Santi Mina obliga al Celta a que le deje entrenarse mediante un burofax
El club, que lo había apartado desde que fue condenado a cuatro años de prisión por abusos sexuales, está exigido a aceptar la reclamación
Santi Mina (Vigo; 26 años), condenado a cuatro años de prisión por abuso sexual, volverá de inmediato a entrenar con el Celta, que le había apartado del equipo cuando el pasado mes de mayo la Audiencia Provincial de Almería emitió su fallo por un suceso denunciado en junio de 2017. Tras la sentencia, el club gallego había abierto un expediente para dilucidar las “responsabilidades laborales” del futbolista, que se resolvió con una suspensión de empleo y sueldo. Pero la semana pasada el jugador remitió un burofax al Celta para exigir su incorporación a los entrenamientos del equipo. El Celta, en un comunicado, aclara que se ve “obligado a asumir” la presencia del que era delantero centro titular del equipo en las sesiones de preparación “dentro de los horarios estipulados” a los que se adiestra el resto del plantel.
El futbolista se acoge a un derecho laboral, el de ocupación efectiva, porque en el verano de 2019 firmó un contrato que le vincula al club hasta junio de 2024 y la sentencia, que además está recurrida por las dos partes, no es definitiva. “El Celta se reserva su derecho de reclamar, si la sentencia es firme, todos los daños y perjuicios ocasionados por el comportamiento del jugador a la entidad, tanto económicos como de imagen del club, respetando a día de hoy su derecho a recurso”, incide el club.
En el Celta la decisión del jugador ha causado especial desagrado porque tras no llegarse en su día a un acuerdo para resolver el contrato, la entidad trabajaba en la búsqueda de una salida para el futbolista a través de un traspaso o una cesión en la que incluso aceptaba abonar una parte de su ficha. Mina rechazó una oferta para salir a préstamo al Aris de Salónica griego y ahora desde el club, en la tesitura de tener que readmitirle en el día a día, se lo reprochan. El comunicado emitido por el Celta afirma sin ambages que el jugador daña la imagen de la entidad y asegura que no se dejarán presionar por ningún trabajador que busque “sus intereses particulares”.
El Celta, que antes de la sentencia apeló a la presunción de inocencia del jugador para mantenerlo en sus filas, borró tras el fallo judicial todo rastro del futbolista en su web y dejó de seguirle en redes sociales, donde el delantero no ha dado señales de vida. Desde entonces las apariciones públicas de Santi Mina han sido escasísimas y apenas por alguna imagen se supo de su presencia en la boda de su compañero de equipo Denis Suárez. Tampoco parece sencillo que se le vaya a ver en la bunkerizada nueva ciudad deportiva del Celta, que en su día decidió no asumir el coste de un despido, o embarcarse en un proceso que estimase su procedencia, y ahora apunta que “las últimas decisiones del futbolista van encaminadas a dañar a la entidad”.
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