Unos 150.000 aficionados del Eintracht y el Rangers toman Sevilla
Solo uno de cada cuatro tienen entrada para presenciar la final de la Liga Europa en el Ramón Sánchez Pizjuán
Una decena de urinarios portátiles han sido colocados justo en la esquina de la Iglesia de El Salvador, la segunda más importante de Sevilla después de su majestuosa catedral gótica. Una aberración que ha despertado la indignación de muchos sevillanos por afear una obra de arte. Es uno de los peajes a pagar para que la capital de Andalucía reciba una lluvia de millones con la llegada de unos 150.000 seguidores del Rangers y del Eintracht, los finalistas de la Liga Europa. Es la primera movilización masiva de aficionados tras dos años marcados por la covid.
El partido se jugará en el Ramón Sánchez Pizjuán, que tiene un aforo de 43.000 espectadores (reducido a 40.000 para la final). Cada equipo tiene derecho a unas 10.000 entradas. La UEFA se reservó 13.000 localidades, vendidas a través de su página web, siendo el resto para patrocinadores y diversas entidades. El panorama para las autoridades policiales es complicado. En torno a unos 85.000 aficionados del Rangers y unos 35.000 del Eintracht vagarán por las calles de Sevilla sin entrada a pesar de las recomendaciones de la UEFA. Bajo un calor espantoso, 35 grados de máxima a las cinco de la tarde, miles de aficionados, en especial del Rangers, se dejan ver por la capital andaluza en la víspera del partido, este miércoles a las 21.00.
Los sevillanos alucinan con los escoceses, algunos de ellos ataviados con sombreros mexicanos, una iconografía que consideran andaluza y española ante el estupor local. Desde las 11 de la mañana han ocupado las terrazas de los bares del céntrico Paseo Colón. Las autoridades han dispuesto una zona de ocio para los hinchas escoceses en las afueras de la ciudad, en las inmediaciones del estadio de La Cartuja, donde cuentan con barras para tomar cerveza y podrán ver el partido en una pantalla gigante. Allí, sin embargo, no había ningún escocés este martes. “Los hinchas del Rangers no van a la zona de ocio de La Cartuja. Han ocupado el centro y esta avenida junto al río porque ya venían aleccionados”, afirma a este diario la responsable del bar Kepler.
“Hemos quintuplicado las peticiones de cerveza, vodka y whisky. Abrimos más temprano para adaptarnos a sus costumbres y están alucinando con los vaporizadores que tenemos en nuestra terraza. Durante lunes, martes y miércoles hemos reforzado la plantilla como si se tratara de un fin de semana”, añade la responsable del establecimiento mientras cientos de hinchas del Rangers consumen una cerveza tras otra. Bares, restaurantes y hoteles hacen caja gracias al partido, un impacto económico que Antonio Muñoz, alcalde de Sevilla, eleva a 60 millones de euros. Además, de advertir de una proyección de la ciudad, pues el partido tendrá más de 150 millones de espectadores potenciales de 173 países distintos.
El Paseo Colón, Las Setas de la Encarnación, las calles aledañas a la Catedral y la Alameda son las zonas preferidas de los hinchas para consumir alcohol. Discretamente, dotaciones de los antidisturbios de la Policía Nacional van ocupando posiciones. El despliegue policial en Sevilla es, ciertamente, espectacular. 5.500 agentes de los distintos cuerpos de seguridad, entre Policía Nacional, Policía Local, Unidad de Policía Adscrita a la Junta de Andalucía y Guardia Civil velan por la seguridad en la capital andaluza. 3.000 de ellos son agentes de la Policía Nacional, sobre todo de las Unidades de Intervención (UIP), los antidisturbios, muy pendientes de que la noche sea tranquila en Sevilla, después de que en la noche del lunes se produjeran las primeras incidencias con hinchas escoceses en La Alameda. Alguno ha sido capaz de pagar hasta 2.000 libras (unos 2.300 euros) por una entrada. El precio oficial de las mismas está entre 40 y 150 euros.
Los hinchas del Eintracht tienen su zona de ocio en el Prado de San Sebastián, en una zona mucho más céntrica que la de los escoceses y en donde se han organizado toda una serie de actividades lúdicas. Las autoridades policiales intentarán que no se concentren grandes masas de aficionados de ambos equipos. “En mi bar hay hinchas de los dos equipos y por lo que vemos son pacíficos. Pero a medida que van bebiendo cerveza suben los gritos”, afirma Javier Hidalgo, propietario del restaurante Alcaiza, próximo al ayuntamiento de Sevilla. “Hemos aumentado nuestras previsiones de venta de cerveza y, de momento, todo va bien, aunque se le teme a la noche. No paran de beber”, añade. A falta de los datos oficiales, las primeras previsiones hablan de un récord de consumo de cerveza en Sevilla. El anterior registro se produjo, precisamente, en la otra final de la Liga Europa celebrada en la capital de Andalucía. Fue en 2003, en el estadio de La Cartuja. Entonces, el Celtic perdió 2-3 ante el Oporto dirigido por José Mourinho. El técnico portugués obtuvo su primer título europeo. Ahora, los aficionados del Rangers quieren ganar la copa donde la perdió su eterno rival.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.