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Trasnoche récord en el tenis: Zverev gana a las 4.55 de la madrugada

El triunfo del alemán sobre el estadounidense Brooksby en Acapulco desbanca al duelo más tardío hasta ahora, protagonizado en 2008 por Hewitt y Baghdatis (4.34)

Zverev, durante el partido contra Brooksby en Acapulco.
Zverev, durante el partido contra Brooksby en Acapulco.David Guzmán González (EFE)
Alejandro Ciriza

Lo que en un principio era una primera ronda relativamente anodina del torneo de Acapulco o, en todo caso, un día en el que Alexander Zverev jugó con fuego y estuvo no muy lejos de quemarse, acabó convirtiéndose en un trasnoche histórico para el tenis. El alemán, número tres del mundo, se rehízo y terminó con la resistencia del estadounidense Jason Brooksby, derrotado por 3-6, 7-6(10) y 6-2. Salvó así una eliminación que le hubiera impedido defender el título obtenido el curso pasado. Hasta ahí todo normal, más allá del apuro. Sin embargo, cuando Zverev despidió un último saquetazo y el rival restó demasiado largo, out, el reloj marcaba las 4.55 de la madrugada, hora local, lo que convierte el duelo en el que más tarde ha acabado nunca en la historia de la raqueta.

Entonces, en las gradas del nuevo recinto que acoge el torneo mexicano (Pista Estadio) solo quedaban unos pocos osados que desafiaban a la nocturnidad y que, al consultar sus teléfonos móviles, se cercioraron de que habían presenciado un hecho extraordinario. Hasta ahora, el encuentro más tardío era el que protagonizaron hace 14 años el australiano Lleyton Hewitt y el chipriota Marcos Baghdatis en el Open de Australia de 2008, cuando el segundo levantó la bandera blanca en la tercera ronda (4-6 7-5 7-5 6-7(4) y 6-3) y el electrónico de la Rod Laver Arena de Melbourne marcaba las 4.34.

El tenis, otra vez, destapa su cara más absurda, una tara única en el deporte que, sin embargo, siguen sin subsanar los organizadores de los torneos, cada vez más dilatadas las jornadas y escenario varias veces de situaciones marcianas. Se sabe cuándo se empieza, pero nunca cuando se acaba. Las sesiones golfas abundan y se normalizan. Como trasfondo, las televisiones y la guita. En Acapulco se alega el calor y la humedad, y el objetivo de preservar la salud de los tenistas; por eso, transmiten, la sesión vespertina se ha programado esta edición a partir de las 18.00. Un horario aparentemente razonable, hasta que todo coincide: tres partidos, los tres igualados y los tres a tres sets. Resultado, un desaguisado.

Antes de que intervinieran Zverev y Brooksby (hacia las 1.30) se habían medido en primera instancia John Isner y Fernando Verdasco (7-5, 6-7(7) y 7-6(3) favorable al primero, tras 3h 13m), y a continuación saltaron a la pista Stefan Kozlov y Grigor Dimitrov (7-6(8), 5-7 y 6-3, tras 3h 21m). Finalmente, Zverev requirió de 3h 19m para finiquitar al norteamericano. “Estoy feliz de haber ganado”, expuso el de Hamburgo ante los presentes. “No sé cómo se siente Jason. Me imagino que es difícil, pero a la vez debe estar feliz de formar parte de la historia del tenis. Ha sido increíble”, agregó el vencedor, que en la siguiente ronda se enfrentará a su compatriota Peter Gojowczyk.

Ahora, pues, el ranking de lo irracional está encabezado por el Zverev- Brooksby de Acapulco (4.55), seguido por el Hewitt-Baghdatis de Australia (4.34) y después por el dobles entre Querrey/Sock-Fognini/Bolelli de la Copa Davis de 2019 (4.04), el Andreas Seppi-Bobby Reynolds del Open de Australia de 2007 (3.34), el Benjamin Becker-Jiri Novak del torneo de Tokio en 2006 (3.24) y el Rafael Nadal-Pablo Cuevas de Río de Janeiro en 2015 (3.18). Hace tres años, Garbiñe Muguruza y la británica Johanna Konta terminaron de pelotear en Melbourne a las 3.12 de la madrugada. El choque había empezado a las 00.30.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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