Mágico Rodrygo y terminal Benzema
El Real Madrid, ante un Almería plagado de teloneros, se redime del espanto de Girona con tres goles del francés y una jugada museística del brasileño
Tras el fiasco de Girona el Real Madrid se redimió ante un Almería de teloneros. Un partido muy pinturero de los blancos, con trazos artísticos de Vinicius y Rodrygo —retirados ambos con molestias—, con Benzema como afinado goleador, con Ceballos para todo. Solo un par de desatenciones defensivas dieron vuelo al Almería, que estuvo a punto de llevarse una zurra considerable. A Rodrygo y Camavinga se les escaparon dos tantos por estar fuera de lugar, los postes interfirieron a Benzema y Asensio (por dos veces)... El Madrid con el mazo ante un rival con la mente en los partidos que le quedan con los de su graduación.
En Chamartín no hubo partido, si por tal se entiende un reto entre dos. Lo del Bernabéu no lo fue, con el Real Madrid juega que juega al solitario ante un Almería sobrecargado de reservistas. Rubi, en alerta con el duelo del martes con el Elche, su Liga, tiró del camión escoba y ordenó ocho cambios respecto al equipo que la jornada anterior se impuso en Getafe. Una ganga mayúscula para un Madrid doliente tras el espanto en Girona. Casi nada se guardó Carlo Ancelotti, dispuesto a cicatrizar la herida, por más que apremien la final de Copa del próximo sábado y el City.
Con el eco de la morosidad blanca en Girona, no hubo demora madridista. Como siempre, con Vinicius en la pole. Y con Benzema (14 tantos antes del encuentro) al asalto del pichichi Lewandowski (19). Sus mejores gregarios, Vinicius y Rodrygo, se empeñaron en complacer al capitán. A los cinco minutos, turno de Vinicius, que sacó la cadena a Mendes con una moña burlona que dejó al africano tieso como una estalactita. Benzema llegó al soplo triunfal. Y casi canta otro bingo con la enésima virguería de su colega brasileño. Un pase ciego de tacón que culminó el francés con un disparo a las manos de Fernando.
Rodrygo, que no quiso ser menos que el camarada Vinicius, selló una de las jugadas más versallescas del campeonato. El paulista recibió un pase de Lucas enchironado en un costado de la línea de portería. Samu le tenía arrestado... Un espejismo. El brasileño se lo sacudió con un toque de taco con el que arrastró la pelota a espaldas de su alguacil. Una delicia que no desaprovechó Benzema. Era su noche, otra más. Máxime cuando Ramazani cazó a Lucas dentro del área. El galo certificó el triplete de penalti. De paso, superó a Hugo Sánchez como cuarto máximo goleador de la Liga. Para el capitán, 236, no lejos de Zarra (253), y a varias órbitas de Cristiano (311) y Messi (473).
El Madrid abrumaba al Almería, que no daba con la pelota ni con el partido, sometido por los atacantes locales y por un brillante administrador del juego: Dani Ceballos. Hace tiempo que el andaluz no es solo un curroromerista del fútbol. Hoy tiene recorrido y remangue.
Remangue tampoco le falta a Vinicius, que va de calentón en calentón. Lo mismo da como transite el partido. No hay cita sin bronca del brasileño al árbitro, ya sea por cuestiones mayores o menudencias. Esta vez se ganó la décima tarjeta, una condena para el encuentro del martes en Anoeta. Vinicius tiene dobles dígitos en todo, también suma diez goles y otras tantas asistencias, cifras que solo mejora Griezmann.
Al cierre del primer acto bajó el volumen el equipo blanco y en una de las contadísimas salidas del cuadro almeriense Lázaro rebajó la goleada con la retaguardia local en modo campo y playa. De vuelta del intermedio, Rodrygo, en un suspiro, concretó el 4-1 con un disparo fulminante desde fuera del área.
Poco a poco, Rubi fue reclutando titulares (Robertone, Luis Suárez, Centelles, Melero) para dar otro hueso al equipo. El partido ya estaba desatado, con el Madrid cerca que cerca a Fernando y el Almería algo más expansivo. Y animado por Kroos, que se tomó a la ligera un pase en su área. Portillo lo agradeció y Robertone dejó clavado a Courtois con un cabezazo terminal. Ahí se quedó el grupo de Rubi, mientras el Real encadenaba una ocasión tras otra. Y algún susto. Rodrygo tratado con hielo en el banquillo justo antes de que Vinicius pidiera el cambio. Por supuesto, con Ancelotti a la cabeza, nadie se acordó de Hazard. Lo único que cuenta son Osasuna y el City.
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