Vinicius, la inspiración de unos pies sin firma
El brasileño, que busca marca de botas tras romper con Nike, persigue contra el Chelsea la semifinal de la Champions tras descifrar en ocho días a Araujo, Foyth y Reece James
Vinicius trotaba este lunes feliz sobre la hierba de Stamford Bridge. Saboreaba el aperitivo de su regreso a la Champions este martes en la vuelta de los cuartos de final contra el Chelsea (21.00, Movistar). En la ida en el Bernabéu, redondeó ocho días que fueron algo así como superar de golpe las últimas pantallas de un videojuego intrincado después de destruir tres monstruos hasta entonces más o menos indescifrables: Ronald Araujo el 5 de abril, Juan Foyth el 8 y Reece James el 12. Copa del Rey, Liga, Champions, lo mismo da. Vinicius vuela sobre los pies más inspirados del fútbol mundial, que curiosamente no tienen marca que los calce. Desde febrero, en su tramo más fulgurante de la temporada, dribla con botas Nike, pero las lleva gratis.
El brasileño terminó a finales de enero su contrato con la firma estadounidense, a la que llevaba ligado desde los 13 años. Acabó desilusionado por que el gigante de Oregón no lo acompañara con un plan de proyección internacional a la altura de su explosión en el campo. Así que el 2 de febrero saltó al Bernabéu a enfrentarse al Valencia con unos botines negros, sin anagrama alguno. Los primeros 45 minutos le salieron al revés. Como es algo supersticioso, para la segunda parte recuperó sus habituales botas amarillas, que tiene adaptadas, y terminó marcando el 2-0. Desde entonces ha seguido luciendo Nike, aun cuando no cobra por hacerlo. Mientras, su equipo estudia propuestas sin prisa, con la idea de tomar en verano una decisión para un contrato largo y ambicioso con otra marca. No hay vuelta atrás.
La ida del miércoles pasado dejó un dato que permite medir la dimensión del despegue de Vinicius desde la llegada de Carlo Ancelotti al banquillo. Sus dos asistencias de esa noche le colocaron como el único futbolista que ha alcanzado dobles dígitos en goles y asistencias en las dos últimas Champions: 10 goles y 10 asistencias en 20 partidos.
Su influencia en los encuentros es formidable, como explicó este lunes el portero del Chelsea, Kepa Arrizabalaga, sobre lo que sucedió en el Bernabéu: “Es determinante, y con espacios, quizá más incluso. Cuando teníamos el balón, quizá le dimos demasiado espacio. No estuvimos lo suficientemente pendientes de él, y nos generó tener que retroceder, vueltas de muchos metros, y que el equipo perdiese altura y tuviera que empezar desde atrás a construir. Es una cosa que tenemos que mejorar”.
Este momento que atraviesa, en el que es capaz de condicionar rivales completos, puede explicarse un poco a partir de ese punto de superstición con las botas, pero sobre todo con una mezcla de inspiración y estudio. Araujo le había frustrado varias veces antes de la reciente noche del Camp Nou. El uruguayo se veía entonces como su kryptonita perfecta. “Me defiende como nadie”, dijo el brasileño después del 0-4. Vinicius revisa a conciencia los partidos. Sobre todo sus errores, según una fuente de su entorno. Luego, antes de reencontrarse con laterales como los tres que acaba de desactivar, los escruta en vídeos que le preparan el cuerpo técnico del Madrid y otros de su propio equipo de trabajo, que también le ayuda con breves informes escritos.
Aunque antes de la ida Ancelotti quitó peso a la preparación táctica y lo puso en la parte tal vez más artística del regateador: “Es solo inspiración suya. En este momento es imparable. A veces lo paran, a veces no...”, dijo. Y apuntó a otro aspecto de su juego que resulta determinante: “Él sigue, sigue, sigue. En este momento es un jugador que juega con una continuidad espectacular. Y lo que hace lo hace todos los días. No es que se reserve un poco en los entrenamientos”. Ahí lo sufre Milião: “Es casi imposible de parar porque no para de correr”, dijo este lunes.
Vinicius es el futbolista que más regates intenta por partido en las cinco grandes ligas europeas: 7,2 por partido, por delante de los 5,5 del segundo, Kylian Mbappé. Es también el que más pérdidas registra, 7,4, pero la insistencia lo coloca como el que más regates exitosos acumula, 3,2. Y luego, el segundo que más pases da dentro del área, 1,3 por partido, solo por detrás de los 1,4 de Jack Grealish, del Manchester City. No hay en Europa futbolista más persistente que el brasileño. Y él sabe que esa es una de sus armas más poderosas, como resumió el miércoles pasado después de la ida en el Bernabéu: “Sigo jugando como jugaba. Fallaba mucho, y sigo fallando, pero fallo mucho menos. Por la edad”, explicó. También por eso su gente está convencida de que Nike no puede seguir haciendo con él lo que venía haciendo. Aunque siga volando gratis con sus botas.
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