El exdirector ciclista Vicente Belda y su hijo, investigados tras la desarticulación de una trama de dopaje
La UCO de la Guardia Civil detuvo en mayo en la Operación Ilex al presunto cabecilla del “grupo criminal”, el doctor extremeño Marcos Maynar, acusado de tráfico de medicamentos no autorizados en España
Vicente Belda Vicedo, histórico exciclista y exdirector del ciclismo español al frente del Kelme cuya carrera se detuvo por su implicación en la Operación Puerto contra el dopaje, es una de las ocho personas investigadas tras la desarticulación en mayo por la Guardia Civil de un grupo criminal dedicado supuestamente al tráfico de medicamentos y al dopaje en el deporte presuntamente liderado desde la Universidad de Extremadura (UNEX) por el doctor Marcos Maynar, médico deportivo viejo conocido de las autoridades antidopaje. Un hijo de Belda, Vicente Belda García, masajista en el equipo Astana, también figura entre los investigados de la llamada Operación Ilex, que lleva a cabo la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, dirigida desde el Juzgado de Instrucción 4 de Cáceres.
Tanto a Belda padre como a Belda hijo los investigadores les atribuyen el supuesto papel de comerciales y distribuidores del grupo de Maynar. Durante la operación, en septiembre pasado, acabada la Vuelta a España, la Guardia Civil citó a declarar como testigo al ciclista colombiano Miguel Ángel Superman López, quien no acudió a la cita porque tenía prisa por regresar a Colombia a conocer a su segundo hijo, nacido durante la carrera. A lo largo de su carrera, López ha mantenido una relación muy estrecha con Belda. En las investigaciones policiales, habitualmente, los deportistas considerados testigos en las investigaciones de tráfico de sustancias dopantes suelen ser los destinatarios de algunos de los envíos interceptados, como uno de menotropina, hormona luteinizante incluida en la lista de sustancias dopantes, que llegó hasta Budapest justo en mayo, antes del comienzo de un Giro que López, uno de los favoritos, abandonó sorprendentemente nada más comenzar la cuarta etapa, camino del Etna, ya en Sicilia. También figura entre los investigados como otro de los presuntos captadores de clientes el exciclista guipuzcoano Ángel Vázquez Iglesias, conocido sobre todo por estar suspendido a perpetuidad por dopaje y porque la Guardia Civil debió perseguirlo para detenerlo en medio de la marcha Quebrantahuesos de 2014 en la que participaba pese a estar sancionado. En su palmarés figura la victoria en tres Quebrantahuesos.
Entre los clientes de la trama, aparte de ciclistas, figura el entrenador de un club de natación de Castellón y uno de los nadadores, un menor, así como futbolistas de un equipo extremeño de categoría regional.
En una nota de prensa, la Guardia Civil señala que ha conseguido la identificación de todos los presuntos miembros del grupo criminal meses después de la detención de Maynar y de su ayudante en Cáceres “por la comisión de supuestos delitos de tráfico de medicamentos y dopaje en el deporte, pertenencia a grupo criminal y blanqueo de capitales” tras dos registros, uno en Plasencia (Cáceres) y otro en la Facultad de Ciencias del Deporte de la UNEX. Además, seis personas más figuran como investigadas.
Los componentes del grupo criminal, subraya la Guardia Civil, se dedicaban también a la elaboración y a la distribución de sustancias prohibidas en el deporte. A los deportistas que captaba su red, Maynar les ofrecía la preparación de los entrenamientos, complementación nutricional, y el suministro para el consumo de medicamentos y sustancias prohibidas en el deporte. Estos deportistas, que abonaban una cuota anual de unos 3.000 euros, eran sometidos a un estudio previo mediante analíticas y pruebas de esfuerzo realizadas en las instalaciones de la Facultad de Ciencias del Deporte de Extremadura, en la que Maynar desempeña labores docentes.
En los registros de mayo, destaca la Guardia Civil, fueron intervenidos distintos medicamentos no autorizados en España, como Actovegin, Ácido Dicloroacético (DCA) y Teofilina de origen lituano, así como sustancias prohibidas en el deporte como la hormona menotropina, “además de otros facilitados a los deportistas como cafeína en presentación inyectable o supositorio y gran cantidad de cápsulas vacías preparadas para su relleno con alguno de estos medicamentos para su posterior distribución”.
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