Enric Mas: “Antes las críticas me hacían daño, ahora me motivan”

Desde que acabó el Tour, decidió volver a casa con la familia, a Andorra, donde el calor no ahoga y las carreteras se empinan. Lo que a él le gusta. Para Enric Mas (Artá, Mallorca; 29 años) no fue un Grande Boucle al uso, pues se perdió en la primera semana y media, resucitado sin embargo con los Pirineos, al fin sonrisa en la cara. Una que, dice, y demuestra durante la entrevista porque no señala el reloj y se abre sin tapujos, no ha perdido para afrontar ahora la Vuelta como líder del Movistar.

Pregunta. Dicen en su equipo que contactar con usted por teléfono es complicado, ¿por qué?

Respuesta. Cuando estoy en casa, intento estar centrado en lo que tengo aquí, que es la familia, los amigos… El teléfono lo uso más cuando estoy en carrera. Pero para mí es solo una herramienta para hablar o escribir, no juego con él ni me paso horas mirándolo.

P. ¿No le gustan las redes sociales? Su último mensaje en X es de octubre de 2023.

R. Pues no mucho, no. La verdad es que tengo una persona que me lleva las redes. Y de X no tengo ni la aplicación descargada en el móvil. No entro en las redes y no me paro a leer los comentarios.

P. Pues habrá de todo, buenos y malos…

R. Ah, seguro. Pero no los leo, no me importan. Habrá positivos, claro, y las críticas, las que me llegan por amigos o de gente de mi equipo, las transformo en algo positivo. Antes, cuando era joven, la crítica me afectaba y me hacía daño. Pero con el tiempo he construido una coraza y la verdad es que me gustan y me motivan.

P. Es que cuando pasó de amateur a profesional nadie le avisó de lo que se encontraría, ¿verdad?

R. No, para eso no hay una escuela y nadie te prepara para lo que viene, sea bueno, malo o regular. Es algo que debería revisarse. Pero en Movistar me han ayudado mucho.

P. ¿No es el ciclismo un deporte en el que es fácil criticar?

R. Aquí solo gana uno y criticar al resto puede ser un poco injusto. Pero estamos acostumbrados. Aunque no creo que sea solo en el ciclismo, pues en muchos deportes de élite pasa lo mismo. O te adaptas o te come. Así de duro es. Con el tiempo, sin embargo, aprendes a valorarte por el trabajo que haces. Y aquí todos saben lo que hago.

P. Aunque a veces con eso no basta, ¿no?

R. A veces no. En el pasado Tour, por ejemplo, estuve una semana y media en la que no me encontraba bien. Sufría en días de llano tanto como en los de subida. No sé qué me pasó, es un interrogante. Muscularmente iba muy mal y no recuperaba como lo hago normalmente. Me pasó factura. Aunque pudimos darle la vuelta. Llegaron los Pirineos y mi cuerpo cambio, y en las últimas etapas ya estaba el Enric de antes del Tour. Espero que se vea esa versión en la Vuelta.

P. ¿Es verdad que le costaba dormir en esos días que no le salían las cosas al inicio del Tour?

R. Para nada. Lo que mejor hago es dormir. Pero bueno, cuando me recuperé sí que pude disfrutar un poco del Tour. Yo funciono así, necesito tener buenas sensaciones.

P. Hubo un tiempo, cuando se cayó varias veces en las bajadas, que le daba miedo el descenso y lo superó gracias a la ayuda de su familia y un psicólogo. ¿Sigue trabajando con él?

R. Sí, sí lo hago. Creo que es algo fundamental trabajar la cabeza para afrontar las situaciones con calma y para poder rendir al máximo. Si mi cabeza no está tranquila, las piernas lo notan.

P. ¿El ciclismo son piernas o cabeza?

R. Es todo. Pero la cabeza influye muchísimo porque todo lo que estás viendo, lo que pasa a tu alrededor, lo procesa la cabeza. Y si es una situación que no te gusta y la mente la coge por otro camino, te puede quitar el poder rendir al máximo, te quita fuerza. Por eso es necesario trabajar la mente. Invito a los jóvenes a que lo hagan porque solo te ayuda a mejorar. Normalmente, los equipos tienen su psicólogo, pero si no se sienten cómodos con ese en particular, porque a veces no es fácil abrirse con una persona que no sabes de dónde viene o quién es, pues que utilicen a otro. Es necesario.

P. ¿De esto se puede hablar en el pelotón?

R. No, no. Esto no lo cuentas en el pelotón y menos a un rival. Son cosas de cada uno. Pero yo puedo decir que a mí me dio más confianza y me hizo volver a disfrutar de la bici.

P. ¿Dejó de disfrutar su profesión?

R. Sí, después del pavés del Tour de 2022 sufrí. No quería saber nada del Tour ni de la bici. Pero a la que volví a casa, me junté con los míos y lo trabajé, pude darle la vuelta. No sé, supongo que fue un cúmulo de caídas y no las entendí. Pero estar en el pelotón es un deporte peligroso porque hay mucho contacto y caídas. Quieras o no, es una lotería porque puede que hagas bien las cosas, pero uno de delante se cae, o se hace una montonera… Hay que entenderlo y adaptarse.

P. ¿Ahora disfruta del ciclismo?

R. Muchísimo. Incluso lo hago cuando sufro en la carretera. Aunque está claro que si en este deporte no sufres, algo mal estás haciendo…

P. ¿Y pudo disfrutar en el Tour cuando, dado su mal comienzo, se sintió liberado de responsabilidades en la general?

R. Pues sí, fue otra forma de correr y supimos darle la vuelta. Pero que quede claro que a mí me gusta correr por la general. Mis pódiums son gracias a carreras de tres semanas. Además, Eusebio [Unzue, director general de Movistar] me quiere para eso y es lo que me encanta, lo que más me atrae del ciclismo. También te hace líder del equipo. Son sensaciones positivas.

P. ¿Le anima que no esté Pogacar, Vingegaard ni Evenepoel en esta Vuelta?

R. No le doy importancia a quién viene a las carreras de los equipos rivales. En ocasiones no sé ni quién estará en tal o cual carrera. Pero bueno, que no esté Pogacar abre el abanico a los demás porque lo que hace es estratosférico. Giro, Tour y mueve unos números y hace unas cosas en carrera que están súper fuera de lo normal. Gana todo lo que corre. Sin él, es un poco menos difícil.

P. ¿Se ve ganador?

R. Me gustaría, claro. Me encanta competir y la voluntad de ganar la tengo. Si tengo piernas, soy el primero que quiero ganar.

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