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Triunfo del campeón Madrid y suspense del Baskonia en la Euroliga

El equipo de Chus Mateo superó al Zalgiris con sudores (62-64), al tiempo que este viernes el conjunto de Ivanovic decidirá su futuro en el ‘play-in’ frente a la Virtus

Real Madrid
Llull lanza a canasta ante el Zalgiris.JUANJO MARTIN (EFE)
Jordi Quixano
Euroliga jornada 34
Zalgiris
Zalgiris
62 64
Finalizado
Real Madrid
Real Madrid

No se jugaba nada el Real Madrid en el Zalgirio Arena después de cumplir con creces la fase regular de la Euroliga, campeón con varias jornadas de asueto al final, el ejemplo del planeta baloncesto. Tampoco lo hacía el Zalgiris, eliminado a las primeras de cambio, un traspié sonoro para un país que siempre se inclina hacia la pelota naranja, para un club que aspiraba a estar en los playoffs. Así lo aclara su afición antes de cada duelo, donde el espectáculo de luces y el himno cantado a capela pone la piel de gallina, un you’ll never walk alone lituano. Con nada por discutir, entonces, el Madrid se llevó el laurel, aunque lo hizo con sudores fríos, una canasta de Deck sobre la bocina (62-64).

Llegaba el equipo de Chus Mateo en el momento más delicado del curso tras tres derrotas consecutivas, destensado como estaba en Europa, aunque adelantado por el Unicaja en la ACB después de que el Barça le diera un correctivo en el Palau en el último envite. Unas bofetadas que levantaron ampollas en el vestuario, pues Hezonja reclamó más brío y orgullo, capacidad competitiva cuando los partidos no requieren cava y caviar sino tapas en un bar discreto, de batalla. La efervescencia de la afición lituana, sin embargo, despertó por momentos la voracidad del Madrid, que tenía a varios jugadores descansando (Campazzo o Rudy, entre otros), aunque a ninguno como a Musa. El escolta serbio es un recital, un solo de batería propio de Jonh Bonham (Led Zeppelin), un jugador al que nadie puede echarle el freno, el titular por encima de un Hezonja que también destila y derrocha quilates. Abrió Musa el duelo con un triple, sumó otro más y se marcó una canasta de dos que aupó al Madrid en el primer cuarto (9-16) -también sostenido por un Tavares que coge ritmo-, por más que le costaba defender al habilidoso Giedraitis.

ZALGIRIS, 62 – REAL MADRID, 64

Zalgiris: Evans (14), Giedraitis (10), Manek (14), Ulanovas (0) y Birutis (6) -quinteto inicial-; Lekavicius (2), Hayes (5), Smits (3), Sumner (8), Butka (0) y Lavrinovicius (0).

Real Madrid: Alocén (3), Abalde (2), Deck (6), Musa (17) y Tavares (8) -quinteto inicial-; Causeur (2), Hezonja (16), Poirier (6), Llull (3) y Yabusele (1).

Árbitros: Robert Lottermoser (Alemania), Uros Nikolic (Serbia) y Joseph Bissang (Francia). Sin eliminaciones.

Parciales: 9-16; 16-15; 17-13; 20-20.  

Zalgirio Arena. Unos 14.000 espectadores.

La sinfonía desde el extrarradio, en cualquier caso, era contagiosa en el Madrid, que así firmó cinco de sus siete primeras canastas, inspirado también Hezonja y hasta Llull, con el récord histórico de triples en la Euroliga en el horizonte, 622, a tan solo uno de Juan Carlos Navarro. Nada nuevo, en cualquier caso, para un base que ya es el mejor triplista de la Copa (68) y el tercero en la ACB (847 por los 1.233 de Alberto Herreros con el Madrid y 1.179 de Navarro). Trató de recomponerse el Zalgiris al compás de los caramelos azucarados de Evans, también de los puntos de Birutis, pero le fallaba la mano en los lanzamientos de tres, uno de los primeros 11, tara grosera ante un Madrid que se ponía las alzas con Porier bajo el aro. Pero a la segunda unidad blanca, aplicada la lógica dosificación de minutos de los habituales, le costaba poner tierra de por medio, muchos balones perdidos y poca chicha en el aro rival, un resultado de estrecheces al entreacto (25-31).

Aunque Evans despertó de su letargo con un triple y Sumner se puso las pilas, las defensas seguían imponiéndose a los ataques, duelo en el que se permitía mucho el contacto para desespero de un Tavares que rechistaba a los árbitros, aun así capataz de la pintura. Pero no era suficiente con un poco del Madrid para retorcer al Zalgiris, que hizo un sprint para poner las dudas en el Madrid, que llegaba con una escueta ventaja antes de cerrar el capítulo al encuentro (42-44) y a la fase regular de la Euroliga. Sucedió que Manek también se expresó desde tres y puso al fin por delante al conjunto lituano, que se quería despedir con una alegría a costa del campeón. Licencia que de inicio no concedió Hezonja (dos dianas desde las afueras, 10 puntos de carrerilla) pero que Manek pretendió arrebatarle, festival del triple, tres más para aumentar el suflé (56-57). Se había descorchado el show: nuevo chof de Evans de tres y réplica de Musa. Quedaba más porque Hayes, que nunca se prodiga en esa suerte -solo tres intentonas durante su carrera- atinó con su triple, 62 a 62 a falta de ochos segundos para finiquitar el envite. Y de eso se encargó Deck sobre la bocina, canasta a la carrera y a otra cosa, nuevo triunfo blanco, para expresar que de momento no hay equipo mejor en Europa.

Las cuentas del Baskonia

Fue precisamente contra el Madrid, cuando ya estaba desnatado porque se sabía campeón, que el Baskonia se las ingenió para para superarle en el WiZink en la pasada jornada, salvoconducto para el play-in de la Euroliga, eliminatorias del séptimo al décimo clasificado que dan dos plazas para los cuartos de final del playoff de la competición, último paso antes de la Final Four. Con el Maccabi ya atornillado en la séptima plaza, el Baskonia puede quedar del octavo al décimo puesto en la tabla, posiciones con diferentes ventajas.

Se mide el Baskonia en la última jornada europea a la Virtus a domicilio. En caso de ganar, será octavo y disfrutaría de dos ocasiones para alcanzar los playoffs, pues los play-in determinan que el séptimo y el octavo se miden en una eliminatoria donde el ganador pasará a los cuartos y el perdedor tendrá la reválida midiéndose al vencedor del noveno y décimo puesto. En caso de que el Baskonia caiga ante la Virtus, sería noveno si el Efes vence en casa al Estrella Roja; y sería décimo si el Efes supera a su rival. Como novemos, choque de play-in lo jugaría de local y de ganar, sería visitante en el envite decisivo para alcanzar el playoff.

Por otro lado, el Barcelona también deberá aclarar su posición para las eliminatorias de cuartos (del 23 de abril al 8 de mayo), ya ensamblando en el playoff, aunque puede acabar tercero o cuarto, dependiendo del Panathinaikos. Menos cuentas tenía que hacer el Madrid, campeón de la liguilla europea que anoche cerró el ciclo con un triunfo sobre el Zalgiris.

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