_
_
_
_

Joan Barreda: “Aprendí a competir con dolor, pero quema”

Hacía muchos años que el piloto de Honda no superaba la primera semana del Dakar en plena forma y con opciones de ganar la carrera, que se le resiste pese a acumular 27 victorias de etapa

Nadia Tronchoni
Joan Barreda, retratado durante la sexta etapa del Dakar.
Joan Barreda, retratado durante la sexta etapa del Dakar.AFP7 vía Europa Press (Europa Press)

Acaba de cenar. Son las siete de la tarde, pero en el vivac de Hail ya hace horas que cayó la noche. Hace frío. Mucho. Joan Barreda (Torreblanca, Castellón; 37 años) atiende la llamada de EL PAÍS y confiesa: “Estoy a punto de meterme en la cama”. Al día siguiente el despertador sonará a las 3.40. “No veas lo que tardas en vestirte con todas las capas que llevamos encima para el frío”. Suma tres victorias en este rally, 27 desde su debut en 2011. Y aspira a su primer Dakar.

Pregunta. ¿Cuánto hace que no llegaba al ecuador de la carrera con tan buenas sensaciones?

Respuesta. He podido programar bien este año y trabajar en una buena planificación desde hace meses para llegar bien físicamente. En etapas como la del jueves, muy físicas, llegué al final con muy buenas sensaciones. Cierto, también, que la carrera ha sido muy estratégica; y no ha ido perfecta. Las etapas que han marcado más diferencias en la navegación han sido, al final, esas en las que me ha tocado a mí abrir pista.

P. ¿Se comprueba el cuerpo entero cada mañana para creerse que sigue con todo en su sitio?

R. No había estado tan entero desde antes del Dakar del 2018. Aquel año corrí con una lesión en la muñeca. Y con muchas dudas. De hecho, los médicos me dijeron que me olvidara de correr aquella edición. ¡Me tuve que operar cuatro veces! Habían explosionado los huesos de la muñeca y que volvieran a regenerar y a recuperar su forma normal costó mucho. Pero yo seguí corriendo, infiltrado. Aprendí a competir con dolor. Pero también me di cuenta de que me quemaba mucho. Piensas: ‘hasta qué punto necesito sufrir tanto’. Y así he estado durante más de dos años. Hasta el año pasado, cuando me fracturé dos costillas ocho días antes del Dakar. Me quería morir. Empiezas así la competición y los primeros días ya sabes lo que va a pasar. Y da rabia. Entras en una dinámica negativa. Y no ves las cosas buenas. Este año es diferente. Ahora estoy bien. Sé que mañana daré gas. Y que las careras son carreras.

P. ¿Duelen las lesiones pasadas?

R. Si te has recuperado, no. Pero cuando me rompí cuatro huesos de la muñeca, corrí el Dakar de 2018 con dos de esos huesos que todavía se movían. Quizá me tienes que hacer la misma pregunta dentro de 15 o 20 años. Veremos qué dice mi cuerpo entonces.

P. ¿Cómo de difícil es acabar un Dakar sin el cuerpo magullado?

R. Es difícil, pero cada año, a medida que tienes más experiencia, acabas mejor. Y aprovechas cada pequeño momento de descanso, sabes comer mejor, y exprimir los pequeños detalles que después de 15 días acaban marcando la diferencia.

P. El año pasado hubo muchas quejas sobre lo peligrosas y rápidas que eran las etapas y la poca navegación que había. ¿Cómo de dura es esta edición?

R. Este año los peligros están más marcados. Y bien marcados. La seguridad sí ha cambiado mucho. Pero sigue siendo una carrera muy rápida. También hay mucha más navegación, aunque el concepto de navegación ha cambiado. Y nos ha pillado a todos desprevenidos.

P. ¿Cómo ha cambiado?

R. Ahora la información se debe interpretar de una forma diferente a como hemos hecho siempre. Y eso, cuando tienes que asumirlo así de repente, no es fácil. Yo cuando abro pista salgo concentrado al mil por mil, pero no es que vayas a cometer un error de navegación, sino que interpretas el libro de ruta a tu manera. Y ya no funciona igual. Todavía necesitamos tiempo para acostumbrarnos.

Los peligros están mejor marcados este año, pero sigue siendo una carrera muy rápida

P. Hay días en que no vale la pena ganar una etapa. ¿Cómo intentó ceder el triunfo el pasado viernes?

R. Siempre se había hablado de la etapa seis como una de las más duras, se decía que llegaríamos de noche al vivac; no hacían más que hablar de la etapa seis; y al final resultó que la recortaron. Y que realmente tampoco tenía tanta navegación como etapas anteriores. No sabía a qué atenerme. Tenía un plan y aquello fue un problema, así que empecé a controlar las distancias que tenía con los pilotos rivales en los puntos de repostaje; pero como la salida se toma con tres minutos de diferencia entre uno y otro, tampoco es fácil. Intenté dejarme llevar y quedar tercero o cuarto, pero ni aun así me salió bien. Tengo mala suerte. Sanders y compañía se ve que tuvieron alguna complicación en los últimos kilómetros. Y terminé ganando la etapa. ‘Joder, vaya mala suerte’, pensé al llegar a la meta y preguntar en el punto de control por los tiempos. Los comisarios me miraron la cara. ¿A este qué le pasa? No entendían nada.

Está bien que compliquen la navegación, pero deberían bonificar al que se esfuerza por ganar

P. ¿Ganar penaliza demasiado en el Dakar?

R. Eso creo. Deberían evolucionar un poco, igual que ha ido haciendo el ciclismo con puntos volantes, por ejemplo. Se debería premiar al que gana, no al revés. Está bien que quieran complicar la navegación, pero también que bonifiquen al que se esfuerza por ir delante.

P. Este Dakar parece casi un cara a cara Price-Barreda, pero hay otros pilotos muy bien situados pese a no ganar etapas.

R. Están ahí los de siempre; hay unos 10 pilotos que están muy bien, sólidos, rápidos, con gas y los tiempos a su favor. Están Toby Price, Sam Sunderland, Kevin Benavides, Rricky Brabec, que con una buena etapa se vuelve a colocar en buena posición; y otros pilotos nuevos como Branch, Soultrait… Ha cambiado mucho esto. Es totalmente diferente a la carrera que tenían hace años Coma y Despres. Es más difícil de controlar ahora. Antes se podía hacer mucha más estrategia. Tenían más información también. La carrera ha cambiado mucho.

P. 27 triunfos son muchos en el Dakar. ¿Cómo se siente al entrar en el top 10 de pilotos con más victorias?

R. Es muy bestia. Siempre recuerdo una anécdota de mis inicios, cuando empecé a correr rallies con Speedbrain. Un día vino a vernos David Fretigné y me dijeron que había ganado siete u ocho etapas del Dakar. Flipé. Y ahora aquí estoy.

P. Solo falta rematar.

R. Ya veremos. Pondremos todo lo que haya que poner.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_