_
_
_
_

Leonardo Bonucci: “Desde que España ganó la Euro 2008 los defensas construimos con los pies”

El capitán de Italia y la Juventus reflexiona sobre la transición cultural que atraviesa su club en vísperas de visitar al Villarreal en los octavos de final de la Champions

Champions League
Leonardo Bonucci.ERIC GAILLARD (Reuters)
Diego Torres

Nadie como Leonardo Bonucci (Viterbo, 1987) para definir las contradicciones del fútbol italiano en la última década. El capitán del campeón de la Eurocopa visita este martes La Cerámica (21:00 horas, Movistar) al frente de una Juventus que se redefine como equipo y como institución al tiempo que busca el billete para los cuartos de final de la Champions.

Pregunta. En la última década en España se ha desarrollado un gusto por defensores centrales que son valorados más por su salida de balón que por su vocación defensiva. ¿El pase debe ser una prioridad cuando se escoge a un central para un equipo que quiere controlar el balón?

Respuesta. Desde que España ganó el Europeo de 2008, y tras el paso de Guardiola por el Barcelona, en todo el mundo se cambió un poco el modo de interpretar el juego, en el sentido de que la construcción debe hacerse con los pies y esto no solo implica a los defensores sino también al portero. El fútbol ha cambiado pero si eliges a un defensa, antes que mirar si pasa bien la pelota debes asegurarte de que sabe leer el partido, especialmente cuando el equipo pierde la pelota, coordinarse con sus compañeros de cobertura y tener personalidad en la conducción de su línea y de todo su equipo. Un defensor es un vigilante. Es el que debe colocar a los centrocampistas, el que debe llamar a los delanteros para que presionen, y en general situar a los otros compañeros.

P. ¿No cree que ha habido equipos que de tanto pretender filtrar pases con los centrales han desvirtuado la función esencial del defensor?

R. Una línea de centrales debe tener de todo. Unos que se caractericen más por la marca y otros por su sentido organizativo. Nos sucedió con Barzagli y Chiellini cuando jugábamos en línea de tres. Ellos preferían la marca, sentir el hombre. Y luego cuando había que salir jugando me la daban a mí para que pensara. Ese reparto de las competencias puede ser bueno bajo la premisa de que lo primero es saber defender. Para mí la victoria es enfrentarme a grandes atacantes que acaben el partido sin marcar ni un solo gol, independientemente del resultado del equipo.

P. Chiellini es uno de los marcadores más pegajosos de este siglo y el compañero con el que más tiempo ha jugado. ¿Dónde está la clave de vuestra sociedad?

R. El secreto es la química que se crea con el tiempo. Hemos jugado juntos más de diez años entre la selección y la Juventus. Después de jugar tantos partidos, de compartir tantos entrenamientos y situaciones, acabas conociéndote de memoria, copias los trucos del otro, hay un intercambio de energía constante y una experiencia compartida. Yo sé que cuando Giorgio hace un movimiento, el que sea, pueden producirse una serie de consecuencias a las que tengo que adaptarme; y a él le pasa igual. Si nos centran un balón a mi zona, puedo despejar, dejarlo pasar, controlarlo y jugarlo, o devolverlo al campo contrario de un patadón, y haga lo que haga yo sé que a mi espalda Giorgio estará preparado para cualquiera de las consecuencias que eso produzca. Eso es conocimiento. Se consigue día tras día. Somos amigos. Quedamos a cenar seguido. ¡Hasta nos vamos de vacaciones juntos!

Nos esperan dos partidos complicados. He visto mucho al Villarreal. Es un equipo redondo, que sabe jugar, que tiene experiencia. No resulta nada fácil meterles un gol

P. ¿Por qué cree que De Ligt y Chiellini buscan más que usted el contacto físico con el delantero? ¿Por instinto o porque realmente es necesario?

R. A mí no me gusta demasiado sentir el atacante. Siempre se ha dicho que mi característica es la inteligencia, la lectura en anticipación, nunca dar nada por descontado. Pero si tengo que jugar al hombre todo el partido con un atacante no me hago problema. Lo importante es que no te pasen. Si debo ir a cuerpear, a hacer falta o ser más duro, lo hago yo también. No es mi característica principal pero para hacer lo que he hecho yo en mi carrera, sobre todo, hay que saber defender.

P. Todos conocemos la admiración que le profesa Guardiola por su habilidad para meter balones por el ojo de una aguja. ¿Cómo la desarrolló?

R. De joven jugaba de mediocentro, en ese rol en el que debes hacer girar todo el equipo, dictando los tiempos del pase y la presión. De todo lo que hace un centrocampista central depende que un equipo juegue bien o mal. Es una característica que llevo incorporada y que expreso incluso cuando debería despejar el balón a la tribuna. Con el correr del tiempo aprendí que a veces me tengo que inhibir y pegar un pelotazo fuera del campo porque hay riesgos que no se pueden asumir. Pero hacer el pase decisivo, habilitar a un compañero para que dispare a puerta, todavía me da placer.

P. ¿Qué clase de jugador quería ser cuando era niño?

R. Jamás pensé en ser defensor. Me gustaba atacar. Mi hermano era defensa y yo lo miraba y le decía: “No haces nada por el equipo, no eres útil, no juegas la pelota”. Mi ídolo era Del Piero. Hasta que a los 15 años un entrenador comenzó a ponerme de pivote y me enseñó a interceptar a los atacantes, a leer las trayectorias, a cortar las líneas de pase. Y así, hasta que otro entrenador me tocó el corazón cuando me hizo aceptar un rol en el que no me veía. Me dijo: “Si quieres convertirte en un jugador importante, debes ser defensor central”. ¡No se equivocó! A partir de ahí comencé a observar a Nesta y a Cannavaro y les robé algunas cositas. No he dejado de estudiar a compañeros como Cannavaro, Barzagli, Chiellini… Ellos me han enseñado las cosas que no aprendí en la cantera por estar dedicado a otra función. Y así creció mi instinto de defensor.

P. Usted en la selección se ha convertido en un símbolo de la transición de Italia hacia un fútbol más elaborado. ¿Cómo ha repercutido este cambio histórico en un club tan tradicionalista como la Juventus?

R. En los últimos años en la Juventus siempre se ha buscado hacer algo distinto. Pero, ¿con qué sentido? Lo que importa es ganar trofeos, y de un modo u otro, en la última década la Juventus ha ganado trofeos: Supercopa, Copa Italia, títulos de Liga... Nuestra voluntad siempre ha sido jugar bien al fútbol. Pero a veces los resultados han llegado metiéndonos atrás. Si ganamos jugando bien, nos divertimos. Pero también nos divertimos haciendo la guerra frente a nuestra área.

Ahora el deseo de la Juventus es jugar en campo contrario. Si ganamos jugamos bien nos divertimos. Pero también nos divertimos haciendo la guerra frente a nuestra área

P. ¿Y para ganar la Champions? ¿No sería necesario crear algo diferente?

R. Hoy para competir en Europa debes tener ritmo y una idea de juego. Pero la idea de juego puede gestarse cuando preparas un partido para contragolpear después de estudiar a un adversario cuyos defensas tienen dificultad en campo abierto, para girarse y volver. A otros equipos no los puedes dejar avanzar hasta meterse en tu campo porque si tienen jugadores muy técnicos te meten en problemas graves, aunque los esperes y les cierres los espacios. Todo depende de la interpretación que hagas de la competición. La semana pasada vimos que el Madrid ante el PSG hizo un partido defensivo que por poco no le vale un empate que habría sido un buen resultado. ¡Y era el Madrid! Con jugadores como Modric, Kroos, Benzema y VInicius. Pero te encuentras con un rival que te mete en tu área y debes saber lo que requiere el partido. No siempre tienes la posibilidad de poner en práctica tus ideas.

P. ¿Y cuál es la idea de esta Juventus que en tres años ha pasado de Allegri a Sarri, de Sarri a Pirlo, y de Pirlo a Allegri?

R. Ahora el deseo de la Juventus es invadir el campo contrario, presionar y jugar con ritmo. En eso trabajamos. Pero no dejas de sorprenderte. Siempre se dijo que un equipo que defendía con tres centrales no podía ganar la Champions y el Chelsea lo ha conseguido. No hay una ley escrita que diga que un módulo o un estilo te hará ganar. Italia en el último Europeo no era la favorita. Pero el grupo estaba unido, cada uno de los individuos peleaba cada balón, el entusiasmo, la táctica… generan cosas que te vuelven más competitivo. Obviamente debe haber una idea y una base futbolística, pero no solo el fútbol debe funcionar de maravilla. El Barça, el Madrid, el Inter, la Juventus, cada uno ha ganado a su manera después de encajar muchísimas piezas hasta conseguir el funcionamiento perfecto, que nunca es el mismo.

P. ¿No le parece que esta Juventus ha sido el equipo italiano que en las últimas temporadas peores resultados ha conseguido en relación al potencial de su plantilla?

R. Han sido años difíciles por todo lo que ha sucedido fuera del campo. Jugar en estadios vacíos y descubrir cada día de partido que te faltaban dos o tres compañeros porque habían dado positivo por Covid ha sido difícil. Aun así, desde 2020 hemos ganado un ‘scudetto’, una Copa y una Supercopa de Italia. El desastre es cosa de los que no ganaron nada. Nosotros hemos ganado en la dificultad. Esa es la mentalidad de la Juventus: encontrar la solución al problema para ganar, sean cuales sean las contingencias.

P. ¿Qué necesita la Juventus para ofrecer garantías competitivas al nivel de un Liverpool o un City?

R. El club ha regenerado la plantilla para crear un bloque para el futuro. Ahora lo importante es que esos jóvenes acumulen experiencia. Nos falta el rodaje que te permite tomar las decisiones adecuadas en cada momento. Pero estamos mejorando.

P. ¿En qué contribuyó Cristiano a la Juventus y qué aporta ahora Vlahovic?

R. Con Cristiano comenzábamos cada partido con un 1-0 a favor. Daba tanta energía, daba tanta mentalidad al grupo y creaba tanto entusiasmo entre los hinchas… No se pueden comparar. Dusan es un primer punta y es muy joven. Tiene que tener tiempo de fallar y de crecer. Y así se convertirá en uno de los mejores atacantes del mundo. Uno es un extraterrestre que ha demostrado que puede ganar cinco Balones de Oro. El otro podría convertirse en un goleador del nivel de Lewandowski.

Con Vlahovic encontramos una referencia de área para centrar balones cuando el rival se cierra y un jugador que te ayuda a salir cuando nos presionan. Para nosotros es un distribuidor del juego

P. El Villarreal ha visualizado esta eliminatoria con optimismo hasta que Vlahovic ha fichado por la Juventus. ¿Tanto puede cambiar el panorama un solo hombre?

R. Serán dos partidos muy complicados. He visto al Villarreal unas cuantas veces. Es un equipo redondo, que sabe jugar, que tiene experiencia. No resulta nada fácil meterles un gol. Tendremos que hacer muchas cosas bien. Está claro que con una referencia central como Vlahovic para todos nosotros es más fácil encontrar un apoyo arriba para poder abrir a los extremos con Morata, Cuadrado, Bernardeschi, Dybala, y todos esos jugadores que pueden crearnos una superioridad. Esa referencia arriba nos da soluciones importantes para resolver todo aquello que nos ha faltado en una zona en la que Morata nos ha ayudado en la primera mitad del campeonato con toda su voluntad y determinación sin que sea su característica principal.

P. ¿No cree que Vlahovic es mucho más que un goleador?

R. Con Dusan encontramos una referencia de área para centrar balones cuando el rival se cierra y un jugador que te ayuda a salir cuando nos presionan. Para nosotros es un distribuidor del juego porque protege muy bien la pelota de espaldas, te permite salir y es capaz de encontrar al compañero mejor situado aunque lo estén hostigando. Su presencia permite a Dybala estar más libre y a los centrocampistas les da tiempo a sumarse. Es el terminal ofensivo que necesitábamos para crecer todos. Tiene todo para convertirse en un top mundial. Físico, técnica, carrera, y la ambición justa.

P. ¿Qué ha descubierto en sus duelos con él?

R. Que es muy difícil de anticipar porque sabe percibir a todos los adversarios a su alrededor. Incluso en los partidillos de entrenamiento. Cuesta mucho trabajo impedir que dé el primer toque porque cuando él no tiene la pelota siempre se está preparando para moverse al lugar donde más daño hace.

Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_