Néstor Lorenzo, el heredero de Pékerman que reconcilió a Colombia con su selección
La Tricolor, perdedora de la final de la Copa América ante Argentina, se despide de Estados Unidos con un futuro prometedor
Néstor Lorenzo se tardó 26 partidos, dos largos años, en conocer la derrota al frente de la selección de Colombia. Su meritorio equipo perdió este domingo la final de la Copa América en el tiempo suplementario ante Argentina, con un solitario gol de Lautaro Martínez, pero tiene motivos de sobra para mantener la frente en alto, como él le pidió a sus jugadores, que se dejaron la piel en la cancha de Miami. “Perdimos, pero no lo siento como una derrota, es algo raro. Siento que los muchachos salieron victoriosos de todo el torneo”, reivindicó luego del partido el pupilo aventajado de José Pékerman, que ha recobrado el prestigio futbolístico del país.
Cuando le habían preguntado a qué se refería con hacer una buena Copa América, el seleccionador de Colombia fue directo al contestar: ganarla. “El objetivo es ganar cada partido”, ha repetido como un mantra. No se dio, pero incluso en medio de la desilusión se guardó una reserva de optimismo. “Tuvimos varios partidos con situaciones que nos hicieron reinventarnos. Estamos en un muy buen momento. El equipo tiene margen de mejora, y esperamos tener una gran actuación en el futuro”, apuntó en el Hard Rock Stadium, la noche de una final ensombrecida por los incidentes en el ingreso de los aficionados. Luego de su destacada participación en el torneo continental, Colombia irrumpirá entre los diez mejores equipos del próximo ranking Fifa. Razones no le faltan para consolarse.
La Tricolor, bajo la batuta de un rejuvenecido James Rodríguez, que se llevó el premio al mejor jugador de la Copa, ha sabido enderezar el rumbo, paso a paso, luego del irremediable naufragio en las eliminatorias rumbo al Mundial de Qatar. Ya no es aquel equipo melancólico y roto. Colombia se reconcilió con su selección. El mérito de Lorenzo va más allá de haber recuperado a James para la causa y haber sacado provecho de las gambetas inagotables de Lucho Díaz, el extremo del Liverpool. Los acompaña una base sólida e identificable que incluye al portero Camilo Vargas (Atlas); a Davinson Sánchez (Galatasaray) en el centro de la defensa, Daniel Muñoz en el lateral derecho y un mediocampo en el que se destacan el batallador Jefferson Lerma, compañero de Muñoz en el Crystal Palace; John Arias, campeón de Libertadores con Fluminense; y Richard Ríos, el volante del Palmeiras salido del fútbol sala.
“Lorenzo ejerce un liderazgo que es poco usual en nuestro país”, reflexionaba un editorial de El Espectador sobre cuánto tiene que aprenderle la sociedad a este equipo. “Hay ambición, por supuesto, si no no habría dicho desde un principio que su objetivo en este Copa América era ganarla. Pero sus intervenciones nunca son arrogantes ni sobradoras; su foco es lo colectivo, el reconocimiento de que un equipo triunfa sí y solo sí sus miembros se apoyan entre sí”.
En el camino, Colombia enlazó el invicto más largo de su historia, al superar una marca que se remontaba a 1994. En total, fueron 28 partidos; 25 de ellos en la era Lorenzo, con 19 triunfos y 6 empates. Incluyeron varias victorias de prestigio. Por primera vez, derrotó a Brasil en eliminatorias (2-1), con un emotivo doblete de Lucho Díaz; se impuso en amistosos frente a Alemania (0-2) y España (0-1); y se regaló un triunfo épico sobre Uruguay en la propia semifinal de la Copa América, un partido de vértigo en el que Colombia resistió con un hombre menos todo el segundo tiempo.
La racha solo terminó frente a la Argentina de Messi, dirigida por Lionel Scaloni, los campeones del mundo, que a su turno apenas han perdido dos de sus últimos 62 encuentros –el debut del Mundial ante Arabia Saudí y en eliminatorias ante Uruguay–. El gol de Lautaro Martínez en el minuto 112 de la final de Miami acabó con una imbatibilidad que se prolongó por 894 días. La última derrota colombiana había sido también contra la albiceleste, el 1 de febrero de 2022, en un encuentro por las clasificatorias a Qatar que se saldó con idéntico marcador.
“Junto con Xabi Alonso en el Bayer Leverkusen, Scaloni y Lorenzo son los dos máximos descubrimientos técnicos a nivel mundial. No hay mejores”, los elogiaba –y comparaba– en las páginas de El Tiempo de Bogotá el veterano cronista argentino Jorge Barraza, columnista de varios periódicos de la región. “Los dos tienen un estilo similar: estimular el buen fútbol, presionar alto y jugar en campo contrario”.
A pesar del sinsabor de la Copa, Colombia apunta al próximo Mundial. Se mantiene como la única selección invicta de las clasificatorias sudamericanas rumbo a Norteamérica 2026. Las maratónicas eliminatorias de todos contra todos de la Conmebol, que ahora otorgan más cupos que nunca antes –hasta siete entre diez equipos, a la espera del repechaje–, se reanudan con una doble fecha en septiembre. El equipo de Lorenzo visitará a Perú, el colero, y después recibirá en Barranquilla justamente a Argentina, el líder de la tabla. Los cafeteros acumulan 12 puntos en las primeras seis fechas, solo por debajo de la Scaloneta y del Uruguay de Marcelo Bielsa.
Lorenzo, un defensa que disputó con Argentina la final del Mundial de Italia en 1990, se forjó en los banquillos como asistente de Pékerman. Juntos llevaron a Colombia a los cuartos de final de Brasil 2014, su mejor actuación histórica, y después a los octavos de Rusia 2018. El currículo de ‘don José’ habla por sí mismo. En Rusia se convirtió en el entrenador que ha dirigido a Colombia en más partidos de Copa del Mundo (9), por encima de Francisco Maturana. Con su liderazgo tranquilo, sin estridencias, Pékerman se metió a los colombianos en el bolsillo durante los seis años que estuvo al frente del equipo. Lorenzo, su pupilo, va por el mismo camino.
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