Vinicius y Rodrygo, réditos superlativos
Los dos jóvenes brasileños han abandonado la categoría de grandes promesas y se han erigido en piezas fundamentales del Real Madrid, un equipo que no espera a nadie. Cada temporada es un Everest por conquistar
La eclosión de Vinicius y Rodrygo le genera al Real Madrid réditos superlativos, tanto en el ámbito futbolístico como en el capítulo mercantil. Con 22 años, ninguno de los dos ha alcanzado su cénit, aunque cualquiera podría pensar que Vinicius ya está cerca de agotar todos sus recursos. Son tantos y tan impactantes que cuesta imaginar alguno más en su repertorio, pero Vinicius no se pone techo. En cada partido asombra con nuevas habilidades.
Si el caso de Vinicius supone una revolución, el de Rodrygo se ajusta más a la clásica teoría evolutiva: jugadores a los que se les presume un gran talento y lo manifiestan de manera gradual. Si Vinicius sorprende por un arsenal que no cesa de crecer, en Rodrygo puede sospecharse al jugador que todavía está lejos de completar su amplia paleta creativa.
Los dos jóvenes brasileños han abandonado la categoría de grandes promesas y se han erigido en piezas fundamentales del Real Madrid, un equipo que no espera a nadie. Cada temporada es un Everest por conquistar. Esta semana disputará la final de la Copa del Rey y tres días después se medirá con el Manchester City en las semifinales de la Copa de Europa. Una temporada habitual.
Con este ritmo frenético y la demanda de su palmarés, al Madrid le define el pragmatismo. O funcionas o desapareces de escena, cultura empresarial que exige rendimiento constante, máxima competencia interna y el carácter necesario para aguantar unos desafíos sin comparación en el fútbol. Llegados a este punto, algo está claro: a Vinicius y Rodrygo la camiseta del Real Madrid les queda como un guante.
No ha sido un recorrido fácil para ninguno de los dos, pero la forja se ha completado. Vinicius se instaló como titular en la temporada anterior y ya es un notable del fútbol que aspira al Balón de Oro. Rodrygo no jugó la final de la Copa de Europa, pero sus goles fueron decisivos para llevar al Madrid a la final de París. Es difícil pensar que esta temporada ocurra lo mismo. Rodrygo pinta cada día más en el equipo.
El beneficio que obtiene el Madrid con el combo de brasileños es ilimitado. Pocas ventajas mayores en el brutal negocio del fútbol que disponer de dos talentazos de 22 años, construidos como jugadores en el club y destinados a encabezar el próximo ciclo generacional del equipo. Los réditos, más que apreciables en el capítulo futbolístico, resultan igual de sabrosos en el ámbito mercantil.
Aunque se trata de un club en permanente estado de búsqueda, fascinado con las estrellas, la consagración de Vinicius y Rodrygo permite al Madrid un extraordinario margen de maniobra, impropio de los tiempos que corren, definido por las prisas y muchas veces por colosales errores de juicio en los fichajes. ¿Ejemplos? Chelsea, esta temporada. Manchester United y Barça, en los últimos años.
El Madrid cuenta con dos de los tres o cuatro mejores jóvenes futbolistas del mundo, delanteros además, la más deseada y cara de las posiciones. El equipo comenzó la temporada anterior con Hazard y Bale como titulares, dos jugadores de más de 30 años que habían costado más de 100 millones. Si Vinicius y Rodrygo se quedaban en simples promesas, la posibilidad del marasmo económico sería altísima.
Menos de dos años después, el Real Madrid jugará la semifinal de la Copa de Europa con dos jóvenes extremos que valen una fortuna. Estrellas indiscutibles en el campo, Vinicius y Rodrygo aseguran al Real Madrid un confortable colchón de seguridad en el complicado proceso de transición del equipo, le evitan prisas innecesarias y le garantizan una perspectiva mejor y más tranquila en el proceloso mercado de fichajes.
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