Las lesiones de ligamento cruzado entre las futbolistas: “Te encierras y echas unas lágrimas. Tienes que estar fuerte mentalmente”

“Caí al suelo, y enseguida fui consciente de que me había hecho daño en la rodilla. Es una sensación muy extraña y muy dolorosa”, explica Marta Carro (Cádiz, 32 años), capitana del Valencia CF. Marta se quedó a las puertas de jugar el Mundial con la Selección Española. “La primera noche fue dura, de asimilación. Pensé en que me operaran lo antes posible para volver a jugar”, asegura la gaditana. La jugadora sufrió una lesión de ligamento cruzado y menisco interno en 2019 durante un partido con la Selección. Como ella, en esta temporada ya son 11 las jugadoras que han sufrido la lesión del ligamento cruzado, entre ellas, Alexia Putellas, la doble campeona del Balón de Oro.

Una de cada 100 mujeres sufre este tipo de rotura en su carrera deportiva, según afirma el estudio realizado por el Instituto Cugat a partir de los datos de la delegación catalana de la Mutualidad de Futbolistas entre 2015 y 2021. “Los factores anatómicos, mecánicos y hormonales son los principales riesgos de lesión en la mujer”, cuenta el doctor Ramon Cugat, especializado en traumatología, artroscopia y cirugía ortopédica, que ha operado a jugadores como Ansu Fati, Jana Fernàndez o Pep Guardiola.

“Para nosotras el fútbol es nuestro modo de vivir. No nos planteamos, tras una lesión, dejarlo. Es nuestro trabajo”, cuenta Paula Guerrero (Valencia, 26 años), centrocampista del club che. La jugadora que se rompe el ligamento cruzado tarda entre nueve meses y un año en volver al campo, aunque su rodilla tardará dos años en recuperar el 98% de su madurez. En estos largos meses de recuperación tienen que intervenir diferentes campos profesionales para que la deportista llegue lo mejor posible al terreno de juego. El médico, el rehabilitador, el psicólogo o el nutricionista son algunos de los profesionales que deben acompañar a la futbolista en este largo proceso y abordar la lesión de manera multidisciplinar.

Factores biomecánicos y hormonales, pero también externos

Las jugadoras se lesionan entre 1,5 y tres veces más que los hombres, aumentando en la última década un 208% entre las mujeres, según el estudio realizado por el Instituto Cugat. “La mujer tiene una abertura en la pelvis más grande y el ángulo del fémur es más cerrado. Eso hace que el hombre tenga la rodilla en varo y la mujer en valgo”, explica el doctor Cugat. “La rodilla se flexiona, se pone en valgo, esta se sale y se produce la lesión”, añade el doctor. Además, los ligamentos de las mujeres presentan mayor laxitud. Cugat subraya la importancia de los factores externos, como el estado del césped, el uso correcto de las botas y un entreno adecuado. “Si la chica es diferente del chico, los entrenamientos deberían serlo también”, comenta.

Otro factor en el que se está investigando es el de la menstruación. Cada mujer es diferente y dependiendo de la fase del ciclo menstrual en la que se encuentre tendrá un rendimiento u otro según los distintos picos hormonales. “En la primera fase del ciclo es mucho mejor trabajar la fuerza y en la segunda, la parte aeróbica”, explica Eva Ferrer, médica de la unidad de medicina del deporte del Hospital Clínic Sant Joan de Déu y ex-médica del Barcelona femenino. “Unos días antes de la ovulación parece ser que existe mayor riesgo de sufrir lesiones de ligamentos en general”, agrega la médica.

La recuperación: un proceso físico y psicológico

“No quería que fuesen los ligamentos. En ese momento la cabeza me empezó a ir a mil por hora, pensando ya cuánto tiempo iba a estar retirada recuperándome”, confiesa Paula sobre el momento de la lesión. Ocurrió en febrero de 2022, a los cinco minutos de iniciarse un amistoso entre el Valencia y la Selección Española sub-19. Ha estado 11 meses de recuperación, pero hace dos semanas recibió el alta médica. “Tienes que estar un año como mínimo antes de volver a jugar, sobre todo por el riesgo de lesión. Pero no todo el mundo cumple los mismos plazos”, comenta Ferrer. Factores como la edad diferencia su recuperación, aunque según afirma la médica, no cambia los tiempos.

Los deportistas deben pasar un duelo y asumir que esta lesión va a comportar un cambio en su vida y carrera profesional. “Al final te encierras en tu habitación y echas un par de lágrimas, pero tienes que estar fuerte mentalmente. Es un trabajo de cabeza y constancia”, expresa la capitana del Valencia. Para Albert Cabezas, psicólogo deportivo, es clave la autoconfianza durante el proceso: “Hay que trabajar con la persona y hacer que esté tranquila, ya que es una lesión operable. Hay que intentar hacerlo con la máxima positividad posible, sin menospreciar la tristeza y ansiedad”. Pero uno de los grandes problemas es el miedo y la incertidumbre de volver al mismo nivel de antes, según el psicólogo. “Volver con miedo es lo peor que puedes hacer. Sin el miedo te vuelves a sentir futbolista”, confiesa Carro.

No solo los profesionales son esenciales durante el proceso de recuperación, sino que también su entorno más cercano: familiares, amigos y las propias compañeras de equipo son fundamentales al finalizar el día, remarcan tanto Paula como Marta. El rehabilitador físico de ambas jugadoras, Toni Cuadrado, insiste en “escuchar a la jugadora”. “Si las futbolistas tienen un mal día, tienes que adaptarte a ellas, que son quienes marcan los tiempos”, añade. Para ellas es un gran cambio, según Cuadrado: “pasan de relacionarse con el grupo de jugadoras a trabajar de manera individual”. Marta nunca pensó en “tirar la toalla”, aunque a Paula se le pasó por la cabeza, confiesa. “Es un trabajo de constancia y perseverancia, de confiar en ti”, explica Marta, que asegura que rendirse no entra en sus planes.

El caso Alexia

Alexia Putellas (28 años), jugadora del FC Barcelona, se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda a tres días del debut de España en la Eurocopa de 2022. Ocurrió durante el entrenamiento con la Selección previo al partido contra Finlandia. Su caso ha servido como megáfono mediático para dar voz a este tipo de lesiones, que afectan más a las mujeres que a los hombres. “Es importante que se dé visibilidad y hay que normalizarlo. Cualquier situación que le pase a una persona mediática le da visibilidad a la situación que está pasando. Esto pasa en todos los ámbitos”, comenta Eva Ferrer. “Cuando Ana Peleteiro se quedó embarazada y siguió entrenando, ya había mujeres que también lo hacían y no se hablaba. Tuvo que llegar ella para que saliera a la palestra”, ejemplifica la médica.

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