El Levante recorta en el femenino para que suba el masculino

Funcionar de maravilla en el campo no es suficiente. Menos, en el fútbol femenino. Ni tan siquiera si le pisas los talones al todopoderoso FC Barcelona y al Real Madrid. En un momento en el que para impulsar la Liga F hay que asumir pérdidas, no todos pueden hacerlo. Es el caso del Levante UD femenino, la sección profesional más laureada del club (cuatro Ligas, seis Copas de la Reina y dos Supercopas de España), que va a ver reducida su financiación para la próxima temporada. El primer equipo masculino ya no está en Primera División y eso significa menos dinero en las arcas de un club en graves problemas económicos. Hay que ser sostenible, esa es la clave. O la pesadilla.

La sorpresa saltó hace unos días, cuando el consejero delegado del Levante, José Danvila, explicó el nuevo plan económico del club. “Hemos vivido unos tiempos maravillosos en el fútbol femenino pero, como todo, se tiene que reducir. Esto es imperativo”, dijo Danvila. La deuda asciende a los 107 millones de euros y el objetivo es claro: el ascenso del masculino, hoy en segunda. “El femenino vamos a sostenerlo en la medida que podamos y con la estructura que podamos. Hoy la prioridad es la supervivencia del club y subir a primera división”, aseguró. “Es una pena, pero si han detectado una situación dura financieramente, lógicamente tendrán que reestructurar el presupuesto a su nueva realidad”, asegura el CEO de la Liga F, Pablo Vilches, en conversación con EL PAÍS.

“Igual el objetivo no puede ser la Champions”

El club granota es uno de los equipos más importantes del fútbol femenino en España: un histórico de la antigua Superliga y el primer equipo español en participar en la Champions League femenina. “Uno de los clubes que más ha contado siempre con esta sección”, afirma Vilches. Los resultados hablan maravillas del momento del equipo: siete victorias, tres empates y una derrota. Las de José Luis Sánchez Vera no habían abierto su capítulo de derrotas esta temporada hasta la jornada número 11 -cayeron por la mínima contra el Athletic club-. Más de 900 minutos puntuando.

La temporada pasada perdieron por muy poco el tren de la lucha por la orejona y cosecharon su primera nominación al Balón de Oro, la de Alba Redondo. Ahora mismo, son cuartas en la clasificación general, empatadas a puntos con el Real Madrid; el año que viene, quién sabe. Será más difícil, eso seguro, porque habrá menos dinero. “Igual el objetivo no pueden ser los puestos Champions”, dicen fuentes del club. La incógnita recae sobre cuán dura será la caída.

“Las cuentas son una cosa y el corazón es otra”, dicen en las oficinas del Ciutat de València. La relación entre el técnico y la directiva tampoco pasa por su mejor momento, pero desde la entidad aseguran que no va a haber cambios ni en el banquillo ni económicos hasta final de temporada. Las nóminas están pagadas y el equipo goza de buenas condiciones. “Hasta el momento el primer equipo masculino lo cubría todo y ya no va a poder ser así”, aseguran en el Levante.

“Ya vendrán tiempos mejores”, dijo el empresario valenciano, en su primera comparecencia desde que asumió el cargo hace cuatro meses. Unas declaraciones que no fueron bien recibidas por el entrenador, que aseguró en X -el antiguo Twitter-, que “hasta aquí” habían llegado. Un jarro de agua fría, también, para las jugadoras, que se enteraron en directo. Incluso ex jugadoras como Maitane López, actual jugadora del NJ/NY Gotham, expresaron su estupor en redes sociales. “No creo que el recorte en esa sección vaya a dar una gran inyección de dinero al club (todos sabemos la realidad del futfem)”, opinó.

“Gastan el doble de lo que ingresan”, dicen en el Levante. Es la realidad de una liga femenina en la que la mayoría de los equipos son secciones deficitarias en sus respectivas entidades. “Hacer el fútbol femenino sostenible es el mayor reto y la principal función de Liga F”, asegura el CEO, Pablo Vilches. “Tenemos un plan estratégico a cuatro años, compartido con los clubes”, explica. Ese plan ha empezado este curso con una inyección económica para los clubes de entre 650.000 y 800.000 euros en concepto de reparto de derechos audiovisuales, comerciales y de arbitraje.

Hasta la temporada pasada, los equipos no tenían ingresos de competición. Ahora hay que dar el siguiente salto: hacer crecer el valor del producto. “Esto se consigue haciendo retransmisiones más atractivas y con más asistencia en los campos, entre otros”, apunta Vilches. “Hay que hacer crecer nuestros activos como marca y habrá más patrocinadores interesados y aportarán más dinero”, cierra. Aun así, el club granota no cree que consigan “una inversión como hasta ahora”. “Se vivía con lo que se quería ser y hay que vivir con lo que tenemos”, esta es la nueva directriz que impera en Valencia.

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