El último reto de Carlos Sainz en el Dakar 2022
El madrileño, de 59 años, lidera junto a Peterhansel el ambicioso proyecto de Audi, que aspira a ganar el Rally con un coche híbrido
A las afueras de Yedda, la segunda ciudad más grande de Arabia Saudí, y en un gran complejo deportivo que lleva el nombre del ya fallecido Rey Abdalá y que se levanta en medio de la nada, alejado del centro de la ciudad, de su gran puerto y de la concurrida Corniche, los más de 1.000 participantes en el Dakar 2022, el tercero en el país árabe, pasan las verificaciones técnicas y administrativas junto a sus vehículos. Es el paso previo (y necesario, además de la preceptiva PCR que ha dejado a unos cuantos confinados en su habitación de hotel hasta que se confirme si están o no contagiados de covid) antes de tomar la salida este sábado día 1 de enero rumbo a Hail.
Por ese podio de salida en la ciudad de Yedda pasará, por ejemplo, Carlos Sainz, tres veces ganador de la prueba (la última victoria fue en 2020) con tres vehículos distintos: Volkswagen, Peugeot y Mini. A sus 59 años, el madrileño apuesta por un más difícil todavía. Un proyecto que mira al futuro —la organización de la carrera aspira a que en 2030 se compita con vehículos de bajas emisiones en todas las categorías— con un Audi híbrido que abre tantas incógnitas como esperanzas despierta.
La casa alemana ha reclutado para su primera irrupción en el Rally a dos de sus grandes estrellas, el propio Sainz y el francés Stéphane Peterhansel, que logró hace un año su 14º Dakar. La máquina que pilotarán por el desierto saudí se mueve exclusivamente con energía eléctrica y funciona gracias a un complejo sistema de baterías. Además, para poder recorrer las largas distancias de una etapa del Dakar (dos de las jornadas de este 2022 superan los 800 kilómetros en total) el Audi cuenta con un motor de explosión convencional.
Se trata, por otro lado, de un coche sin caja de cambios, lo que le ahorra a uno muchos problemas en plena competición. Sainz deberá preocuparse de escuchar a su copiloto, Lucas Cruz, de acelerar y de frenar. Eso sí. Su Audi pesa casi 100 kilos más que los de sus rivales, por ejemplo que el Toyota de Nasser Al Attiyah, uno de los grandes favoritos de esta edición, dada la incertidumbre con la que se presentarán en la línea de salida sus dos históricos y eternos rivales.
Sainz ya ha probado su coche por tierras saudís, pero ni él ni Peterhansel han competido en ninguna carrera antes del Dakar ni han podido medirse con otros competidores. “No sabemos cómo de rápido vamos a ir”, concede el español. Tampoco si su coche resistirá ante la dureza de la prueba. “Las nuevas tecnologías han sido un desafío para todos, pero Audi es una garantía. Han hecho un trabajo fantástico”, escribía Sainz en sus redes sociales.
Ante los Audi, Al Attiyah, tres veces ganador del Dakar y cabeza de cartel del equipo Toyota, gana enteros con un Hilux mejorado. Sus compañeros Giniel De Villiers y el saudí Yazeed Al Rajhi son otros de los favoritos. Nani Roma, Cyril Despres, Sebastien Loeb o el piloto de Emiratos Al Qassimi completan la nómina de aspirantes en la categoría de coches.
Además, destaca la presencia de Laia Sanz, quien después de 11 exitosas ediciones cambia finalmente las motos por los coches: competirá con un Mini del equipo X-Raid.
El duelo Honda-KTM
En motos, el argentino Kevin Benavides se estrenó hace un año con un triunfo en tierras saudíes con el que confirmó el poderío del equipo Honda frente a los todopoderosos austríacos de KTM. Hoy, sin embargo, ha cambiado el rojo por el naranja y corre con los colores de KTM. El duelo entre las dos grandes estructuras está más vivo que nunca. Como las aspiraciones de Joan Barreda, el eterno candidato. El de Torreblanca (Castellón) tiene el récord de victorias de etapa a mano, pero aspira a ganar ese Dakar que tantas veces se le ha negado, muchas de ellas por lesión.
Junto a Ricky Brabec, Pablo Quintanilla o José Ignacio Cornejo en el Monster Energy Honda, el español aspira a sacar tajada de su magnífica velocidad. Se medirá, también, a otros pilotos como Toby Price (KTM) o Sam Sunderland (GasGas). La categoría contará, además, con apariciones estelares como la de Danilo Petrucci, piloto de MotoGP, que podrá competir tras recibir el ok de los doctores después de haber dado positivo en covid apenas unos días antes del inicio de la prueba.
La carrera empieza este día 1 —lo hará con una especial de 19 kilómetros que ayudará a ese primer contacto y que permitirá organizar la salida del domingo—, pero la competición arrancará realmente al día siguiente, con la primera especial de verdad: 334 kilómetros en bucle en torno a Hail. La edición de este 2022, avisa David Castera, director del Dakar, contará con una mayor proporción de arena en las etapas especiales.
Los participantes encontrarán todo tipo de arena además de inmensos cordones de dunas. Y no podrán escapar de la verdadera dureza del Dakar: la navegación. Pilotos y copilotos se enfrentarán a una auténtica maraña de pistas. Tomar la decisión correcta no es fácil, la elección puede marcar el destino de cualquier competidor.
”La arena, una de las especialidades locales, será la gran protagonista y el menú estará compuesto por un buffet libre de dunas y de pistas, servidas en tonos que irán del ocre al marrón dorado, pasando por el color azafrán o incluso por tonos coral. Con este excepcional decorado como telón de fondo se celebrará una prueba digna de la era dorada del Dakar”, señala Castera.
Además, a partir de esta edición, el Dakar queda integrado como una prueba más de los campeonatos del mundo de la FIA y de la FIM, será de hecho la primera cita puntuable de los mundiales de Rally-raid.
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