La amenazante velocidad de crucero de Jannik Sinner
Su juego podría beneficiarse con algo más de variedad y su fiabilidad baja en los momentos clave, pero está aprendiendo las lecciones y afianzándose
Wimbledon llega a sus rondas finales y con ello crece la expectación y, sobre todo, la ilusión de los aficionados españoles ante la posibilidad de ver a Carlos Alcaraz inscribir, por primera vez, su nombre en la historia de tan prestigioso torneo. De momento, nuestro país ha colocado ya un representante en la final de dobles, Marcel Granollers, quien disputará su quinta final de un Grand Slam, la segunda en Londres. Esperemos que esta vez logre, por fin, inaugurar su casillero en la máxima categoría.
A esta penúltima ronda masculina individual han llegado los que probablemente son los cuatro mejores tenistas sobre hierba en la actualidad. Por la parte baja del cuadro, Novak Djokovic tendrá que afrontar un choque previsiblemente duro contra Jannik Sinner. Debemos recordar que, el año pasado, este último puso en serios aprietos al siete veces campeón en la hierba londinense adelantándose en el marcador, incluso por dos sets a cero.
Yo creo que el italiano es el jugador más peligroso al que pueden enfrentarse los dos favoritos a alzarse con este torneo: el serbio y el español. Posee probablemente la velocidad de crucero más alta del circuito, muy buenos golpes tanto de derecha como de revés y un servicio muy potente. Es cierto que su juego podría beneficiarse con algo más de variedad y que su fiabilidad baja en los momentos clave, un hecho que le ha impedido seguramente tener un currículo más brillante. En ocasiones, ha adolecido de este instinto ganador descarnado que hace campeones a los grandes jugadores.
Sin embargo, el transalpino es un contendiente joven, que ha ganado un año de experiencia, que está aprendiendo las lecciones y que ha afianzado su juego en partidos contra los mejores. Es por esto que, aun sabiendo el gran campeón que es Nole y su alto grado de efectividad en este tipo de superficies, mi apuesta en esta semifinal no está tan clara. Si este año vital juega a favor del italiano, probablemente empiece a ir en detrimento del defensor del título.
La otra semifinal la disputará Carlos contra Daniil Medvedev. Los caminos que han llevado a ambos a este punto hacen vislumbrar un desenlace favorable al nuestro; no en vano ha demostrado un gran estado de forma desembarazándose en el último partido de un difícil rival como Holger Rune en tan solo tres sets, mientras que el ruso sólo pudo lograr su acceso a este penúltimo encuentro después de un agónico choque de cinco sets contra Christopher Eubanks, en el que se vio muy cerca de la derrota.
Los dos enfrentamientos previos de ambos semifinalistas dan un empate. En la primera ocasión venció a un jovencísimo Carlos en Wimbledon en 2021; la segunda, mucho más reciente, fue la de este año en la final de Indian Wells, con una clara victoria para el murciano por 6-3 y 6-2. En este segundo precedente, el ruso fue incapaz de ofrecer resistencia. Salió a jugar altamente presionado por la calidad y empuje del español, no creyó en ningún momento en sus posibilidades y la montaña que debía escalar se le antojó demasiado escarpada.
Sería demasiado atrevido subestimar al moscovita y olvidar, llevados por el entusiasmo, que también es un gran campeón. Pero si no ha logrado superar la mella que ha hecho en su moral la ascensión meteórica de Carlos, el pronóstico se decanta claramente a nuestro favor. En pocas palabras, tenemos una muy alentadora programación por delante.
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