Djokovic: “No quiero parar, no tengo intención de hacerlo”
El serbio, mermado por una lesión en la pierna a las puertas del torneo, asegura que dos semanas atrás no se veía ganando. Tsitsipas lo encumbra: “Es el mejor”
El campeón Novak Djokovic desfila por las galerías de la central de Melbourne trofeo en mano, siguiendo la estela de su agente, la italiana Elena Capellaro. Previamente ha departido con Jim Courier y Lleyton Hewitt para la televisión oficial del torneo y en dirección al vestuario, se topa con el legendario Rod The Rocket Laver. Saluda afectuosamente al icono del tenis australiano y a su mujer, y poco después del encuentro, al ir a abrir una puerta, la copa está a punto de caer contra el suelo. Salvado el incidente, se abraza con su familia y sus allegados. También está su padre, Srdjan, que no ha presenciado el éxito de su hijo en la pista, como ya sucediera en las semifinales, después de que hubiera sido noticia el miércoles por fotografiarse con una bandera rusa y el busto de Vladímir Putin.
El tenista, de 35 años, luce en la solapa derecha de su chaqueta blanca una sucesión de cocodrilos que dibujan un 22, la cifra de grandes que ahora posee. “He hablado con él y las cosas se calmarán, en todos los sentidos. Hemos acordado que lo mejor es que no estuviera aquí. Me duele porque es un momento muy especial, único, y sé que no ha sido fácil para él”, responde el balcánico, que desde que venciera en 2019 a Mitchell Krueguer no ha perdido ningún partido en Melbourne.
Djokovic departe tranquilo, en paz. Contesta primero en inglés y después en serbio. Se fotografía al final con los reporteros de su país y charla en privado con ellos. Habla el número uno después de vivir una catarata de emociones y de haber conquistado Melbourne mermado por la musculatura de la pierna.
“Cuando he ido al box, me he derrumbado al abrazar a mi madre y a mi hermano porque hasta ese momento, supongo, no me permitía distraerme con nada fuera de la pista o que pudiera perturbar mi tratamiento de la lesión. Requería de una gran energía mental”, señala Nole, que al emprender el torneo no las tenía todas consigo por la lesión que sufre en el muslo izquierdo y que al final ha conseguido controlar. “Si retrocedo un par de semanas, creo que no estaba como para ganar. Era una cuestión de supervivencia. A partir de los octavos, la pierna no me molestaba tanto, me podía mover mucho mejor”, precisa.
Nervios y energía mental
El de Belgrado totaliza ya 93 premios en la élite. Es decir, uno más que Rafael Nadal (92) y únicamente por detrás de Jimmy Connors (109), Roger Federer (103) e Ivan Lendl (94). Este último, remarca, tiene un sabor especial.
“Estaba deseando volver a Australia, quería volver y jugar. Terminé la temporada pasada de la mejor manera posible e hice una gran pretemporada. Teniendo en cuenta lo que sucedió el año pasado, estaba un poco más nervioso; no sabía cómo iba a ser ni cómo iba a recibirme la gente, pero en general, ha sido una experiencia muy positiva”, valora; “por supuesto, han sucedido cosas en los últimos días [en referencia al episodio de su padre] que no han sido fáciles para mí, pero tenía que mantener la calma. Por eso digo que requería de una enorme cantidad de energía mental y emocional. La gente que ha estado a mi alrededor ha hecho un gran trabajo para que pudiera jugar de la mejor manera posible”.
His night. His court. His trophy. His legacy.@DjokerNole • #AusOpen • #AO2023 pic.twitter.com/1tC4Foanm1
— #AusOpen (@AustralianOpen) January 29, 2023
Igualado con Nadal en la cúspide de la historia, asegura que “cuantos más grandes gane, mejor”, y que “a estas alturas de mi carrera, este tipo de trofeos son mi mayor motivación, sin duda”. Añade que no le gusta compararse con otros y que le resulta “halagador” formar parte del debate sobre quién es el mejor de todos los tiempos. Y anticipa: “Realmente, no quiero parar aquí, no tengo la intención de hacerlo. Si estoy bien física y mentalmente, sé que tengo opciones de ganar estos torneos. No sé cuántos años más voy a jugar, depende de varias cosas; no solo del cuerpo. Es extremadamente importante tener el amor de los que me rodean y lograr un equilibrio con la vida privada”.
Respecto a su celebración, novedosa y que guarda un paralelismo con el lema que enarbola Carlos Alcaraz, matiza que es un “pequeño código” que tiene con su equipo. “Sí, se necesita mucho corazón, mucha fuerza mental y lo tercero [en referencia a los genitales], también”, bromea.
Previamente, en la pista el griego Stefanos Tsitsipas, de 24 años y ahora número tres del mundo, se ha rendido a sus pies. “Eres el mejor que ha cogido una raqueta. Te lo mereces. Impulsas a todos los tenistas a ser mejores. Es muy similar la forma en la que hemos crecido en las pistas. No es fácil perder otra final [tras la que cedió ante el serbio hace dos años en Roland Garros], pero quiero volver”, ha indicado el subcampeón, damnificado de nuevo por la tiranía de su rival, compartida con Nadal. Entre ambos –10 él, 6 el mallorquín– se han hecho con 16 de los 19 últimos majors; las únicas excepciones han sido las de Dominic Thiem (US Open 2020), Daniil Medvedev (US Open 2021) y Alcaraz (US Open 2022).
IVANISEVIC: “ENTRENAR A NOVAK ES COMO DIRIGIR AL REAL MADRID”
Antes de que Djokovic ofreciera las reflexiones finales, su técnico, el croata Goran Ivanisevic, subrayó la dificultad que ha entrañado este último paso histórico a su jugador.
“Las tres últimas semanas han sido extremadamente duras. Creía que lo había visto todo cuando él ganó aquí en 2021 con el abdominal roto, pero lo de ahora es increíble. Jugar así es simplemente impresionante”, apuntó el campeón de Wimbledon (2001). “No diría el 100%, pero el 97% de los jugadores no hubiera jugado el torneo estando así”, abundó.
Según él, Djokovic “viene de otro espacio, su cabeza es diferente. Cada vez está más loco, en un sentido positivo… Yo también estaba loco; he sido tenista y sé qué se siente”.
El preparador considera que el tenista puede seguir jugando “dos o tres años más a este nivel” y respecto a la exigencia de su cargo y la vehemencia de Nole durante los partidos, comparó: “El año pasado no fue fácil. Nada es fácil. Pero es lo mismo que si eres entrenador, entrenador de fútbol del Real Madrid, necesitas tener la presión. Si no ganas uno o dos partidos, te despiden”.
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