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Claves de Croacia en la Eurocopa: la vieja guardia comandada por Modric siempre compite

La selección balcánica persigue su último éxito en un gran torneo, tras el subcampeonato en la Liga de Naciones en 2023 y el segundo y tercer puestos en los Mundiales de 2018 y 2022

Eurocopa 2024
Los jugadores de Croacia celebran su clasificación para la Eurocopa.ANTONIO BAT (EFE)

Croacia nunca ha ganado un partido de la ronda eliminatoria de una Eurocopa. Y si esto resulta extraño, teniendo en cuenta que siempre parece que logran más de lo que cabría esperar de ellos. Fíjense en este dato: la última (y única vez) que derrotaron en 90 minutos a alguien después de la fase de grupos en un gran torneo fue hace 26 años en Francia (a Rumania y a Alemania). En Qatar incluso llegaron a semifinales tras ganar solo un partido antes de la prórroga o los penaltis, contra Canadá, y no jugaron mejor que ninguno de sus rivales en los otros cuatro partidos.

Aun así, el público de casa se ha acostumbrado a éxitos descabellados y ahora se espera más o menos lo mismo del equipo que se presenta en Alemania. Sin embargo, esta vez las cosas no pintan tan bien como en torneos anteriores, y eso sin contar la desastrosa campaña de clasificación de los Vatreni.

El equipo de Zlatko Dalic se planta en el campo con un 4-3-3, con el 4-2-3-1 como plan B. Muchos han insinuado que una línea de tres defensas le cuadraría mejor al grupo, pero eso no va a ocurrir mientras Luka Modric siga jugando y con toda probabilidad llevando la batuta entre bastidores.

Aun cuando tenga sentido armar el equipo en torno al (veterano) capitán, eso supone tener que desplazar a otros jugadores que están en plena forma fuera de sus ubicaciones naturales. De este modo, el papel híbrido de Josko Gvardiol en el Manchester City no se puede replicar en la selección, y Dalic tiene que optar entre ponerlo de defensa central o de lateral izquierdo.

Andrej Kramaric se luce en el Hoffenheim jugando de mediocentro, pero aquí se ve obligado a actuar de extremo o en punta. Incluso Bruno Petkovic, al que le gusta caer hacia atrás y jugar entre líneas con el Dinamo de Zagreb, tendrá que desempeñar un papel de delantero mucho más típico. Además, muchos jugadores han lidiado con problemas de baja forma o lesiones esta temporada, y hay muchas dudas en el arranque de la Eurocopa.

El seleccionador, Zlatko Dalic

“Queremos que Croacia vuelva a sentirse feliz, bien y orgullosa”, declaraba Zlatko Dalic tras anunciar la convocatoria para la Eurocopa 2024. “Hemos puesto el listón muy alto con tres medallas en cinco años y eso no es algo realista [a largo plazo]”, añadía, incluyendo la final de la Nations League del año pasado, que Croacia perdió en los penaltis contra España. Desde luego, el equipo ha gozado de un éxito tremendo bajo su mando, pero con el paso de los años sus rutinas populistas de relaciones públicas han ido cansando un poco a los aficionados y (al menos a algunos de) los jugadores. Probablemente, sea su último torneo como seleccionador nacional, y seguramente quiera despedirse con (otro) éxito.

El icono

Es Modric, por si alguien lo dudaba. Cumplirá 39 años en septiembre y lleva 18 jugando con la selección, acumulando más de 170 internacionalidades. Aunque en el Real Madrid dosificaron mucho sus minutos a lo largo de la temporada, lo más seguro es que este verano se le vuelva a exigir que dé todo y algo más con Croacia. “Limitar las apariciones de Luka no le hace ningún bien”, dice Dalic sobre este tema. “Tiene que salir en cada partido, es lo que le hace aún mejor. Siempre contamos con él como líder”. Así las cosas, Croacia también se encomendará al maestro en su canto del cisne.

Jugador al que seguir

Ninguno, la verdad. Se trata de un equipo de veteranos, y solo hay dos jugadores más jóvenes que Gvardiol, quien, a sus 22 años, ya es un jugador de talla mundial consolidado que afronta su tercera gran competición. Esos dos jugadores son los centrocampistas creativos Luka Sucic (RB Salzburgo) y Martin Baturina (Dinamo de Zagreb), de quienes no se espera que tengan muchos minutos este verano, pero que muy pronto podrían estar en la agenda de grandes clubes europeos, por lo que merece la pena al menos apuntar sus nombres.

El inconformista

El trono, lamentablemente, está vacante desde que Dejan Lovren se retiró de la selección y Marko Livaja, la mayor estrella nacional, se negó a jugar a las órdenes de Dalic tras un rifirrafe con la afición y la falta de respaldo del técnico. Si alguien se acerca a este título, sería Bruno Petkovic, un delantero atípico que es una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde para los Vatreni. Uno podría preguntarse cómo este dios del fútbol no juega en un equipo puntero de la Premier, pero también podría cuestionar que a un personaje tan piscinero, sacacodos y quejica se le permita pisar el césped.

La medular

Livakovic-Gvardiol-Modric-Perisic. Con 16 años de diferencia, Gvardiol y Modric son los únicos jugadores croatas de talla mundial ahora mismo. Dominik Livakovic fue el héroe en Qatar, asegurándose el pase a las eliminatorias con sus asombrosas paradas contra Bélgica, antes de dominar el choque contra Japón y enloquecer a Brasil en cuartos de final. La influencia de Perisic a lo largo de los años solo ha sido superada por la de Modric, y aunque regresa de una lesión importante a sus 35 años, sigue siendo importantísimo para el equipo, ya juegue de extremo o (posiblemente) de lateral.

Posible once inicial

4-3-3: Livakovic – Stanisic, Sutalo, Gvardiol, Sosa – Brozovic, Kovacic, Modric – Kramaric, Petkovic, Perisic.

Aficionado famoso

Lamentamos no encontrar a nadie que encaje en el papel. Snoop Dogg, a quien se le ha visto en alguna ocasión con la camisa de cuadros, o posiblemente Bill Belichick, el entrenador más famoso y de mayor éxito de la NFL, que tiene ascendencia croata. Tal vez Baby Lasagna, que quedó segundo en Eurovisión 2024. ¿No les convence? Qué le vamos a hacer. A nosotros tampoco.

Delicia culinaria

La cocina croata puede ser apasionante y versátil, pero no es algo que se aprenda asistiendo a un partido de fútbol. En el estadio se pueden conseguir palomitas, cacahuetes o pipas de calabaza. Incluso, con un poco de suerte, una salchicha tirando a cruda. Si disfruta de un partido en casa de alguien le pueden poner una selección de quesos locales y embutidos como prosciutto o kulen. Generalmente, a los croatas les da por beber y fumar cuando hay un partido de fútbol, y si uno no está masticando lo tiene más fácil para jurar en arameo por todo lo alto.

Este es un artículo en colaboración con The Guardian. Alex Holiga es periodista en Telesport.

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