La montaña decide una edición histórica del Tour de Francia femenino: “Ahora viene lo duro”
La ronda francesa llega igualada a la traca final, dos etapas con varios puertos rompepiernas para poner a prueba a las favoritas para la victoria final
En meta, exhausta tras seis días de competición sin descanso, la mallorquina Mavi García, eterna sonrisa, evidenció este viernes su análisis del primer Tour de Francia femenino de la era moderna: “Ahora viene lo duro”. No le faltaba razón. Pasadas las etapas de llanura, no sin excepciones, piedras y polvareda incluidas, este sábado arranca la traca final del Tour, dos etapas de alta montaña para decidir quién se lleva la carrera más deseada, la más soñada.
Primero, camino a Le Markstein —una estación deportiva a 1.183 metros de altitud, en pleno macizo de los Vosgos, al noroeste de Francia—, el pelotón escala el Grand Ballon: un puerto de 13,5 kilómetros al 6,7% de pendiente media. Eso será previo a la meta. Antes, las favoritas tendrán ocasión de medir sus fuerzas en el Petit Ballon (algo más de nueve kilómetros al 8,1%) y el puerto de Platzerwasel (siete kilómetros al 8,3%).
Mavi García, confiada, ponía la vista en la etapa de este sábado antes del arranque del Tour: “Son tres puertos duros, uno de ellos muy al final, pero termina en un páramo antes de meta. Creo que puede ser una buena oportunidad para mí”.
El domingo, sin apenas descanso, la carrera llega al último día: final en la Super Planche des Belles Filles, un muro rompepiernas de más de siete kilómetros al 8,7% de pendiente media; escenario del primer gran duelo entre Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar en la última edición del Tour masculino.
Allí, en lo alto de la cima, a 1.140 metros de altitud, donde ya han inscrito su nombre con letras doradas ciclistas de la talla del joven esloveno, Vincenzo Nibali o Chris Froome —ganadores, todos ellos, del Tour de Francia—, las favoritas dejarán los restos para luchar por la primera edición de la Grande Boucle en la era moderna. “Me llevé una gran alegría cuando vi estas dos etapas en el final del recorrido. Grand Ballon y Super Planche des Belles Filles son puertos muy duros. Será bonito para el espectador. Hará falta mente fría”, dice Demi Vollering, sexta en la clasificación general, a 1m11s de Marianne Vos.
La Caníbal, 35 años, maillot amarillo desde el lunes, cuando consiguió en Provins la primera de sus victorias, no es especialista en los puertos, pero goza de una ventaja nada desdeñable: medio minuto sobre Silvia Persico (Valcar), segunda, y Katarzyna Niewiadoma (Sram), tercera, ambas igualadas en tiempo.
Por detrás, un Top-10 repleto de grandes escaladoras y ciclistas con piernas suficientes como para probar suerte en un ataque lejano: cuarta, la italiana Elisa Longo Borghini (Trek), a 35 segundos de Vos; quinta, la sudafricana Ashleigh Moolman-Pasio (SD Worx), justo por delante de su compañera Demi Vollering; séptima, la mejor clasificada de las locales, la francesa Juliette Labous (DSM), a 1m19s; octava, una de las grandes favoritas, Annemiek Van Vleuten (Movistar), reciente ganadora del Giro de Italia, a 1m28s.
Por detrás, la danesa Cecilie Uttrup Ludwig y la helvética Elise Chabbey, ambas a más de dos minutos, cierran la selección de grandes nombres. Undécima, penalizada por la cadena de desgracias de la cuarta etapa, la mejor española, Mavi García, a 2m40s. Sandra Alonso, clasicómana del Ceratizit, es 33ª, a 7m22s. Anne Santesteban (Bikeexchange) y Sheyla Gutiérrez (Movistar), enfrascadas en otras labores, cierran el Top-100 a más de media hora del maillot amarillo.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.