Santi Mina encuentra una salida en Arabia
La acusación contra el jugador del Celta, condenado en primera instancia por abuso sexual, solicita que se le retire el pasaporte, pero el futbolista ya está en Riyadh para incorporarse al Al Shabab
Tres meses y medio después de que un juzgado de Almería le condenase, en primera instancia, a cuatro años de cárcel por abuso sexual, Santi Mina, delantero del Celta, deja el club gallego para incorporarse a las filas del Al Shabab, cuarto clasificado en la última liga de Arabia Saudí, donde el nuevo campeonato comenzará el próximo fin de semana. Según deslizan diversas fuentes, el acuerdo supondrá al Celta un ingreso de 2,5 millones de euros por la cesión durante una temporada, una solución adecuada para cubrir la amortización por el jugador y engrosar en 3 millones de euros un tope salarial que también se beneficia de que la ficha del futbolista, una de las más altas del plantel, la asuma el equipo radicado en Riyadh, la capital saudí.
Comunicado oficial: Santi Mina
— RC Celta (@RCCelta) August 23, 2022
La situación judicial del delantero, denunciado en el verano de 2017 por una mujer cuya defensa alegaba agresión sexual, pende a día de hoy de los recursos de ambas partes. Este otoño llegarán al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, encargado de emitir una sentencia firme. Antes de que se produjese un eventual ingreso en prisión, a Mina le quedaría la baza de recurrir al Tribunal Supremo. Con todo, tras la primera resolución judicial, el Celta decidió apartar al futbolista del día a día la plantilla y borró todo su rastro de la web de la entidad. El 1 de mayo jugó en Granada su último partido, el 268 en su carrera en Primera División con apenas 26 años. No volvió a vestir la camiseta celeste.
Hace un mes, aconsejado por sus abogados, el jugador remitió un burofax al club para solicitar su reincorporación a los entrenamientos del equipo debido a que la sentencia que alegaba el Celta para orillarle no era firme. “Cuando lo sea haremos las reclamaciones oportunas”, apuntó el presidente Carlos Mouriño, que reconoció su error al reclutarle desde el Valencia en julio de 2019 cuando ya se sabía que tenía que responder ante una denuncia. “Me equivoqué al no tomar precauciones cuando la causa ya estaba abierta. Sus agentes me aseguraron que era mentira, que había una campaña de extorsión y me equivoqué”, asume el mandatario del Celta.
“Si le rescindo le tengo que pagar todo el contrato y le estaría premiando”, apuntaba hace poco menos de un mes Mouriño sobre la situación en la que estaba el club. Santi Mina tiene dos años más de contrato con el Celta, pero al menos el primero lo cubrirá el Al Shabab, un club al que este verano se incorporó Vicente Moreno, exentrenador de Mallorca y Espanyol, junto a su equipo de tres auxiliares. Antes de la pandemia ya había trabajado en el club otro técnico español, Luis García Plaza.
Mina partió este lunes hacia Riyadh tras hacer escala en Barcelona. El fallo judicial no consideraba riesgo de fuga, de manera que el futbolista no tiene limitada la posibilidad de abandonar España. Según informa Atlántico Diario, la defensa de la acusación presentó el pasado viernes un escrito en un tribunal almeriense para solicitar una vista urgente que decrete bien la retirada del pasaporte, bien el ingreso en prisión. Lo hace con el argumento de que ahora sí que existe la posibilidad de fuga. Ahora la premiosa maquinaria judicial decidirá si el futbolista debe regresar para asistir a esa vista o se toma una resolución sin su presencia.
El Al Shabab, un club que hace año y medio sorprendió al integrar en su directiva a una mujer, Reem Khalid Al-Zamil, visitó hace dos semanas Vigo para enfrentarse al Celta en un partido del Memorial Quinocho que se resolvió con goleada local (6-0) y expuso el nivel de uno de los equipos de referencia del fútbol saudí, campeón de Liga en seis ocasiones, aunque la última la alzó hace diez años. Mina jugará en su nuevo destino con futbolistas con pasado en LaLiga como el argentino Ever Banega, el polaco Grzegorz Krychowiak o el senegalés Alfred N’Diaye. La normativa permite tener hasta siete extranjeros por equipo. Jugar en Arabia es para todos un buen negocio: todo lo que ingresan es neto porque no deben abonar impuestos.
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