Medina Cantalejo: “Hay que reflexionar para que el juego sea más rápido y atractivo”

Luis Medina Cantalejo (Tomares; Sevilla; 57 años) acaba de suceder a Carlos Velasco Carballo al frente del Comité Técnico de Árbitros. Excolegiado internacional, fue designado cuarto árbitro para la final del Mundial 2006, el cargo le tendrá en los próximos años en el centro de una diana en la que la confusa utilización del videoarbitraje (VAR) focaliza las quejas de jugadores, entrenadores, directivos y aficionados.

Pregunta. Aterriza en el puesto en un momento en el que el VAR está en el disparadero. ¿Por qué dice que hay que levantar el acelerador?

Respuesta. No puede haber una ruptura de nada en cuanto a la filosofía en mitad de una temporada, pero sí que hay matices. Para que cualquier institución crezca tiene que haber autocrítica. Cuando voy por la calle y hablo con la gente, no con hooligans, claro, no les termina de convencer el funcionamiento del VAR y eso hay que admitirlo. Levantar el pie es una expresión, hay que volver a la esencia. El fútbol tiene contactos, caídas, derribos, no todos los contactos pueden ser penaltis, por eso se ha escuchado lo de los penaltitos. Pero ese mensaje ya se dio al principio de temporada cuando estaba Velasco Carballo, únicamente es incidir en que esto no puede ser. El penalti es muy importante, decisivo muchas veces como para que un pequeño empujoncito se señale. Hay que ser estrictos con las faltas y las manos claras. Todo lo demás, hay que saber gestionarlo y después, cuando el VOR llame al árbitro para hacer una revisión, que sea por algo claro y manifiesto o que el árbitro no vio. ¿Me puedo equivocar? Por supuesto

P. ¿Por qué cree que se ha llegado a ese exceso de intervención?

R. Porque llevamos más de 100 años de fútbol y el VAR solo tiene tres, ajustar en qué momento hay que intervenir o en cuál no, no es fácil. En las dos últimas semanas no ha habido ninguna intervención.

P. ¿Eso responde a la nueva filosofía?

R. Llevo dos semanas y he transmitido estas instrucciones, pero ha sido una cuestión de que no se han dado acciones tan controvertidas. Ha habido alguna que puede llegar al límite, pero cuando llega ese límite de que uno puede decir que es penalti y otro no, no entremos, sabiendo que el equipo que se sienta perjudicado va a decir que es penalti o que no lo era. El VAR es una herramienta maravillosa, en los fuera de juego ya no hay dudas, las entradas bruscas se han erradicado y las acciones de dentro o fuera del área también. Tenemos el problema en las áreas porque a un tío de 1,95 metros y 80 kilos le rozo y se cae porque los delanteros saben que si el árbitro ve algo, si lo pita, el VAR no le va a decir nada. Ese es el matiz que quiero introducir en la mejor plantilla de árbitros que un presidente puede tener.

P. ¿La calle qué le decía?

R. Lo mismo que a vosotros, que no entienden que en acciones claras no se haya llamado al VAR. No escucho a ultras, he hablado con gente normal, con jugadores y con entrenadores y lo que te dicen es que les parece que esto no va tan bien y no es cuestión de las personas que estaban antes, es que es muy complicado. Lo han hecho con su mejor voluntad y conocimiento.

P. ¿Qué hay que mejorar?

R. Nuestros árbitros devoran el fútbol, tienen herramientas de scouting, conocen las tácticas, los bloqueos que se hacen en los córneres preparan los partidos a conciencia… luego que Dios reparta suerte. Lo que hay que mejorar son matices. Hay que aplicar el VAR con la filosofía con la que se inició, errores claros y manifiestos, y todos sabemos lo que son, los que no hay duda para nadie. Con esto se colarán cosas y habrá polémica, seguro, y dirán ‘este llegó muy fuerte y mira lo que pasa’, pero sé cómo es esto del fútbol. Vamos a intentarlo, si no sale bien buscaremos otras fórmulas.

P. Las estadísticas dicen que la Liga española es en la que más se para el juego.

R. Eso ya se está intentando mejorar, pero los culpables no son los árbitros, porque lo único que pueden hacer es dar un tiempo extra después del partido, por eso hay ocho y nueve minutos de descuento, pero con cuestiones que son evaluables, las lesiones, las sustituciones, algo que ocupa un tiempo por algo no previsto… Pero claro, mientras pongo el balón en juego, no lo pongo, me quedó allí… eso es una cuestión de los jugadores. El árbitro puede apremiar a los futbolistas, pero ¿hasta qué punto?

P. ¿Por qué no hay homogeneidad en los tiempos de descuento?

R. El tiempo añadido por tiempo perdido de juego está pautado, no es lo que quiera el árbitro. Lesiones, revisiones de VAR, el tiempo de los cambios, eso se contabiliza desde el VOR. Poco a poco se están homogeneizando, el que no lo hace queda retratado y en las reuniones que tenemos los viernes se le dice.

P. En la Liga, el jugador que recibe de espaldas en cuanto nota contacto se tira y se señala falta, algo que no sucede en la Premier.

R. Hay una evolución de la generación anterior a la actual, la inmensa mayoría dejan jugar, tenemos a diez internacionales y aplican el mismo criterio en España que fuera, pero si es cierto hay que escuchar y hacer una reflexión para que el juego sea rápido y atractivo.

P. Piqué interceptó con la mano un disparo que iba a puerta en el último Villarreal-Barcelona. ¿Por qué el VAR no llamó al árbitro para que la revisara?

R. Nunca voy a entrar a valorar una jugada concreta. Hay acciones que todos estamos viendo que no se pueden escapar, pero esto es como el mejor lanzador de penaltis que, a veces, no tiene su mejor día. Si existen errores no me voy a esconder, y si tengo que entonar el mea culpa lo haré. Cuando las situaciones son tan claras y ni yo entiendo por qué el VAR no se aplica, no le voy a pedir al aficionado que las entienda.

P. El criterio con las manos tiene confundidos a los jugadores, a los entrenadores y a los aficionados

R. Pensábamos que el texto de las manos que se elaboró hace dos temporadas lo iba a arreglar todo. Las manos son una asignatura pendiente para todos, no se ha dado con la tecla. Manos voluntarias en las áreas prácticamente no hay. En mi opinión lo que hay que implementar en la norma es la consecuencia posterior a la mano, si el balón iba a gol, a un delantero que estaba solo, si era una acción complicada que por el hecho del contacto elimina cualquier opción para el otro equipo, o es simplemente que da en la mano y el balón se iba fuera. Este último tipo de manos no deberían serlo, pero ahora, por el reglamento, sí lo son.

P. ¿La disparidad de criterios no respondía a una división interna del colectivo que también ha influido en la salida de Velasco Carballo?

R. Sé lo que me está diciendo, siempre en cualquier colectivo los hay que son amigos y los hay que son los compañeros. No se puede elegir a un amigo a la fuerza. Que como en los entrenamientos de los jugadores pueda haber roces, que discrepemos de jugadas, lo hay, pero no hay división del colectivo por cuestiones técnicas.

P. ¿Le gustaría contar con la tecnología del gol?

R. Nosotros no nos negamos, ahora tenemos la cámara que cubre el lateral y el poste tiene la misma anchura que la línea, para que sea gol, si el balón lo tapa el poste, no lo es. Es una competencia de los clubes, el día que digan que lo quieren implementar diremos que sí y un problema menos. Ahora, cuando haya una queja de un club que no me manden una foto desde el frente porque todos los balones con la imagen frontal están dentro.

P. ¿Para usted fue fuera de juego el gol de Mbappé a España en la final de la Nations League?

R. En UEFA se están replanteando la filosofía de este tipo de jugadas y en los cursos de febrero se hablará. Hay una regla que está ya redactada de una manera, si seguimos la interpretación literal Eric García tocó balón, ¿pero alguien del fútbol que no sea árbitro entiende que eso no era fuera de juego? Entiendo que la decisión del árbitro estaba basada en la estricta interpretación de la regla, pero la grandeza del fútbol está en la amplitud de miras.

P. ¿Y el arbitraje femenino cómo está?

R. Vamos a intentar implementar herramientas para que las chicas vayan desarrollando un crecimiento paralelo al de las jugadoras de la Liga Iberdrola y de nuestras internacionales.

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