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Invasión de campo
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Manchester City - Real Madrid, 17-M

Si la vuelta de la semifinal de la Champions fuera una campaña electoral, los ingleses tirarían del ‘somos el equipo más goleador de Europa’ y los blancos del ‘hagámoslo otra vez’ como eslóganes

Haaland y Pep Guardiola
Erling Haaland y Pep Guardiola, el pasado fin de semana tras la victoria del Manchester City en la Premier.LINDSEY PARNABY (AFP)

Si Real Madrid y Manchester City empezasen una campaña electoral para presidir esta temporada una de las dos vacantes en la final de la Champions, ni el CIS podría vaticinar quién ganaría, ni si lo haría por mayoría absoluta, simple, o necesitaría pactar. Eso sí, afortunadamente la campaña para el 17-M sería breve (ojalá todas lo fueran). En dicha campaña, ¿quién hará las maletas rumbo a Estambul? Ambos tienen argumentos de peso para votarles y nos podrían encandilar con promesas para ganarse nuestra confianza.

Los eslóganes electorales tienen que ser mensajes cortos y directos, que buscan captar la atención y permanecer en nuestro cerebro. Si su misión principal es transmitir en pocas palabras la ideología que hay detrás de un partido político, en el Madrid sería una epopeya basada en lo que cuenta su historia y sus hazañas sobre él. Me imagino a Vinicius o Benzema como cabeza de cartel y debajo una frase que diga: “Hagámoslo otra vez”, o “Tiremos de escudo”. En cambio, los skyblues serían más rotundos: “Esta vez sí” o “Not in my house” (No en mi casa), con Haaland, De Bruyne y Guardiola como máximos exponentes.

En el programa electoral es donde recae todo el peso de una decisión. Es ahí donde los argumentos te acercan o te alejan. Las razones de los blancos trascenderían a cualquier lógica. Apelarían a la fe, a la épica, a la hemeroteca y la historia. Huiría de lo racional. Prometería cosas como: “Habrá heroicidad”, “ahórrate los primeros 80 minutos”, “no hagas planes hasta media noche, puede que la cosa se alargue”, o “ve al baño al descanso, aprovecha”. Argumentos difíciles de defender, pero que te convencerán.

En cambio, en Mánchester abogarían por la razón, sería todo cabeza. Pocos programas electorales encontraríamos con más lógica que el suyo. Argumentos como: “Somos el equipo más goleador de Europa”, “este año tenemos al bicho que, además, es el pichichi de la competición”, “nos quedaremos con el balón y la posesión”. Y luego está el argumento inquebrantable, el Etihad. Su refugio. El equipo de Guardiola lleva desde noviembre sin perder en su estadio, es decir, desde antes del Mundial, y es algo a lo que aferrarse si enfrente tienes al rey de las machadas.

Pero por muchas remontadas que cosechara el curso pasado, este año el Madrid tendrá que cambiar de estrategia y de plaza. Le espera el más difícil todavía, exhibirse lejos de la Casa Blanca, de su zona de cobijo. Lejos de los muros del Bernabéu donde ha sido capaz de crear una mística imposible de describir ni de explicar.

Los mítines se los dejamos a los entrenadores. Ancelotti y su ceja levantada provocarían alguna que otra carcajada en el auditorio antes de ponerse serio. Lo fiaría todo a la “magia” (con acento italiano).

Guardiola hablaría de su legado en Mánchester, como ha hecho en la previa de este choque. “Mi legado aquí ya es excepcional. Hemos llegado aquí muchas veces, no somos estúpidos, sabemos lo importante que es el partido de mañana. Quizá sea el más importante desde que estoy aquí. Les dije a los jugadores que vivan el momento, que lo disfruten”, dijo el técnico de Santpedor ayer.

A diferencia de lo que pasará a final de mes, quizás esta mesa electoral no te sirva como excusa para librarte de una cena en casa de los suegros, pero no importa. Esta noche se libra la madre de todas las batallas. Es el partido del año, el que todo el mundo quiere ver. En un rato podremos hacer recuento de votos, pero todavía nos quedan unas horas de jornada de reflexión.

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