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La Liga se para: de la picaresca al VAR

Entrenadores y árbitros analizan por qué el tiempo real de juego es menor en España que en otros grandes torneos

Rafael Pineda
El árbitro Hernández Hernández enseña tarjeta amarilla al bético Nabil Fekir por simular un penalti ante el Madrid.
El árbitro Hernández Hernández enseña tarjeta amarilla al bético Nabil Fekir por simular un penalti ante el Madrid.Julio Muñoz (EFE)

Aviso o realidad, algo se mueve en el fútbol. O mejor dicho, se para. Lo que durante mucho tiempo se había considerado una virtud competitiva de los equipos amenaza a este deporte en una sociedad donde prima entre los jóvenes el consumo del ocio inmediato, rápido y directo. Acción. En cambio, el fútbol se ralentiza cada vez más, se juega cada vez menos. Manuel Pellegrini, entrenador del Betis, lanzó la señal de alarma. “Tenemos que hacer un esfuerzo entre árbitros, técnicos y jugadores para que la Liga española no sea esta vergüenza. O cuidamos esto o va contra el espectáculo, la gente paga una entrada para algo. Es la Liga en la que menos se juega. Los árbitros deben apurar a los porteros para sacar pronto, a los bandas, a que no se tiren... Tenemos que cuidar el espectáculo”, se quejó el técnico, con una dilatada trayectoria en el fútbol español —Villarreal, Madrid, Málaga y Betis—, además de campeón de la Premier con el City.

Los datos le dan la razón al entrenador chileno de 67 años. La Liga española es la competición entre las grandes de Europa en la que menos tiempo efectivo se disputa. Así, en lo que se lleva de curso 2021-22, se juegan realmente 51 minutos y 52 segundos en cada encuentro, a la cola de los grandes torneos continentales. Donde más se juega es en la Ligue 1, con 56 minutos y 13 segundos por partido. En la Premier, la cifra baja a 54m 32s; en la Serie A, 53m 54s, mientras que en la Bundesliga el porcentaje es de 53m 08s de media. La tendencia se mantiene desde la pasada temporada, cuando LaLiga fue la competición continental con menos minutos reales jugados después de 380 partidos disputados en Italia, Inglaterra, Francia y España, y 306 en Alemania. Entonces, el campeonato español se quedó en 53m 06s de juego, mientras que los otros cuatro torneos estaban en los 56m, tres minutos más de promedio.

“La mentalidad de los jugadores es proclive a que se pare el juego en determinadas circunstancias. Luego, creo que existe permisividad en los árbitros con las pérdidas. Y pienso que llegaremos a una medición del tiempo en los partidos de fútbol distinto del actual, quizás con el árbitro parando el tiempo si hay mucha interrupción”, destaca Vicente del Bosque, ex seleccionador nacional y campeón del mundo con España. “Deben intervenir los árbitros, para esto están. Lo puede arreglar si da 8 o 10 minutos de añadido. Así se acabaría la pérdida de tiempo”, añade Robert Moreno, entrenador del Granada y expreparador de la Roja. “Hay una medida que me parece interesante y se ha aplicado en un campeonato juvenil. Consiste en jugar dos tiempos de 30 minutos y detener el reloj, como en el baloncesto, cada vez que se pare el juego”, propone.

Tanto del Bosque como Moreno inciden en una posible renovación de las normas del fútbol para hacerlo más atractivo e intentar detener tantas interrupciones esencialmente por pérdidas de tiempo o simulaciones, un aspecto que está en la agenda de la FIFA. El pasado mes de julio, la organización mundial organizó un torneo juvenil denominado Future of Football en el que los partidos duraron una hora (dos tiempos de 30 minutos) y en el que cada vez que el juego se interrumpía se paraba el cronómetro del árbitro. Además, se dispusieron cambios ilimitados y expulsiones temporales de cinco minutos en el torneo jugado entre PSV Eindhoven, AZ Alkmaar, Leipzig y Brujas.

”No creo que esas modificaciones del reglamento se vayan a plasmar. El problema es otro. Es una cuestión de educación deportiva en nuestro país. Los datos están ahí. Aquí siempre se ha jugado más con el engaño y con perder tiempo. Se ha visto eso como cosa de listos”, afirma Eduardo Iturralde, exárbitro internacional. “Me molesta cuando se dice que hay mucha permisividad arbitral con las pérdidas de tiempo. ¿Si los balones desaparecen cuando gana el equipo de casa es culpa de los árbitros? ¿Qué pasaría si un árbitro expulsa a un portero por demorarse en el saque de meta? Se diría que el colegiado se ha cargado el partido. Los mismos entrenadores que dicen que los árbitros no cortan las pérdidas de tiempo esconden luego los balones si van ganando”, explica Iturralde, que también recuerda la influencia del videoarbitraje.

Más faltas

El VAR tuvo 155 intervenciones en la pasada temporada y 156 en la campaña 2019-2020 —momentos en los que el partido se interrumpió—. En 104 ocasiones el curso pasado, el colegiado acudió a consultar el monitor a pie de campo. Es decir, una vez cada 3,8 encuentros. En la fase de grupos de la pasada Eurocopa, por ejemplo, la media fue de la mitad de consultas: cinco en 36 citas, una vez cada siete partidos. “Queremos el VAR, pero el juego también se para con esta herramienta, que es fabulosa, pero a veces es como un Ferrari puesto a disposición de un conductor aficionado”, finaliza Iturralde, quien añade otro factor que ha provocado parones en el fútbol español: las pausas de hidratación entre mayo y septiembre si se superan los 30 grados.

“No es una cuestión de permisividad arbitral. En el fútbol mediterráneo el engaño está a la orden del día. Los futbolistas, cuando ganan, pierden tiempo aquí y en países como Italia, Portugal o Grecia. Y todo va envuelto en una cultura futbolística que las propias aficiones auspician”, aclara Luis Alberto Gutiérrez, asistente internacional de Luis Medina Cantalejo durante siete temporadas.

“Llevo cinco campañas en Japón y suelo ver la Liga española, la Premier, la Bundesliga y la Serie A. No me sorprende que la Liga española sea la que menos se juegue”, afirma Miguel Ángel Lotina, con 20 temporadas entrenando en el fútbol español, “para mejorar el espectáculo tanto la Federación como LaLiga deberían tomar medidas para aumentar el tiempo efectivo. Y luego está la responsabilidad de los árbitros, los jugadores y los entrenadores. Deben existir menos faltas tácticas, no se debe tardar en sacar de puerta o tampoco se debería pedir asistencia médica sin necesidad”, finaliza el entrenador vasco, ahora técnico del Shimizu, de la Liga japonesa.

En la Liga española, la que menos se juega, también el tiempo se para por las faltas más que en ninguna: 27,3 infracciones señaladas por encuentro en este inicio de curso, más que en Italia (26,1), Francia (23,6) y Alemania (23,2), y muy por encima de la Premier (19,2). A la Liga se le congela el reloj.

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