La resiliencia de Gudelj: el serbio pierde al bebé que esperaba a días de la final de la Liga Europa

Nemanja Gudelj (Belgrado, Serbia; 31 años) estaba a pocos meses de estrenar paternidad. Pero su mujer, Anastasia, embarazada de casi seis meses de una niña, perdió a la bebé que esperaba. El jugador lo contó este lunes por la noche en su cuenta de Instagram, en un story: “Tenemos malas noticias, pero sabemos que contaremos con su apoyo y comprensión. Para nuestra gran tristeza, Anastasia y yo perdimos a nuestro bebé. Este es un momento doloroso para nosotros, pero nuestro amor también conquistará esto”. Con ese escueto mensaje y a pocas horas de embarcarse con la expedición del Sevilla a Budapest, donde su equipo jugará el miércoles la final de la Liga Europa contra la Roma (21.00, Movistar), el centrocampista explicaba al mundo una de las peores noticias de su vida.

A pesar del dolor, este martes, el jugador subió al avión junto a sus compañeros. Hace solo seis días, el propio Gudelj contaba a este periódico la ilusión que le hacía ser padre, y reflexionaba sobre el valor de la familia y la salud, pues hace dos meses su hermano, Dragisa, jugador del Córdoba, sufrió una taquicardia ventricular que le provocó un paro cardíaco durante un partido. “La familia, la religión y la salud son cosas más importantes que el fútbol. Ahora espero también a mi primera hija y después de lo que pasó con mi hermano te das cuenta de que la salud de la gente a la que tú quieres es muy importante”, decía Nemanja en conversación con EL PAÍS hace menos de una semana.

En el vuelo hacia Budapest también viajaba Dragisa, de 25 años y defensa, que se desvaneció el pasado 26 de marzo en un choque de la Primera Federación ante el Racing de Ferrol. Fue reanimado en el terreno de juego y salvó la vida. Durante la eliminatoria de cuartos de la Liga Europa frente al Manchester United, Christian Eriksen, el jugador danés que sufrió el mismo problema que Dragisa durante la disputa de la pasada Eurocopa, charló con Nemanja y se preocupó por el estado de su familiar. Este volverá a jugar al fútbol gracias a un desfibrilador en su corazón.

La vida de los Gudelj está llena de obstáculos, de golpes. El padre, Nebojša Gudelj, fue futbolista profesional y huyó de la guerra en su país, Serbia, donde su hermano perdió la vida. Llegó a España para jugar en el Logroñés en 1994, procedente del Partizán de Belgrado. Su esposa, madre de Nemanja, fue jugadora de baloncesto. El matrimonio forjó a un futbolista que se cuida hasta el extremo y disfruta de su profesión. Ante la Roma, tendrá la ocasión de ganar su segunda Liga Europa tras la de 2020.

“Mi madre me enseñó a cuidar mi alimentación desde pequeño. Mi padre hizo el resto. Él jugó en España, en el Logroñés, y me forjó como deportista. Me inculcó una disciplina muy grande y me lo dejó claro: sin entrenar más que el resto nunca se puede destacar. Era exigente, me sacó el máximo. Me llevaba al bosque a entrenar, a correr con él, me enseñó mucho. No solo en lo físico, sino también en lo táctico para saber jugar en distintas posiciones. Si soy futbolista, es gracias también a ellos”, detallaba hace pocos días Gudelj.

El centrocampista del Sevilla, en el club desde 2019, ya jugó otra final de la Liga Europa, la de 2020 contra el Inter de Milán, pero aquella fue a puerta cerrada, con motivo de la pandemia del coronavirus. La de este miércoles será también especial por recuperar el calor del público y por la historia de superación del serbio. Los de Mendilibar se sentirán arropados por 14.000 sevillistas que se espera se desplacen hasta Budapest, sede de la final. “En 2020 ganamos al Manchester United y al Inter, fue también muy bonito. La fortaleza de este equipo en esta competición es increíble porque hay una conexión especial. Pero la gran diferencia en esta final reside en nuestros aficionados, que podrán estar en Budapest. Aquella última victoria (en Colonia) estuvo marcada por la pandemia. Ahora los nuestros estarán con nosotros. Será diferente. Queremos esta Copa”, aclara Gudelj, un portento físico, a punto de renovar con el Sevilla, con el que este año lo ha jugado todo.

Monchi, el director deportivo del Sevilla: lo tiene claro, Nemanja es el futbolista con más minutos disputados (4.298 en todas las competiciones) y ha participado en 51 partidos, el que más de toda la plantilla. ¿Qué hay detrás de esta asombrosa regularidad del internacional serbio? Una dedicación casi espartana al fútbol. “Cambié mi alimentación hace siete años. Yo digo que soy vegano para que se entienda. La alimentación lo es todo. Que sea correcta te ayuda a competir y a recuperar. No como carne ni pescado, no tomo leche, tampoco queso ni productos de este tipo”, aclara el futbolista.

Gudelj dispone de un cocinero personal en su casa, donde vive con toda su familia, incluida su hermana pequeña, que es tenista. El chef, a quien Gudelj se trajo de China, donde jugó dos temporadas procedente del Ajax, cocina para todos. De regreso de nuevo a Europa, el jugador fichó por el Sporting de Lisboa y, una temporada más tarde, Monchi lo trajo de Portugal para ponerlo a las órdenes de Julen Lopetegui. Después de tres cursos en los que fue un buen suplente, la explosión le ha llegado en la actual, convulsa para su equipo, que tonteó con el descenso hasta que Mendilibar puso algo de orden y calma en el equipo, cuya fortaleza reside también en el ejemplo de tipos como Gudelj, ejemplo de resiliencia.

Ahora, apenas unos meses después, la temporada puede tener un gran final: undécimo clasificado de LaLiga y finalista de la Liga Europa. “Siempre intenté dar lo máximo. Lo pasé mal la tercera temporada, la pasada, cuando no me inscribieron para la Champions y estaba más fuera que dentro. Pensé en salir. Todo cambió después de una charla antes del mercado de invierno con Lopetegui. Me dijo que me iba a necesitar por las bajas que tenía el equipo y comencé a jugar de defensa en la segunda vuelta de la temporada pasada. Desde entonces, no he parado”, aclara el serbio, transferible en verano y ahora un puntal del Sevilla. Un Sevilla que se mira en su espejo.

Gudelj ha sido un fijo para Lopetegui, Sampaoli y ahora Mendilibar, el técnico que le ha cambiado la cara al Sevilla. Ha pasado de pelear por la permanencia a viajar a Budapest después de eliminar al Manchester United y a la Juventus. Gudelj tiene claras las razones del éxito de Mendi. “Ha tocado cosas que en este momento eran importantes. Y luego, nos ha dado un fútbol muy sevillista, como el que nosotros queremos ver aquí. Un fútbol de presión alta, de dominar en el campo del rival, de rematar mucho y acabar las jugadas. Pocos toques en campo propio y más dominio en el del rival, intentando acabar siempre las jugadas. Un fútbol que nuestra gente aprecia mucho”, proclama Gudelj, que jugará con el dolor de la pérdida de su hija y que se encontrará en la Roma a uno de los futbolistas que más admira. Su compatriota Matic.

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