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El Barça se hace grande ante el Maccabi

Un triple de Laprovittola a falta de cinco segundos resquebraja al Maccabi (92-89) y da el triunfo al equipo azulgrana, que se atornilla en la zona noble de la Euroliga a falta del último baile ante el Asvel

Jordi Quixano
Euroliga jornada 33
Barça
Barça
92 89
Finalizado
Maccabi
Maccabi
Laprovittola, después de meter el triple decisivo, el 92-89.
Laprovittola, después de meter el triple decisivo, el 92-89.Rodolfo Molina (Euroleague Basketball via Getty )

El reloj descontaba los segundos como quería el Barça, pues con 89-89 y la bola en las manos, el equipo apuraría al máximo para después defender el derecho a réplica del Maccabi. La cogió Laprovittola, parsimonioso, vísteme despacio que tengo prisa, hasta que de repente se elevó para lanzar un triple desde ocho metros, una pequeña locura, una gran genialidad. Triple que desmontó al rival y encogimiento de hombros del azulgrana, así las lio yo, 5 segundos para acabar el duelo. Baldwin, pletórico durante la noche, falló el lanzamiento más importante y el Barça festejó un triunfo de lo más reparador, pues estaba exigido a vencer para no tener que mirar por el retrovisor, para no perder su puesto de privilegio en la Euroliga. Fue una victoria trabajada, de momentos de inspiración, sobre todo desde la línea de tres por parte de Abrines y Parker, también de Laprovittola, claro; además de un festejo que permite al equipo azulgrana disputar la última jornada -visita al Asvel, penúltimo clasificado- dependiendo de sí mismo, por más que tenga en el cogote el aliento del Olympiacos, Panathinaikos y Fenerbahçe.

Las necesidades clasificatorias encogieron de inicio los brazos, tiritera pasajera de todos, acaso con la excepción de un triple de Laprovittola y un mate de Nebo en la otra canasta que pretendían sin éxito desperezar el duelo. Las defensas se imponían a los ataques; y mientras que el Maccabi no podía destilar su juego eléctrico bajo la batuta de los bajitos -Lorenzo Brown y Baldwin-; el Barça no encontraba la rampa hacia el aro ni podía enfundarse el mono que tan bien le queda, ese de las transiciones hipersónicas. Poco se sabía de Satoransky y nada de Vesely, extraviada así la czech connection, por lo que Grimau se giró para mirar al banquillo, para reclamar la otra simbiosis, esa que tanto crece en los últimos envites, en la que Ricky Rubio juega y hace jugar para que Willy Hernangómez ponga la puntilla. Dicho y hecho porque primero Bud Spencer se definió bajo el aro, con cuerpeos y pivoteos de los suyos; y después porque Terence Hill asistió a Kalinic para luego robar un balón y asistir de nuevo a Da Silva. El dúo funcionaba de película. Aunque no duró mucho.

BARCELONA, 92 – MACCABI, 89

Barcelona: Satoransky (2), Laprovittola (15), Kalinic (4), Da Silva (10) y Vesely (17) -quinteto inicial-; Rubio (4), Hernangómez (9), Abrines (17), Parker (14), Nnaji (0) y Jokubaitis (0).

Maccabi: Brown (6), Baldwin (22), Colson (7), Cohen (0) y Nebo (14) -quinteto inicial-; Cleveland (6), Webb (5), Sorkin (0), DiBartolomeo (12), Rivero (8), Blatt (9) y Thomasson (0).

Parciales: 19-19; 25-24; 26-20; 22-26.

Árbitros: Damir Javor (Es-lovenia), Sasa Pukl (Eslovenia) y Robert Vyklicky (República Checa). Sin eliminaciones.

Palau Balugrana. 7.258 espectadores.

Resultó que DiBartolomeo y Webb pidieron la bola y los flashes desde el extrarradio, un chof tras otro para retorcer al Barça, bien salpimentado por el excelente trabajo de Rivero bajo el aro, que tanto le daba medirse a los diferentes talludos azulgrana, pues quizá por eso de la genética, movía su cintura cubana para descontar rivales y anotar sin remisión, espantapájaros Vesely porque movía los brazos y poco más, incapaz de ponerle freno. Con 10 abajo (25-35), el Palau bullía y se desgañitaba, siempre efervescente en los momentos delicados, habitual alimento para un equipo que no le sobra confianza ni fe. Apareció entonces Laprovittola para poner orden y puntos, pero sobre todo un Abrines que se expresaba desde la Conchinchina, tres (de tres) triples para que el mundo volviera a ser azulgrana al entreacto (44-43).

La vuelta al parquet trajo consigo a Vesely, al fin incisivo en el rebote y ganador en sus duelos, Czech Airlines por sus saltos y vuelos, por llegar a tiempo. Seis puntos de carrerilla. Un estirón que Brown y Baldwin, bienvenidos también, supieron controlar. Pero no así a Jabary Parker, que, entre gritos del pabellón a favor de Palestina por eso del conflicto bélico con Israel –”¡No al genocidio! y ¡Libertad Palestina!”, se repitieron-, apareció de la nada para recibir el balón, para saltar y doblar la muñeca, para encestar tres triples seguidos. El cuarto lo falló. A la fiesta se sumó Hernangómez, que es el monstruo de las galletas cuando recibe el balón, pues en sus manos tiene infinidad de puntos. 70-63 al alcanzar el último cuarto, sonrisa del Palau.

Sucedió entonces que el equipo se desbravó por momentos, desajustado Ricky con su baloncesto brilli-brilli y de frac, pues perdió varios balones que dieron alas a un rival que no bajaba los brazos, un mal contagioso como constataron Kalinic y Hernangómez, una penalidad que castigó el francotirador DiBartolomeo (75-76) y sobre todo un Baldwin en ebullición, toda vez que convertía en oro cualquier acción. El Barça, sin embargo, no se hundió sino que sacó ese carácter que tantas veces se le echa de menos, y encontró en Vesely un buen ungüento. Abrines puso la pomada con un triple energético (87-85) y Laprovittola respondió con el mejor marramiau a Baldwin, con un triple que bien valieron unos playoffs con el factor cancha a favor. O casi. Le queda el Asvel, equipo que está en las catacumbas, aunque apalizó este jueves a un desplomado Valencia (69-98) que está casi descartado en Europa, al punto de que un triunfo del Efes o el Partizán sería suficiente.

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