Pedri y el reflejo de Xavi
El técnico del Barça señala al canario como un líder en el campo por su entendimiento y visión del juego
No hay otro como Pedro González, Pedri (Tegueste, Tenerife; 19 años). Así lo explicó Xavi al acabar el encuentro ante el Valencia, pues el jugador salió de suplente porque necesitaba descanso en las piernas pero le alcanzó con los pies y la cabeza para leer el duelo y ponerle la pausa, estirar las jugadas y defender con el balón en los pies como reclama con insistencia el preparador azulgrana. Pedri, además, se inventó un zurriagazo desde fuera del área que acabó en gol, al final otorgado a Aubameyang porque le rebotó en la espalda camino a la red. “No es un jugador normal”, reconoció el técnico azulgrana. Quizá porque le ve como su espejo o legado, pues entiende como ningún otro el juego de posición, el vocabulario que recitaba Xavi con las botas puestas y que llevó al Barça a la excelencia y a la selección al triunfo.
Poco después de volver al club, ya como entrenador, Xavi se dio de bruces con un contratiempo inesperado. “Es extraño que haya jugadores del Barça que no entiendan el juego de posición”, resolvió, sabedor de que nada le podría enseñar a Busquets porque juega con un periscopio. El otro que sobresalía era Pedri, que desarrolló el sentido gracias a un entrenador que tuvo de niño porque siempre le hacía mirar alrededor antes de recibir el balón. Pero ahí se acabó el edén de Xavi. Resulta que De Jong se encontraba más cómodo conduciendo y acercándose al balón que desatascando embrollos con el primer toque; ocurrió que Gavi es un portento, ya internacional, pero jugaba solo a 180 grados cuando le piden 360; y sucedió que Nico es un jugador total, de ida y vuelta, pero más plano en la visión periférica. Todo eso condicionó el juego.
Sin delanteros que estiraran al equipo ni fijaran a los centrales y sin extremos con quiebro y profundidad por fuera —Ansu y Dembélé estaban lesionados—, el fútbol del equipo hacía de embudo porque se refugiaba siempre en los pasillos interiores, encimados los medios porque no había otra vía de ataque. Problema que se dobló sin el fútbol de percepción, ya que los medios perdían un segundo en el control para proteger el balón antes que para descontar a un rival. Un toque de más, un segundo de menos, fútbol más lento y previsible. “Con Pedri es distinto porque no lo paras con uno solo y porque se coloca muy bien entre las líneas”, le ensalza un trabajador de la Ciudad Deportiva; “es como Iniesta, que con un control ya se ganaba el espacio y el segundo de más; aunque también como Xavi, que con el pase originaba otro hueco”.
Trató el técnico del Barça solucionar el apuro de los medios de dos formas. Con el disparo desde fuera del área y con las llegadas por sorpresa. Aunque de golpeo largo no va sobrado el equipo porque contabiliza 102 intentos —solo cuatro goles con dos de Ansu, uno de Busquets y otro de Memphis—, el décimo en la tabla de la Liga, lejos del Madrid (169) y Mallorca (136), líderes en la estadística. Solo se animan Memphis (16 chutes), Dembélé (12) y antes Coutinho (11), ahora en el Aston Villa. Como medios, Nico suma 10, Busquets seis y Gavi cuatro por dos de Pedri y uno de De Jong. “A Pedri se lo exigimos”, reveló Xavi; “tiene tiro y lanza bien las faltas. Se tiene que atrever”. Aunque como el técnico sabe que el recurso del disparo lejano no es el fuerte de los medios, les reclama que pisen en el área por sorpresa. Algo que ahora funciona porque han llegado atacantes veloces que sí ofrecen desequilibrio por fuera (Adama, Ferran y Aubameyang, además de Dembélé). Los números son claros. Con Koeman —y sin contar los lanzamientos de penalti— los medios marcaron tres de los 20 goles (15%) del equipo, mientras que con Xavi suman nueve de 27 (33,3%).
Resulta que Xavi no se conforma con la versión que tiene de Pedri y le ha pedido que capitalice el ataque del equipo. Más que nada porque entiende que en los cursos anteriores todos los balones pasaran por Messi —además de que la estructura de ataque de Koeman era limitada—, pero ahora Leo no está y señala al interior canario como la catapulta ideal. Así se lo ha pedido en alguna charla, motivación que acepta de buen agrado el futbolista porque, entre otras cosas, quiere borrar ese runrún de que no tiene gol porque siempre se relacionó bien con las redes rivales. Ahora, Pedri suma dos (sin contar el de Mestalla) en los cinco últimos partidos, cuando en el curso anterior se quedó en cuatro. “Es el mejor del mundo en su posición y solo tiene 19 años”, le elogió Xavi; “nadie en el mundo tiene más talento que él”.
El canario, aunque atrevido, lo reflejó en su última comparecencia pública: “Xavi entiende el fútbol como yo”. Quizá porque es su reflejo, al menos para el estilo de juego que le gusta y quiere para su Barcelona.
La curiosa coincidencia con Maradona
En un extraño guiño del destino y del balón, el día en el que murió Maradona, Pedri cumplió la mayoría de edad.
“Sé que era muy grande, pero solo lo pude seguir en vídeos; se notaba que era diferente. Ojalá lo hubiese tenido delante, en directo, porque era demasiado bueno”, le dijo Pedri a su padre, Fernando, en una conversación que no ha salido a la luz pero que se registró en Barça TV, cuando el canario cumplió un año con la camiseta del Barça. “No, hijo”, le respondió, “era el número uno con mucha diferencia. Fue algo impresionante. Nosotros le vimos en Tenerife porque además del Barça y Nápoles, jugó en el Sevilla. Fue un honor”.
Ahora, Pedri, que se pirra por la historia del fútbol, quiere honrarle y también impresionar en el otro estadio del Diego, este jueves contra el Nápoles y, de paso, ayudar al Barça a pisar los octavos de la Liga Europa.
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