Los detalles frenan al Baskonia en la Euroliga

En su partido 700 en Europa, el Baskonia no pudo celebrar su fiesta en Kaunas, porque el Zalgiris estuvo más sereno en los instantes finales de un partido que se decidió por detalles, que fueron crueles con los vitorianos en los segundos finales (79-75). Para los vitorianos, el peligro está en haber dejado resucitar al rival, que llevaba cinco derrotas consecutivas, y que iguala ahora en victorias al conjunto vasco.

En medio de la pasional afición del Zalgirio Arena, el partido que jugaron el Zalgiris y el Baskonia resultó competido de principio a fin. Los dos equipos se empeñaron en la tarea y ninguno pudo poner tierra de por medio en ningún momento. El empate fue el hábitat natural del choque en el que la alternancia en el marcador fue la tónica habitual. Ni los lituanos ni los vitorianos consiguieron despegarse del rival más allá de seis puntos.

Comenzó el Baskonia jugando bien, en especial Giedraitis, motivado por jugar en su país. El lituano fue el mejor de su equipo en la primera parte, que se deslució para el Baskonia por la falta de acierto en el lanzamiento triple. Los vitorianos se fueron al descanso con cuatro puntos de diferencia (38-42), simplemente por un par de detalles en los que mejoraron al Zalgiris, en el que Birutis destacó sobre los demás.

Los porcentajes y los datos finales lo dicen todo. Hubo igualdad en rebotes (33-34), en pérdidas (7-6) y en los lanzamientos. Cuando el partido entró en su último minuto, el marcador señalaba empate a 75 y nadie podía predecir el desenlace. Con 40 segundos de margen, anotó Butkevicius y en la siguiente jugada, cuando solo restaban 23, los lituanos cometieron falta sobre Howard. Los hombres de Peñarroya no pudieron anotar en la siguiente jugada, en la que el propio Howard se la jugó a cara o cruz, y el rebote fue para el Smits, el mejor del partido, que corrió el contragolpe, interrumpido por la falta de Sedekerskis. Anotó Dimsa los dos tiros libres para poner el marcador en 79-75. Así acabó el partido.

Panathinaikos 91 Valencia 92

En el OAKA Arena de Atenas, el armenio de origen estadounidense Chris Jones fue el protagonista de la victoria del Valencia Basket ante el Panathinaikos, que aprieta la clasificación en las plazas que dan acceso a la siguiente fase. Faltaban diecisiete segundos, el equipo de Mumbrú perdía por dos puntos de diferencia (91-89) después de que Thomas fallara uno de los tiros libres de los que dispuso, y el técnico del Valencia pidió un tiempo muerto para preparar la jugada. Jones inició el ataque, Paris Lee, el mejor del equipo griego durante el partido, le salió al paso. Alexander intentó un bloqueo defectuoso y Jones tuvo que recular para, a falta de dos segundos, buscarse espacio con un amago, y ya en la cuenta atrás de las décimas de segundo, lanzar para sumar el triple y darle la victoria al Valencia.

No parecía que iba a ser el día del equipo valenciano, después de perder los dos primeros cuartos, pero le dio la vuelta a la tortilla en el tercero (19-27) y provocó un final apretado, con muchas alternativas en el marcador, que resolvió la magia de Jones, un jugador imprevisible, capaz de acciones como la que enmudeció el OAKA.

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