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La lucha de Nani Roma y su hijo Marc, que tiene paraplejia y anda con un exoesqueleto

El piloto de motocross, de 16 años, sufrió una caída en mayo y ahora camina con un aparato robótico que le permite ponerse en pie

Marc Roma, en una foto cedida por Nani Roma.Vídeo: EPV
Irene Guevara

Era un 11 de mayo. Marc Roma, hijo del ganador del Dakar Nani Roma y de su mujer, también piloto, Rosa Romero, sufría un accidente en una prueba del Europeo de motocross en Galicia. Tenía 15 años. La caída le provocó una paraplejia tras la lesión de las vértebras torácicas: perdió la movilidad en sus piernas. Enseguida se dieron cuenta de que era grave. No sabían si volvería a caminar. Su vida había cambiado completamente. Pero ahora trabaja en rehabilitación con un exoesqueleto robótico que le permite levantarse y andar, y aunque ahora no tiene uno en casa, mira al futuro con la esperanza de conseguirlo. “Para una persona con lesión medular el hecho de poder ponerse de pie y de poder mirar a la gente a la misma altura, a los ojos, no desde la silla, es algo increíble, además de por un tema de salud”, explica Nani a EL PAÍS. A su lado, Marc, con un mensaje claro: “Siempre hay que intentar no rendirse, por muchas cosas que pasen. Si con esto podemos ayudar a gente que está en una situación similar a la nuestra, incitar a hacer deporte, mejorar y ser felices, estamos muy contentos”.

Aquel día de mayo, tras caer de la moto, Marc fue trasladado a un hospital de A Coruña. Tras hacerle una resonancia vieron que su médula estaba tocada: sufría una lesión de la T3-T4, vértebras torácicas. Le operaron, estuvo 11 días ingresado en la UCI y luego regresaron a casa para trabajar en su recuperación en el Institut Guttmann, el centro de neurorrehabilitación especializado en lesiones medulares de Barcelona. “Al principio, es una sensación complicada. Ves la gravedad de la lesión, que la vida te cambia rápidamente por momentos. Es duro y difícil. La realidad es compleja, no es fácil para nadie”, explica Nani. “Dos meses desde aquel momento que me cambió la vida en un segundo. Un accidente, muchos días grises en la UCI, muchas cosas sin entender, muchas lecciones de vida por delante. En resumen, un cambio para el que nadie está preparado. Y la primera lección es que hay que luchar”, escribió Marc en su Instagram un tiempo después del accidente.

En el Institut Guttmann empezó sus primeros pasos de rehabilitación, y le enseñaron a manejar una silla de ruedas. “Marc enseguida progresó muy rápido, también a su edad todo es mucho más fácil. Enseguida empezó la recuperación, y de allí salió en agosto. En casa montamos un gimnasio, con diversos terapeutas que vienen a entrenar. Entre el colegio y el entreno está muy ocupado”, confiesa Nani. La resiliencia es algo que lleva en la sangre. A su padre le detectaron un tumor maligno en la vejiga en 2022, por el que fue operado, se sometió a quimioterapia y apenas un año y medio después volvió a competir. Marc tiene la misma cultura de esfuerzo. “Trabajando al máximo hemos visto que se progresa, con muchas horas de gimnasio, cada día tiene más control de tronco. No hay mucho escrito sobre esto, y solo sabemos que trabajando se avanza”, desarrolla Nani. “Estoy motivado, viendo que estoy mejorando”, añade Marc.

Ahora, el joven de 16 años trabaja en su rehabilitación con un exoesqueleto robótico de uso clínico que le ayuda a mantenerse de pie, levantarse y poder caminar. La familia Roma ya conocía su existencia. “Es un aparato muy caro. Es complejo de encontrar y hay pocos centros que lo tienen”, asegura Nani. Pero una startup catalana fue a presentar el mecanismo de rehabilitación al Institut Guttmann y Nani se puso en contacto con ellos. Desde entonces, Marc trabaja con el exoesqueleto, tiene cada vez más contacto y mejor control, pero aún no dispone de uno en casa. “Puede ser un gran complemento para todos los tratamientos de médula que hay. Al permitirte ponerte de pie, es bueno para los intestinos, los huesos, el dar fuerza otra vez a las articulaciones… es buenísimo”, explica el campeón del Dakar, destacando la importancia de “democratizar” la posibilidad de que más gente pueda acceder a estos aparatos para mejorar su calidad de vida.

Nani se marchará el día 30 camino al Dakar, competición de la cual salió campeón en 2004 en motos y en 2014 en coches. Su mujer, Rosa, también ha competido en el desierto en dos y cuatro ruedas. No es de extrañar que Marc lleve la gasolina en su ADN. “De momento, estoy pensando en recuperarme, pero ya estoy mirando cosas [para competir]”, asegura el joven. “Esto se lleva en la sangre”, confiesa su padre a su lado. Y Nani reflexiona: “Ayer es pasado, vivamos hoy y mañana ya veremos. Lo único que podemos hacer es cambiar el presente y futuro, trabajando para mejorar lo que viene”. De momento, Marc seguirá esforzándose, con la esperanza en los avances tecnológicos como el exoesqueleto que ya utiliza.

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