El calendario, un lastre también para las futbolistas
Las jugadoras se lesionan entre 1,5 y tres veces más que los hombres
Las alarmas saltaron antes del Mundial. Grandes jugadoras anunciaron que se perdían la competición más importante por problemas físicos. Las futbolistas se lesionan entre 1,5 y tres veces más que los hombres, y en la última década, según un estudio del Instituto Cugat, sus percances han crecido un 208%. Entre las caídas más temidas, la maldición del ligamento cruzado: una de cada 100 mujeres sufre una rotura de este tipo. “Hay muchos partidos y muchas competiciones”, advierte el doctor Ramón Cugat, especializado en traumatología, artroscopia y cirugía ortopédica, que ha operado a jugadores como Jana Fernández o Cata Coll. Ahora, tras el inicio de la temporada, vuelven a proliferar los partes médicos. La profesionalización del fútbol practicado por mujeres y un mayor impacto ha comportado —al igual que su homólogo masculino— una saturación del calendario, algo que el Consejo de Fútbol de la UEFA considera un asunto a abordar.
El sobreesfuerzo, la fatiga (también mental), los viajes largos y el aumento del desempeño físico —un juego más rápido y exigente— ha puesto sobre la mesa la salud de las jugadoras. Un cóctel perfecto para las lesiones, apuntan los expertos. Todos estos factores “amenazan” su rendimiento. “No solo por el propio partido y la carga física y emocional”, matiza Dani Ortigosa, preparador físico de jugadoras como Aitana Bonmatí y Laia Codina, “sino también por el nivel de viajes, que genera un estrés importante en el físico. Cuando acumulas partidos y no eres capaz de recuperar tus valores fisiológicos y mecánicos normales, entras en riesgo de lesión”, añade Ortigosa.
“El Mundial se jugaba cada cuatro días. Aproximadamente, los valores fisiológicos que hemos podido observar, como la frecuencia cardíaca durante el sueño y el descanso, se recuperaban cada dos”, detalla Ortigosa, que recuerda que hay más factores estresores que perjudican el rendimiento. Después de la Copa del Mundo, las jugadoras han tenido 10 días de vacaciones. Dos de ellos, para volver. Y justo después, la pretemporada, que en el caso del Barça y el Real Madrid ha sido en México, aunque de las mundialistas solo asistió Alexia. Y al regresar, una semana después, el inicio del nuevo curso de clubes, que ahora para la Nations League.
En la Liga española han llegado los primeros problemas. El Barcelona inició la campaña con un triple comunicado médico: ni Jana Fernández, ni Salma Paralluelo ni Keira Walsh —que se revolvía en el césped entre lágrimas en el Mundial al creer que se había “hecho algo en la rodilla”— estarán disponibles durante un tiempo. Se sumaron a la lesión de menisco de Fridolina Rolfö, que estará entre cuatro y seis meses de baja. También las campeonas Alba Redondo, Esther González e Ivana Andrés están lesionadas. La holandesa Vivianne Miedema, que se perdió la gran cita por una lesión de LCA, pidió más protección y más jugadoras en plantilla.
Devastating to see the amount of injuries being picked up in this tournament so far…💔
— Vivianne Miedema (@VivianneMiedema) July 28, 2023
This World Cup should have been played with a 26-player squad to reduce stress on players and to let coaches deal with injuries correctly. #FIFAWomensWorldCup2023
El doctor Cugat asegura que un calendario tan apretado no es bueno, y que la fatiga afecta a todo el cuerpo, pero las rodillas son más “selectas y complejas”. “Cuando la masa muscular, que sostiene la rodilla y elementos como el cruzado anterior, sufre fatiga, provoca que falle la rodilla”, explica. La lista de futbolistas afectadas es larga. Megan Rapinoe se rompió tres veces los ligamentos cruzados. Alexia Putellas, una. Catarina Macario, Leah Williamson y Beth Mead se perdieron el Mundial por una lesión de LCA. Tampoco jugaron Janine Beckie, Marie-Antoinette Katoto ni Delphine Cascarino. Y Florencia Bonsegundo se rompió en el último partido del Mundial con Argentina.
La profesionalización fuera del campo y la exigencia dentro no han ido de la mano: “Los clubes no tienen las mismas estructuras para preparar a las jugadoras en el masculino que en el femenino. Ni desde la base ni en la élite están listos para la alta demanda que se han encontrado de repente”, apunta Ortigosa. Y tampoco para el aumento de la condición física y la exigencia. “En el fútbol femenino cada vez hay más desempeño físico. Los números son mayores y el fútbol va más rápido”, asegura el preparador físico. Tras el Mundial de 2019, la FIFA publicó un estudio en el que mostraba que el balón corría un 11% más rápido que hacía cuatro años, y que las futbolistas cubrían un 15% más de distancia media en los partidos.
El riesgo para las jóvenes
Para Eva Ferrer, médico del deporte del Hospital Clínic Sant Joan de Déu e investigadora del Barça Innovation Hub, todo el problema “está ligado a los desplazamientos”. “Los calendarios no solo son los partidos, sino también los viajes. Modifica las horas de sueño, el ritmo circadiano y afecta al rendimiento y metabolismo”. Tanto para Ferrer como para Ortigosa, el descanso es fundamental. “Cuando pones tu cuerpo al límite, hay que descansar. Eso lo denominamos entrenamiento invisible”, recuerda Ferrer. La psicóloga deportiva María Cabrera recuerda que la sobrecarga de partidos puede “desencadenar la pérdida de motivación y el agotamiento mental”.
Otros muchos factores intervienen en las lesiones, como el césped, la menstruación, las botas y la inexperiencia: “Cuando hay calendarios muy apretados, algunas jóvenes suben a equipos con exigencia alta. Si tienen molestias, quizás aún no saben identificarlas. El staff debe acompañarlas”, recuerda Ferrer. Para solventar el problema, Ortigosa propone pretemporadas más largas, con menos viajes y partidos. Mientras, la UEFA y la FIFA siguen estudiando los motivos del aumento de las lesiones, y reuniéndose con las jugadoras.
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