Basilea. Manacor. Belgrado

El paso del tiempo ayuda a tomar perspectiva de las cosas. La repetición de determinados sucesos puede transmitir, además, la sensación de que se trata de algo normal o cotidiano. Pasa mucho en el deporte. Una serie de victorias consecutivas, una colección de trofeos logrados en pocos años o el dominio de cualquier disciplina deportiva convierten a sus protagonistas en una suerte de hilo musical de fondo en el que siempre suena la palabra “triunfo” y se da por hecho, incluso, que es algo sencillo. Afortunadamente, el paso del tiempo permite atemperar el análisis y aportar contexto a los hechos.

Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic llevan casi dos décadas dominando el tenis mundial. Tres personas nacidas en Basilea, Manacor y Belgrado, respectivamente, son las principales protagonistas de toda una era del tenis masculino. Y ahora que por el horizonte asoma ya la posibilidad de ir empezando a pensar en quiénes serán los siguientes, es el momento de comenzar a hacer balance de lo que tres estilos —humanos y deportivos— diferentes han significado conjuntamente para la historia del deporte. Ese es el objetivo de Big Three (Córner), el libro escrito por el periodista Carlos Báidez, que repasa las trayectorias de los tres talentos para ofrecer una imagen completa de las múltiples derivadas que parten de su constante lucha por ser el número uno del mundo. Desde 2011, fecha en la que se repartieron las victorias en Wimbledon, Roland Garros, Australia y Estados Unidos, el público se ha acostumbrado a esta triple hegemonía. Cada uno de ellos tiene 20 grandes. Es complicado aventurar quién se retirará con más títulos, pero no comenzar a darle a esta época la magnitud que merece.

Báidez aporta gran cantidad de información —desde la comparación de los orígenes familiares a las diferentes indumentarias, pasando por la forma de jugar o el carácter— desde un punto de vista novedoso: el de analizar a cada uno de ellos en relación con los otros dos para que el lector opine quién es el mejor de la historia. También para que sea consciente de la excepcionalidad de haber vivido y disfrutado de unos años estelares.

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