Nani Roma regresa al Dakar tras superar el cáncer: “Cuando pasas por algo así, piensas que todo se ha acabado”

Joan, Nani, Roma (Folgueroles, 51 años) pensaba que esa sería tan solo una visita más al médico. Le dolía mucho la espalda tras una competición a comienzos del mes de marzo de 2022, y él imaginaba que podía tratarse de un episodio de piedras en el riñón. De repente, de un día para otro, apareció en su vida la palabra que lo cambiaría todo. “Senyor Roma, vosté té càncer”, le sorprendió su médico. “La palabra es tan fuerte, tiene tanta dimensión, que cuesta asimilarlo”, asegura la leyenda del Dakar, primer español en ganar la prueba y el único en lograrlo tanto en motos (2004) como coches (2014). Dos décadas después de su histórico triunfo, el piloto de Ford define su retorno a la caravana como su mayor victoria. “Cuando pasas por algo así, piensas que todo se ha acabado, pero volvemos a estar aquí. Después de todo lo vivido, estar en la salida significa mucho, y todo lo que venga a partir de ahora es un regalo, un premio adicional”, explica en conversación con EL PAÍS tras quedar 17º en la etapa prólogo, a 1m22s del ganador Mattias Ekström (Audi).

Roma encaró la enfermedad como si fuera otro objetivo deportivo, y reconoce que no tenía ninguna base científica para ello. “Me lo planteé como una carrera: intenté entender lo que me ocurría, cómo iba a responder mi cuerpo, y pedí mucha información a los profesionales”, comenta. “A los médicos se les hacía extraño, pero yo siempre me he movido en la vida por objetivos. Quizás es un punto de inconsciencia que compartimos los deportistas de élite”, añade. Una semana después de su última competición, ya se había operado por primera vez y encaraba la fase más dura del proceso, la quimioterapia. Además, pesaban sobre él las dudas sobre un hipotético retorno a las carreras. “El primer mensaje de los médicos fue que sería imposible volver a competir, y no por el cáncer o la quimioterapia. De eso el cuerpo, con tiempo, es capaz de recuperarse. El problema era el tipo de operación”, recuerda Rosa Romero, su mujer y copiloto en la categoría Challenger.

Al piloto le detectaron un cáncer de vejiga inusual en un cuerpo tan joven y sano, y finalmente no pudieron tampoco salvar su órgano. Los médicos optaron por una reconstrucción completa usando parte del tejido de su propio intestino. “Mi gran suerte es que mi entorno, tanto familiar como profesional, siempre ha sido muy bueno. Yo solo no habría conseguido nada en mi vida”, celebra. “La desgracia del cáncer es que no es una ciencia exacta. Aquí 1+1 no es 2. A veces no da, incluso cuando hablamos de dos cuerpos idénticos”. Tras superar las duras sesiones de quimioterapia, a las que iba acompañado por Rosa, que conducía de vuelta a casa, Roma se puso enseguida a prepararse para competir en el Dakar de 2023. Un desplante de su equipo le dejó en casa por primera vez en 26 años, pero por suerte él ya había recibido la llamada de Malcolm Wilson, histórico del Mundial de rallies (WRC), para liderar el nuevo proyecto de Ford en la categoría.

“El año pasado le fastidió no poder venir, pero luego se dio cuenta de que todavía no estaba preparado. Lo hubiera pasado mal”, incide su esposa. El doctor Xavier Mir, amigo y médico de confianza, recuerda la excepcionalidad de su retorno: “Nani es un caso único. Lo será ahora y siempre. Ha tenido una enfermedad gravísima, y plantearse competir a este nivel era impensable. Se puede llegar a interpretar que no era para tanto, pero esa no es la realidad. Era mucho y ha hecho un gran esfuerzo”. Romero no esconde que fue un año muy difícil para la familia. Lo dejaron todo de lado para focalizarse en sus cuidados: “Él lo cuenta con naturalidad, y como es fuerte parece que no le afectó tanto, pero todos quienes lo han pasado saben lo duro que es”.

La labor de los médicos y el valor de los enfermos en la sala de quimioterapia es lo que más hondo ha calado en Roma. “Hasta que no lo vives en tus propias carnes, no lo entiendes. Sabemos que es duro, pero cuando lo sientes en tus venas, buf, es inimaginable. Tengo mucho respeto por los que llevan años luchando contra esto, hay que aplaudirles. Es una enfermedad brutal, y una barbaridad la de gente que está pasando por ello ahora que lo he visto tan de cerca”, dice sobre su experiencia en el hospital Vall d’Hebrón.

El oscuro y tortuoso 2022 dio paso, por fortuna, a un 2023 de esperanza para el de Folgueroles, un pequeño pueblo de la provincia de Barcelona. Incansable en su preparación rumbo a su 27º Dakar, donde acumula cinco podios, ha trabajado especialmente en la zona abdominal para proteger su vejiga reconstruida. En el rally de Marruecos, además, se llevó un podio inesperado que confirma su gran estado de forma en este celebrado regreso. En el vivac, todos se alegran de volver a compartir pista y buenos ratos con uno de los pilotos más amables del mundillo. Los médicos, mientras tanto, aprovechan su caso para estudiar futuros tratamientos. El Dakar apenas ha comenzado, pero Nani Roma ya ha ganado.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.