera España en 96 horas para jugar la semifinal contra Francia

La selección comenzó la recuperación en el vestuario de Stuttgart con comida específica tras eliminar a Alemania y siguió con crioterapia al llegar al hotel pasada la medianoche

España Eurocopa
Joselu se mete en la cámara hiperbárica, para recuperar tras el partido.Pablo García/RFEF (Pablo García)
David Álvarez

La semifinal del martes contra Francia en Múnich comenzó el viernes por la noche en Stuttgart con unas bandejas de sushi, el anillo inteligente de Dani Olmo y una visita a un Polo Norte portátil pasada la medianoche. La batalla con Alemania había sido larga y cruenta: el partido con más faltas (39) en una Eurocopa desde 2016. El intercambio de golpes hasta la prórroga no dejó apenas un futbolista que caminara con estabilidad. “Reventado... Reventado, la verdad”, resumió Olmo todavía sobre la hierba. Y recordó su último ataque: “Se me han subido los dos gemelos ahí”.

Desde ese momento, poco antes de las 21.00, hasta el principio de la semifinal, también a las 21.00, quedaban solo 96 horas para recuperar a un batallón exhausto. En esos días apenas se puede entrenar. La reconstrucción comienza por el estómago. Las dos horas posteriores a un partido son una ventana metabólica, el momento clave para que el cuerpo aproveche mejor lo que se le aporta. Ahí entra a trabajar la nutricionista de la selección, Toscana Viar, con varios objetivos: “Reponer los depósitos de glucógeno que se han gastado durante el partido, que son como los depósitos de gasolina de los jugadores; reparar el daño muscular que se ha producido durante el partido; y rehidratar y reponer las sales minerales”.

Para recargar el glucógeno se necesitan alimentos ricos en hidratos de carbono de absorción rápida, como el arroz blanco y la pasta, pero a los jugadores no les apetece comer justo después de jugar. Hay alternativa: “Pueden ser también batidos, siempre hacemos uno inmediatamente después de terminar el partido”, dice Viar. Luego ya resulta más sencillo que les entre arroz, pasta o pan. Por eso es habitual ver en los vestuarios pizzas, que llevan también proteínas, lo necesario para reponer la masa muscular: pescado, carne, huevos...

Joselu, dentro de la cámara hiperbárica.
Joselu, dentro de la cámara hiperbárica. Pablo García/RFEF (Pablo García)

El viernes tocó sushi. “Hay días que podemos comer una hamburguesa con una carne de calidad y un pan bueno. Intentamos que no haya demasiadas grasas, porque dificultan la absorción de los hidratos de carbono, muy importantes ahora con muchos partidos seguidos y pocos días para recuperar”. Aunque no todas las grasas son malas: “Las de buena calidad tienen un poder antiinflamatorio que nos viene muy bien. Por ejemplo el pescado azul del sushi, que tiene grasas omega 3″.

Para rehidratarse, agua y la bebida estrella: “Una especie de mojito que les gusta mucho al que le solemos poner hielo, que va muy bien para bajar la temperatura corporal. También reponen las sales con suplementos de electrolitos y sales minerales”.

Todo eso aporta combustible al cuerpo para que empiece a recomponerse. Aunque lo esencial, como dice Eduardo Álvarez, durante años fisioterapeuta del Manchester City, no puede hacerse ahí: “Lo más importante es dormir. Lo que más regenera es dormir, un descanso adecuado”.

El índice de la mano derecha de Dani Olmo lo ratificó en la rueda de prensa a la que le obligó ser escogido MVP contra Alemania: al pasar por el vestuario se puso su anillo Oura, un dispositivo inteligente que usa desde hace algo más de un año y que ayuda a mejorar la calidad del sueño a partir del procesado de los datos que recogen sus sensores. En 2020 la NBA compró 2.000 para repartir entre los jugadores de la liga.

Aunque antes de dormir, le quedaba la visita al Polo. Al llegar al hotel de Donaueschingen, casi a las 0.30, los jugadores pasaron unos minutos en la cabina de crioterapia, a unos 120 grados bajo cero. El jefe de los servicios médicos de la federación, Claudio Vázquez, explicó hace unos días el motivo: “Al bajar la temperatura de manera drástica, se produce una vasoconstricción periférica y eso reduce la inflamación y aumenta la frecuencia cardiaca”. Estos días volverán a pasar por esa máquina, y por la cámara hiperbárica: “Aumenta el oxígeno en los tejidos y favorece la recuperación de la fatiga y de la inflamación muscular”. Después de casi una hora ahí, van a la fototerapia: “Produce vasodilatación, con el que el oxígeno se difunde con mayor facilidad y ayuda a la recuperación del jugador”, explica Vázquez.

Álvarez resume el poder de estos atajos tecnológicos: “Es hacerle trampas al metabolismo para que vaya más rápido”. La ocupación central de los futbolistas, como contó Rodri en una entrevista en la Cope: “Me paso el día intentando recuperar”.

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Sobre la firma

David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.
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