Seis de siete para Roglic
Con el triunfo en la Volta Catalunya, al esloveno solo le resta vencer en la Vuelta a Suiza para tener todas las grandes carreras de una semana en el calendario ciclista
Hace unos meses, Roglic tenía el brazo en cabestrillo y solo podía hacer una hora de rodillo en casa, centrado durante ese tiempo en estar con la familia y en recuperarse bien de su operación de hombro, pues se le había salido en varias ocasiones y tras dos topetazos serios que le hicieron abandonar el Tour y la Vuelta entendió que la cirugía era una necesidad. Pero su recuperación fue estupenda, al punto de que tras hacer la pretemporada en el Teide (Tenerife) junto con 11 compañeros, volvió antes de lo previsto a competir. “Vimos que estaba listo y no había razón para alargar la espera. Cuando Laporte enfermó, lo cambiamos por Affini en la París-Niza, lo que liberó un lugar para la Tirreno”, explican desde el equipo Jumbo. Y Roglic aclaró que estaba como un tiro, ganador de tres etapas y de la general. Algo similar ha sucedido en la Volta, vencedor de dos etapas y del laurel definitivo. “Han sido seis días muy duros. Pero tenía las piernas y es un gran triunfo que podemos celebrar”, resolvió el esloveno, siempre lacónico en sus respuestas porque lo suyo es hablar sobre la bici.
Y bien que lo ha hecho, capaz de aguantar todos los ataques de Evenepoel. También en Montjuïc. “Claro que Primoz sabía que le atacaría y yo también sabía que me seguiría porque tenía que defender el maillot. Es uno de los más fuertes del mundo y hemos estado parejos, venía a por el podio, por lo que estoy muy orgulloso por mi carrera aquí en Barcelona y en la Volta en general”, explicaba el belga, mucho más expansivo ante los micros como también lo ha estado en la carretera. “Pero yo me lo he pasado muy bien”, resolvía Roglic; “el equipo ha estado genial y ojalá sea igual en el Giro”, apuntaba el campeón, que, con su hijo en el regazo, añadía: “Es un honor ganar esta carrera y entrar en su historia”. No es una historia cualquiera porque, entre otros, aquí ganaron ciclistas de la talla de Volpi, Miguel Poblet, Anquetil, Merckx, Ocaña, Indurain, Valverde, Purito Rodríguez…
El pelotón también aceptó la superioridad de estos dos corredores que hicieron cada etapa como si fuera la última. “Ya no hay escapadas en el ciclismo moderno”, señalaba David de la Cruz. “Están por encima del resto”, añadía Marc Soler. “Es que había dos mucho más fuertes que los demás y Roglic tenía todo bajo control, estaba con mucha confianza en sí mismo y en nosotros”, apostillaba Sepp Kuss, su gran gregario en el Jumbo-Visma. El triunfo, además, supone un paso más de Roglic -vencedor de tres Vueltas-, en siete grandes carreras de una semana, pues tiene en el bolsillo París-Niza, Tirreno-Adriático, Itzulia, Tour de Romandía y Dauphine, además de la Volta. Ya solo le falta la Vuelta a Suiza. Algo que, si se le mete entre ceja y ceja, seguro que consigue porque lo suyo es hablar sobre la bici.
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