Aitana Bonmatí, la cruyffista luchadora

Bonmatí es el apellido de su madre; Conca, el de su padre. Ella es Aitana, futbolista del Barcelona, elegida mejor jugadora de la primera final de Champions conquistada por un equipo español, el Barça el curso pasado, y según explica, una de las primeras niñas en llevar el nombre de familia materno. “Mi madre lo tenía claro y se ha encontrado con un hombre, como mi padre, que siempre ha sido un luchador en todos los ámbitos”, explica Aitana. Como si formara parte de su ADN, la azulgrana ha peleado por el lugar de la mujer —”quiero ser un referente también para los niños, eso romperá la idea de que el fútbol es cosa de hombres”, subraya— y por su lugar en el campo. “Le costaba digerir cuando no jugaba. Es parte de su inmensurable búsqueda de mejora”, reflexiona Markel Zubizarreta, director deportivo del Barça.

Cuando todavía pugnaba por un puesto en el once titular, entonces a la sombra de Vicky Losada, Bonmatí mordía rabia en el banquillo. “¿No juego porque soy muy pequeña?”, preguntaba la centrocampista, de 1,61m. Transformó el enojo en trabajo. “Eso la ha ayudado. Se ha esforzado por ser fuerte físicamente. Se siente con la capacidad de luchar por ser una de las mejores del mundo”, añade Zubizarreta. Fue entonces cuando pensó en su ídolo: Xavi Hernández. “Me recuerda mucho a mí. Hay una tendencia a pensar que el fútbol es físico. No lo es. El fútbol es cerebral. El físico ayuda, sí; pero el talento no se puede defender. Si enfrentas el físico al talento, siempre ganará el talento”, escribió el actual entrenador del primer equipo masculino en el prólogo del libro Aitana Bonmatí. Tots units fem força, que se publicará el próximo abril.

Espejo de Xavi, es la única futbolista titular del Barça que solo ha vestido la camiseta azulgrana. Llegó al club con 13 años (ahora tiene 24) y nunca se movió. Del resto, todas han tenido que probar suerte lejos del club. Hasta Putellas, actual Balón de Oro, tuvo que pasar por el Espanyol y el Levante antes de adueñarse del Johan Cruyff. “Llegó en el momento adecuado y en la situación idónea. Hoy, una nueva Aitana lo tendría muy difícil para ganarse un lugar en el once”, explican en el cuerpo técnico azulgrana. Bonmatí, a diferencia de la mayoría de sus compañeras, no sabe lo que es el amateurismo. En su primera temporada con el primer equipo (2015-2016), el equipo femenino azulgrana se convirtió en profesional.

El Barcelona ha logrado contener y retener el talento de Bonmatí. De hecho, el último diciembre, antes de que firmara su renovación por el cuadro azulgrana hasta 2025, a Aitana la tentaron para mudarse del Barça. “Es entendible que la quieran los mejores equipos de Europa. Puede jugar de interior, de extremo y le diría que hasta de 4. Pero ella es parte de este proyecto y lo sabe. No hace falta que le expliquemos lo que significa el Barcelona”, razona Zubizarreta.

Heredera natural de Alexia, Bonmatí se convirtió en una referencia del barcelonismo. Luce el 14 en la espalda, es embajadora de la Fundación Johan Cruyff y antes de la final de Gotemburgo escribió en Twitter: “Salid y disfrutad”. Hoy el Barcelona regresa, una vez más (séptimo año consecutivo), a los cuartos de final de la Champions. Esta vez, ante un rival inédito en Europa: el Real Madrid en cuartos de la Champions (21.00, Dazn). Más motivación para Aitana. Y no hace falta que se explique el porqué.

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