La encrucijada de Xavi para reactivar al Barcelona
Los partidos contra el Inter y el Madrid cuestionan la figura de Busquets y la apuesta por los extremos Dembélé y Raphinha
Xavi Hernández vincula su continuidad como entrenador del Barça a los resultados e incluso a los títulos porque considera que el esfuerzo que ha hecho el club con los fichajes y el carácter de la entidad exigen ganar cuantos torneos estén en juego y más después de estar prácticamente eliminado de la Champions. “La gente por la calle me levanta el puño en señal de ánimo y por los mensajes de apoyo recibidos parece como si se me hubiera muerto un familiar”, advirtió. “Voy a trabajar más incluso que antes para revertir la situación. No hay temporadas de transición en el Barça”, agregó.
La coyuntura invita a los cambios y si el puesto de entrenador ni se discute se esperan novedades en el equipo que servirán precisamente para calibrar la situación y autoridad de Xavi. Los últimos resultados, el empate contra el Inter y la derrota en el Bernabéu, invitan a tocar no solo la alineación sino también el plan de juego en busca de un revulsivo ante las visitas consecutivas de Villarreal (21.00, Movistar), Athletic y Bayern de Múnich.
“Algún cambio haremos para refrescar al equipo. Habitualmente son tres o cuatro por partido”, argumentó Xavi. “Hay jugadores con fatiga acumulada”, añadió para después pormenorizar sobre las demarcaciones señaladas: la del medio centro —Busquets— y la de dos extremos Dembélé y Raphinha. “Busquets sigue siendo importante. Vital. Los capitanes suman. Tenemos un vestuario muy sano y eso me hace sentir que las cosas acabarán saliendo. Hay buen ambiente y positivismo”, recalcó Xavi.
“Ya veremos qué pasa con los extremos. Hay que tener en cuenta también las coberturas y la velocidad de la pelota para que puedan desequilibrar mejor”, precisó el entrenador azulgrana en un intento de exculpar a Dembélé y Raphinha. El francés únicamente ha marcado tres goles —dos en la Liga— por solo uno del brasileño, habitualmente enojado cuando le sustituyen como se advirtió en el Camp Nou ante el Inter. Raphinha es un fichaje avalado por la dirección deportiva y la directiva cuyo coste fue de unos 58 millones y su agente responde al nombre de Deco, el exjugador del Barcelona. Y Dembélé renovó su contrato el verano pasado porque es una apuesta decidida de Xavi. El entrenador se encuentra por tanto en una situación delicada si prescinde de uno o de ambos y les sustituye por Ansu Fati y Ferran Torres, dos de los destacados en el último tramo del clásico disputado en Madrid.
La alineación de Ansu se da por descontada después de mostrar una mejora física, estar más dinámico y explosivo que en los últimos partidos, parecido si acaso al que fue decisivo en Anoeta. “Está muy bien, muy activo y enchufado, participará seguro. Va a ser un jugador importante”, advirtió Xavi, que también ha recuperado al lateral derecho Bellerín.
La tarea es procurar que el Barcelona sea, en palabras de Xavi, “más agresivo, esté mejor situado después de perder la pelota y si es necesario cometa más faltas tácticas”. “Hay mucho que mejorar”, insistió. “Son errores de conjunto, de estructura, de línea defensiva, de presión; faltan varios ajustes tácticos”, generalizó el entrenador del Barça.
¿El Xavi jugador se sentiría cómodo en este equipo?, se le preguntó. “Sí, es la misma idea que cuando jugaba; de la etapa de Guardiola hacia delante con matices con otros entrenadores”, respondió después de calificar a Frenkie de Jong: “Es interior por la forma que jugamos, pero también se le ve cómodo como pivote por sus conducciones, capacidad de romper líneas, oxigenar a los centrales y ver el fútbol de cara”. A Xavi le toca mover ficha en la formación y activar un plan que provoque la reacción de un Barça muy desmejorado desde el parón de selecciones por el virus FIFA.
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