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Raúl Albiol: “No me canso de jugar y entrenar, no puedo parar”

El central del Villarreal, que este sábado recibe al Real Madrid, dice que se encuentra en el mejor momento de su carrera, después de lo que aprendió en Italia con Sarri

Real Betis v Villarreal CF - La Liga Santander
Raúl Albiol, en el partido contra el Betis en el Villamarín el 6 de febrero.Fran Santiago (Getty Images)

La discreción de su carrera desde que en 2003 Rafa Benítez le hizo jugar, con 18 años, un minuto con el Valencia en Solna en un partido de la UEFA (0-1), contrasta con una colección de títulos en la que solo falta la Champions y deslumbran con especial brillo las dos Eurocopas y el Mundial conquistados con la selección. Futbolista por gracia de los piques y peleas caseras con su padre, Miquel, que jugó en el Mestalla y el Sabadell, y su hermano mayor, también Miquel, de carrera larga en Segunda y Segunda B y dos partidos en el primer equipo Valencia, Raúl Albiol (Villamarchante, Valencia, 36 años) dice que después de 18 años de profesional se siente ahora mejor futbolista que nunca. Este sábado recibe al Real Madrid (16.15, Movistar LaLiga).

Pregunta. ¿Qué secreto esconde la fórmula Albiol que le ha permitido llegar a los 36 en plenitud?

Respuesta. Mi fórmula es sencilla: dedicación y trabajo. Me cuido y descanso más que nunca y dedico al fútbol el cien por cien de mi vida. A mi edad hay que hacer todo eso para competir con unos jóvenes que llegan mucho más preparados de lo que nosotros estábamos antes. Ahora me entreno mucho más, tanto con el equipo como fuera, que, por ejemplo, cuando tenía veintitantos y estaba en el Madrid. Mi cuerpo me pide competir. Lo necesito. Me alimento de ello. No me canso. Me gusta lo que hago. Cuando no me entreno, lo necesito. No puedo estar dos días parado.

P. Cuando mira atrás y ve su trayectoria, ¿qué es lo primero que se le viene a la cabeza?

R. Que he tenido la suerte de jugar con grandes futbolistas y, sobre todo, he tenido la suerte de tener entrenadores muy buenos que me han ayudado a mejorar: Benítez, Quique Sánchez Flores, Pellegrini, Mourinho, Sarri, Ancelotti, ahora Emery…

P. ¿El mejor Albiol dónde se vio, en el Valencia, en el Real Madrid, en el Nápoles, ahora en el Villarreal?

R. El salto de calidad lo di con Sarri en el Nápoles. Fueron tres años de aprendizaje constante. Tenía ya 31 años. Defensivamente, era un especialista. Me ayudó a crecer y mejorar. Al defensa no le dejaba pegar ni un pelotazo. La salida del balón era fundamental para él. Aprendí a manejar la línea defensiva; a achicar espacios con una defensa alta; la coordinación con los otros tres defensas; anticipar los centros laterales. Todo lo que se podía ensayar lo ensayábamos. Me hizo ver muchas cosas que no veía. Fue un punto de inflexión. Un salto grande.

P. ¿Se le aparece muy a menudo el fantasma del accidente de coche que sufrió cuando en agosto de 2004 iba hacia Madrid para incorporarse al Getafe y que a punto estuvo de costarle la vida?

R. Olvidado del todo no está. Ves continuamente noticias de accidentes y piensas en ello. Hay otras personas que no sobreviven y doy las gracias porque yo puedo vivir para contarlo. La sensación es que me han regalado 16 años de vida y encima sigo jugando al fútbol. No pienso en ello todos los días, pero creo que nunca se me irá de la cabeza. Pienso que tengo que disfrutar, vivir feliz porque nunca sabes lo que te puede pasar de un día para otro.

P. Antes presumía de entrenadores, también puede hacerlo de centrales con los que ha competido: Marchena, Ayala, Puyol, Piqué, Sergio Ramos, Pepe, Koulibaly… ahora Pau Torres.

R. Me ayudó mucho sobre todo al inicio. Para un central joven compartir defensa con jugadores como ellos es una garantía de aprendizaje. Un compañero bueno y con experiencia te hace mejor. A lo mejor si das con otro joven como tú, no es lo mismo. Esa competencia también tiene su riesgo: te puede pasar que no juegues. En la selección me pasaba lo mismo. Hay que recordar que Sergio el Mundial lo tuvo que jugar de lateral derecho porque estaban Puyol y Piqué.

P. ¿Le explicó Mourinho alguna vez por qué dejó de contar con usted los dos últimos años?

R. No. No me tenía tampoco que explicar nada. El míster decidió que, en aquel momento, otros eran mejores que yo. Hablamos de Carvalho, de Pepe, de Varane, que era joven pero ya prometía. No hay que culparle de nada. Mi teoría es que cuando uno no juega puede mirar al entrenador, pero sobre todo se tiene que mirar a sí mismo y prepararse más para mejorar. No me gusta echar la culpa al técnico. Lo que me queda de aquella época es que podía haber hecho más. La responsabilidad fue más mía que de Mourinho.

P. ¿Este Raúl Albiol, con 36 y todo lo que ha aprendido después, jugaría más con Mourinho?

R. Sinceramente, si ahora estuviera con él en la Roma o en los últimos equipos que ha estado, con lo que he aprendido los últimos años, jugaría mucho más con él. Seguro. Estoy convencido.

P. En el Nápoles estuvo una temporada con Ancelotti. ¿Qué le dejó como entrenador?

R. Mi año con él fue impresionante. Una experiencia maravillosa. Entendí cómo se debe gestionar un equipo grande. Te daba seguridad y confianza. Tenía un punto de jugar más al contraataque que Sarri. Replegábamos más. En la Champions, sobre todo, nos sacaba lo mejor. Se notaba que le gustaba esa competición.

P. Esta noche se reencontrará con él. ¿Es una ventaja para el Villarreal que el Madrid juegue el martes contra el PSG?

R. No sé si pensarán en la Champions. Ellos están acostumbrados a convivir con la exigencia de las dos competiciones. Saben que vienen a un campo difícil. Tienen una pequeña ventaja sobre el Sevilla y no la querrán perder. Nosotros solo pensamos en este partido. Nos ha costado mucho recuperar terreno, porque empezamos muy irregulares la Liga, y ahora es el momento de mantener la regularidad.

P. Después de formar parte de aquella burbuja paralela anti covid antes de la Eurocopa, y de que Luis Enrique le premiara luego con dos partidos, ¿mantiene abierta la puerta de la selección?

R. Quedan nueve meses para el Mundial y mucha competencia. No descarto nada. Voy a seguir mi rutina de seguir luchando y lo voy a intentar. Los que vayan serán los que lo han merecido. No me lo imaginaba y me quedé cerca de la Eurocopa. ¿Por qué ahora no intentar estar cerca del Mundial? Tengo confianza en mí mismo. La gente valora mucho que fuera a aquella burbuja cuando podía estar de vacaciones, pero para mí no tiene ningún mérito. Era fútbol y es lo que más me gusta. Si en ese momento me hubiera llamado la escuela de fútbol de mi pueblo, Villamarchante, para dar un curso de una semana, habría ido. No me supuso ningún esfuerzo. Vacaciones las podía tener en otro momento. Esa llamada me hizo ilusión. Había una pequeña posibilidad de entrar en la lista. Fue mejor que no, porque significó que ningún compañero se tuvo que quedar fuera por covid o lesión. Entrar así nunca es agradable, pero había que estar preparado por si acaso y no me arrepiento de nada, al revés. Volvería a ir.

P. ¿Le cuenta a sus hijos muchas batallitas de las dos Eurocopas y del Mundial que ganó?

R. Tengo cuatro, tres niñas y uno niño, Romeo, que tiene ocho años y es a quien más le gusta el fútbol. No es que me pregunte, es que me pregunta continuamente, muchísimo. Por todo. Es portero. Me pregunta por todos los porteros. Voy como loco pidiendo guantes para él. Ha visto las finales. Ahora está todos los fines de semana con el documental de la selección de la Eurocopa, La fuerza del grupo, aunque yo no salgo.

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