El Barcelona se evapora ante el Asvel

Después de unos encuentros en los que había recuperado el color y encajado las piezas, animado por los jugadores que abandonaban la rebotica y por la sucesión de resultados -contaba con seis victorias seguidas en Europa y alcanzó la Copa del Rey sobre la bocina-, el Barcelona volvió a las andadas. Si bien un último arreón capitaneado por Punter pudo haber cambiado la historia, el equipo azulgrana se quedó con las ganas, penalizado por su defensa desaliñada, ataque sin cafeína y al fin sonrojo porque no entendió que las individualidades no pueden con lo colectivo, abofeteado por un Asvel más enérgico, físico y atinado con el tiro, sobre todo del fabuloso Maledon.

Comenzó al ralentí el Barcelona, sin ritmo en el pase y remolón en las transiciones, carente de ideas en ataque y agujereado al otro lado de la red por un Maledon que evocaba a fantasmas recientes, pues al equipo azulgrana le cuesta secar a los líderes rivales en este curso, tara sistemática hasta que Punter desdibujó a Nunn (Panathinaikos) la semana pasada. El problema, en cualquier caso, se centraba más en la dirección del equipo, porque a cada bola que cogían Parker o Punter -afilado el primero y desatinado de inicio el segundo- significaba tiro, poco desprendidos con el juego colectivo. No funcionaba Satoransky como director de orquesta y las palabras de Peñarroya cogían eco, pues hace unos días reclamó un base para cerrar la plantilla, ya que Laprovittola se perderá la temporada por lesión, Núñez se ha desbravado con el paso de los partidos -quedó fuera del equipo en Francia- y Neto, que llegó como parche, se marchó tal como vino. La solución en el LDLC Arena fue Brizuela, que actuó de marcapasos y también de aguijón, triple y bandejas para recomponer al Barcelona, 23-21 al acabar el prólogo.

Al Barça le costaba coger el pulso al duelo, empequeñecido por el poderío físico contrario y por la muñeca torcida en el juego exterior, reñido como andaba con los triples. No así el rival, con Maledon, Lee, De Colo, Lighty… Un goteo incesante que se le atragantaba a los azulgrana, por más que Metu, que vale un potosí porque tiene centímetros, cintura y puntos en las manos, protestara con canastas y ese juego tan plástico que tiene. Pero uno no puede contra un equipo -como ya se había constatado antes con las individualidades de Parker y Punter- y así lo explicó el Asvel, que de forma coral puso tierra de por medio (39-28) bajo la batuta, claro, de Maledon. Momento en el que el Barça cambió de chip, como si necesitara de un susto para activarse, por fin intenso en defensa y generoso con el compañero mejor posicionado, ya en combustión Parker. Un impulso que redujo las distancias (48-42) al cerrar el acto.

Pero no le sentó bien el reposo al Barça, de nuevo desnortado sobre el parqué. Deficiencia que el Asvel penalizó de mala manera, acertados con los tiros desde el extrarradio. Ninguno como Roberson, que encadenó dos triples y ocho puntos de carrerilla, que hizo las delicias de unos aficionados que ya palpaban el triplete español, pues por la cancha ya cayeron este año el Real Madrid y el Baskonia. Aunque cuando se sentó Maledon (cuando iban 13 puntos arriba), el Barça se liberó, un pequeño arreón aderezado con una antideportiva y varias pérdidas del rival que puso el envite con un pelo de suspense (76-68). En eso se empeñó el Barça, que arrancó el cuarto con fiereza. Volvió a pedir la bola Metu, Punter explicó de nuevo que hay pocos jugadores que tiriten menos que él en los momentos calientes y Parra aportó lo suyo para situarse a tres puntos (80-77). Llegó el toma y daca, ahora tú -geniales Roberson y Sako- y luego yo, lanzamientos y canastas por doquier. Hasta que Sako y Roberson pusieron la puntilla, hasta que el Asvel dijo hasta aquí.